Capítulo 32: Difícil de Superar

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Capítulo 32: Difícil de Superar
Enero 5, 2021.
Katherine.

༄࿐

—¡Entré a la Universidad!—grito frente a mamá y ella sonríe.—¡Entré, entré! ¡Lo logré!

—¿Acaso no piensas venir a abrazarme, chiquilla?

Ruedo los ojos pero corro a ella y me lanzo sobre su cuerpo.

—¡Au!—se queja de dolor pero me abraza.—Estoy orgullosa de ti, muñequita, muy orgullosa. Trabajaré aún más para que cuando termines la universidad podamos ir a vivir a la gran manzana. Te lo juro.

Beso su mejilla segundos antes de que su tos la atraviese.

—¿Estás bien?

Sigue tosiendo varios segundos más hasta que le paso un vaso de agua.

—¿Mamá?

Esa tos no es normal.

—Estoy bien, solo un poco adolorida porque una foca se me lanzó encima.

—¿Qué me dijiste, anciana loca? ¡Gorda tu abuela!

—Nunca la conocí.

Suelto una carcajada que ella también suelta.

A la mañana siguiente, sus quejidos me asustan así que terminamos en urgencias.

—Ha tenido fiebre varios días, tos, sudoración por las noches y garganta inflamada.—le explico al doctor.—Y ha perdido mucho peso.

—Claro que no.—se queja mamá, enfurecida porque no quería ver a un doctor.—No es cierto.

—Sus huesos le duelen y casi siempre tiene calambres por las mañanas.

El doctor aunque trata de disimularlo, puedo ver como su entrecejo se hunde, preocupado.

—Tendré que mandarle algunos exámenes para dar un diagnóstico, me gustaría que se mantuviera en el hospital por el día de hoy.

Mamá se niega porque no tenemos dinero para pagar un día en el hospital, sin embargo, la obligo a hacerlo.

—Podemos pedirle a Richard.

Richard es el novio de mamá de hace algunos meses, casi un año, es un hombre raro, tiene dinero y trabaja algunas horas, es un hombre muy atractivo pero es muy callado, sin embargo, parece querer a mamá.

—Katherine.—me reprende de solo mencionar esa posibilidad.—Katherine. Katherine. ¡Katherine!

Me soprenden sus gritos, agitados y cada vez más graves.

—¿Que sucede?

—¡Katherine!—sus ojos se llenan de lágrimas y su rostro pierde color poco a poco, palidece y sus labios se resecan. Casi no luce como mamá.

¿Qué está pasando?

—¿Mamá? ¿Que está pasando? ¿Porqué gritas?

—¡Katherine, ¿que hiciste?!

༄࿐

Me despierto temblando y sudando.

No, no.

Peligroso para míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora