En las vacaciones, la vida es fácil.
No debes preocuparte por la escuela durante un par de meses, y puedes salir con tus amigos a tontear y hacer el ridículo por ahí, comiendo helado y visitando cafeterías para convertirse en catador de chatarra dulce, ir a parques de atracciones, al cine, o al centro comercial. O hacer algo tan patético, simple, y romántico como un picnic en conjunto. Puedes inhalar el aire sin tener ningún tipo de peso asfixiante en los hombros como los que da la escuela.
Nada de proyectos ni exámenes que angustian el alma.
Simplemente, se puede vivir en paz.
Pero para Kim Dan, estas fueron sus últimas vacaciones felices que pasaba junto a sus amigos.
La madre de Jin Jooha decidió permitirse una escapada junto con su pareja actual, Choi Pilwon. El hombre eligió un destino fuera de Corea, ya que tenía más dinero del que Dan vería en su vida. Baek Nakyum tiene una vida lo suficientemente complicada, con baches económicos. Ahora, su hermana debe trabajar para la familia de Yoon Seungho, y por ende, él debe ir con ella si no quiere hundirse en la soledad que le da su casa, que parece más un cobertizo que una vivienda decente.
Por su parte, Lee Yoo-Han siempre fue muy maduro. La vida le fue muy difícil y le tocó apañárselas para poder sacar adelante a su madre enferma, que está hospitalizada, y debe cuidar a su hermano pequeño. Por eso, Yoo-Han decidió trabajar estas vacaciones, para ver si podía currárselas y pescar un par de fajos de billetes.
Por su parte, Dan está solito ahora, pero no le molesta del todo, porque puede andar por el parque y sentir la brisa fresca en su cara. Si le sobra un poco de dinero —lo que es un milagro—, puede permitirse un helado, o una pequeña salida al cine con su abuela, o comprarse aquellos libros románticos que tanto le encantan.
Pero eso solo es a veces.
Ahora, a pesar de sus carencias, Dan disfruta del aire libre, de los atardeceres con el cielo degradado en tonos naranjas, rosas, y violetas que se funden en tonalidades pastel. Del aire que abre sus pulmones, y la iluminación hermosa que brindan las calles de Corea.
Puede escapar de la pequeña pocilga en la que está hundido y admirar la vida allí afuera.
—¡Abuela, voy a salir! —exclama el pequeño adolescente.
—Está bien, cielo, pero no vuelvas tarde. —le advierte ella. Ciertamente, le preocupa mucho su nieto.
El chico asiente, cantarino y feliz, y se despide de ella abrazándola, asegurándole que se cuidará y que no tardará mucho en volver. Ella asiente, no muy convencida y preocupada por el chico que tiene una condición que los hombres no deberían tener. Tiene mucho miedo de que se exponga a la crudeza de los hombres y la crueldad del mundo, pero no puede rebatirle nada, ni encerrarlo en una burbuja de cristal eterna. Es un muchacho, dentro de todo, sano, y muy bueno. Merece un poco de distracción.
Finalmente, Dan se suelta de sus brazos, coge el libro que estaba leyendo y que dejó por un poco más de la mitad. Lo coloca en su pequeña mochila y sale.
Hoy el clima es justo y perfecto. Rondan los veinticuatro grados primaverales, por lo que hace calor para andar todo atiborrado de ropa, pero no hace frío. Dan optó por ponerse una remera de mangas cortas con colores claros que exponen parte de sus brazos. Abajo se puso un short que solo llega hasta arriba de las rodillas, y que deja al desnudo sus lindas piernas y pantorrillas. Tienen un precioso arrebol rosa y delicado.
Por último, se puso sus zapatillas de siempre. Quizás no puede permitirse comprar nuevas, pero las que tiene, las valora y limpia, dejándolas lustradas como si fueran compradas ayer.
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red velvet // jinx (+21)
Fanfiction«¿Qué harías si la persona de la que estás enamorado es la que más daño te hace? Y peor aún... ¿Qué pasaría si esa persona es alguien totalmente prohibido para ti?» Su abuela siempre le dice a Kim Dan que tiene un cuerpo especial, diferente al de lo...