Capítulo 5: Verdades
Octubre 28, 2020.
Reese.Reviso las noticias y también mis mensajes de textos mientras espero que el elevador baje, preparándome para un día nuevo, estresante y con bastante cambios.
-Buen día.- Aparto la vista de mi teléfono para darle una mirada de severidad a Kate, quien saluda con desagrado evidente en su voz y rostro.
-Buenos días, niñita.-la relación jefe-empleado entre ella y yo ha estado mucho más tensa que nunca.
-Que maduro.-murmura y por fin subimos al elevador.
-Pregúntame.-me burlo.
Me observa confundida.-¿Disculpe?
-He dicho que me preguntes.
-¿El que?
-Si me importa si crees o no que soy maduro.-le sonrío cínicamente.
-Ja. Ja. Comió payaso.-frunzo el ceño ante su grosería. Vuelve a rodar sus ojos dejando ver su mala educación.
-¿Te crees que porque ese día te salvaron mis padres, estás libre de un castigo apropiado por insubordinación?
-Ya estuvo bueno, Reese, si me vas a despedir hazlo de una maldita vez, ¿te crees que soporto tus estupideces por gusto a ello? Hazme el favor de liberarme de tu maldito carácter de mierda.
Sale rápidamente del elevador y camina hasta su escritorio, dejándome estupefacto por sus palabras severas y reales, dejando claro que no le teme a un despido o siquiera me teme a mí. Se detiene al ver una bolsa plástica con ropa dentro.
La alcanzo con el enojo burbujeando en mi estómago.-Que sea la última vez que me hables de esa forma, Kate, que no se te olvide tu maldita posición.
Me ignora monumentalmente.-¿Que es esto?
-Tu nuevo uniforme.-gruño.
-Aquí no se usa uniforme, no vestiré esto solo porque a ti te da la gana.-Tengo que morder mi propia lengua para no despotricar improperios a primera orden del día.
Señalo a varias secretarias que suben a dejar documentos que usan la misma vestimenta.
-No es una pregunta o sugerencia, Kate, te lo pones o te vas, es lo suficientemente simple de entender, ¿o debo explicártelo con palitos?-espero a que haga algo, que toma la decisión y cuando toma la bolsa con rabia, sonrío.
-No me da la gana.-pone el paquete con fuerza en mi pecho y cruza sus brazos.
Suelto una risa falsa.-Ponte. El. Puto. Uniforme.
-Que no.
-¡No es una puta pregunta!
-¡No me interesa, no lo voy a hacer!
-Tienes tres segundos antes de que llame a seguridad para que te saquen a patadas de aquí.
-No puedes.
-¡Ponte el maldito uniforme o te lo pongo yo mismo!-Llevo el paquete a mi boca y le abro un hueco de un mordisco, sacando la ropa con rabia.
Necesito pastillas para la presión inmediatamente, debo ir al cardiologo porque un día de estos moriré de coraje.
-¡No puedes hacer esto, es quitarle la naturalidad a la empresa!
Me acerco con la intención de poner el uniforme a la fuerza pero lo toma ella misma con fuerza y rabia y lo acuna contra su pecho, fulminándome.
-Apártate de mi camino.-escupe, me muevo para que pueda salir del escritorio.
-En serio quieres que te eche, ¿no es así? ¿Sabes que tengo suficientes justificantes para hacerlo, no?-Rueda sus ojos y la fulmino.-Voy a esperar justo aquí para comprobar que en efecto te cambias.
ESTÁS LEYENDO
Peligroso para mí
Roman d'amourKatherine es la nueva secretaria recién salida de la universidad que obtiene el puesto de secretaria del Vicepresidente de una empresa, Dereck, quien es su mejor amigo por lo que se les ve juntos casi todo el tiempo. Hasta que Reese Waldorf, el herm...