Capítulo 14: Razones para odiarte

47 6 2
                                    

Capítulo 14: Razones para odiarte
Noviembre 25, 2020.
Katherine.

Espero a Dereck fuera del edificio con dos cafés en mis manos, tal como él me pidió.

Converso un poco con el guardia Winston, quien he visto varias veces durante mis trabajos nocturnos.

—Tengo una esposo y dos pequeñas, una tiene 9 y la otra 3. Son maravillosas.

—Se ve que los amas.

—Lo hago, muchísimo, Señorita Katherine, son un amor.

Intento responderle pero Reese entra cual rayo. Abruptamente. Ignorándonos sin discreción alguna, como lo ha hecho durante estas dos últimas semanas.

—Supongo que no nos vio.

—Entonces no ve una mierda. Ocupamos casi toda la puerta.—se ríe.

—Buenos días, Winston. Y Kath.—le sonríe al hombre y este le devuelve el saludo.

—Buenos días, jefe.

—¿Porqué me citaste aquí afuera?

Toma el café que le tiendo y parece recordar algo.—Tengo que ir a una reunión pero necesitaba dejarte varias cosas. Primero necesito que entregues todos estos documentos a Reese, que los firme y luego los pones en mi escritorio. Segundo, necesito que confirmes mis citas de mañana con los otros posibles donadores.

Mierda.

Tomo nota como puedo y asiento mientras me dicta.

—Bien, lo tengo.

Me extiende la pila de documentos y los agarro.

—Avísale a Charlotte todas las confirmaciones de mañana para que reajuste la agenda de Reese.

—Claro, ¿vas a volver a la oficina?

—Aún no lo sé, ¿puedes hacerme un favor?

Asiento.

—Ordena un ramo de flores y envíalos a esta dirección.—me observa serio antes de escribir sobre un papel la dirección.

—¿Flores?—lo molesto.

Se encoge de hombros y se despide.

—Odio cuando se le sale lo Waldorf.—Le digo a Winston y él ríe a carcajadas.—Te dejo, guapo, hasta pronto.

Antes de llegar al elevador me encuentro a Lee Anne y ella sonríe de inmediato.

—Mi chica superpoderosa.—Besa mi mejilla.—Tengo que decirlo, estás salvando mi trasero, ya solo quedan un par de reportes. En serio agradezco mucho tu esfuerzo.

—No es nada.

Subimos a su piso y saludo a los chicos, ellos nunca se separan.

—Habrá una fiesta en casa de Sky, te haré llegar la invitación.

No me gustan las fiestas.

—Hablamos luego.

Me tomo mucho tiempo, merodeando a Charlotte, trabajando, caminando, cualquier cosa que evite que hable con Reese. Aunque evidentemente tendré que hacerlo para entregarles los documentos de Dereck.

—¡Suficiente, muñeca! ¿Que te pasa?

—Nada.

Entrecierra sus ojos.—Sé cuando mientes.

Ruedo mis ojos y ella ríe.—Tengo que darle unos documentos al idiota y no quiero hacerlo, así que me tomo mi tiempo antes.

—Puedo dárselos yo.

Peligroso para míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora