02.

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Cuando por fin entró a su salón, fue observado por todos como si las miradas curiosas lo engulleran, y eso solo hizo que estuviera a punto de explotar de vergüenza.

El profesor de la clase le pide que se presente a todos los alumnos, y Dan titubea desconsolado. Está muy rojo y no quiere hacerlo, pero no le queda de otra que intentar apañárselas, porque de lo contrario, causará una mala impresión a los demás.

Se para en medio del salón, y no entiende cómo es que no se cae, porque siente que todo su cuerpo está temblando, y le arden las mejillas. Sabe que está rojísimo, y eso solo hace que se avergüence más.

—M-mi nombre es Kim Dan, y espero que nos llevemos bien. —aunque se sorprende de no tartamudear tanto, su mirada se bajó sin poder mirar de frente a los chiquillos, y solo pudo observar sus pies mientras se puso a jugar con sus manos, esperando pasar desapercibido.

En primaria todo fue bien y tenía muchos amiguitos, pero tuvieron que separarse. Aquí era diferente, no tenía a nadie y tenía que arreglarse como pudiera.

Se sienta en su lugar y siente que alguien le está perforando el cuello.

Dan gira un poco su cabeza tratando de hacer que su movimiento se vea disimulado. Ve que un chico que lo está mirando, tiene el cabello oscuro, heterocromía y un lunar en una de sus mejillas. Los músculos que se estaban formando le resaltaban incluso en el uniforme. Se nota que es alto y fuerte.

Siente un escalofrío. No sabe por qué, pero esto no le daba buena espina.

Cuando suena la campana del primer break, Dan se siente muy tímido como para hacer algo, así que saca uno de sus libros románticos y empieza a leerlo.

—¿Que estás leyendo? —pregunta una voz masculina de repente, apoyando el brazo sobre su escritorio.

Dan alza la vista y se da cuenta que es el mismo muchacho que lo estaba mirando hace unos momentos atrás. Se da cuenta de lo alto y musculoso que es. Se nota que hace algún tipo de deporte, esos músculos deben tener una justificación.

—U-un libro de romance. —Dan se siente muy pequeño y quiere esconderse, pero no hay manera. A lo mejor y es un buen chico. No debería tacharlo de maldito solo por su gran apariencia en comparación a su propio tamaño. Está seguro que apenas le llega al pecho.

—En la biblioteca hay muchos, ¿Quieres verlos? —sonríe.

A Dan le brillan los ojos. A lo mejor, este chico no es malo.

—¡Sí, porfavor!, vamos. —a Dan se le borra la timidez, y Daewhi sonríe complacido.

—Bien, vamos.

Dan lo sigue como un perrito y suelta una sonrisa maliciosa sin que el niñito se de cuenta. Piensa que es un bobo muy ingenuo y fácil de engañar. Se dio cuenta cuando lo vio, con esos ojos grandes, sus estúpidas manos jugando como una niña, y sus ridículos libros de romance. Estaba seguro que era todo un repugnante mariquita.

Pero las ganas de querer molestarlo y destruirlo le son muy difíciles de resistir.

De repente, Daewhi se mete en un lugar que está lejos de ser una biblioteca. Es afuera, en el patio. Lo llevó a un rincón oscuro, y Dan está muy desconcertado, así como asustado. El ambiente se vuelve muy pesado como para poder soportarlo.

red velvet // jinx (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora