𝕁𝕒𝕔𝕜𝕤𝕠𝕟 ℂ𝕚𝕥𝕪

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Avanzamos por varias horas hasta llegar a una zona boscosa, donde nos vimos obligados a buscar refugio gracias a una tormenta que ya había derribado varios árboles en el camino a Wyoming.

Ellie estaba agotada, además después de lo de Sam no había hablado para nada, por lo que mi pareja tampoco conversaba mucho, es así que el silencio -omitiendo la lluvia, claro- que nos rodeaba comenzaba a ponerme los nervios de punta.

- Joel, hay que buscar un lugar para dormir. -grité cubriéndome la cabeza.

- Veo una cabaña a unos metros, -señaló una construcción a unos minutos a pie- esperaremos a que la tormenta pase.

Sin discutirlo más nos apresuramos a llegar a la cabaña, la pequeña y yo revisamos el interior para asegurar las ventanas, una vez los tres estuvimos dentro me dediqué a encender fuego en la chimenea. Joel rompía una silla vieja para obtener más leña y Ellie nos preparaba los sacos de dormir.

- Ellie, cámbiate la ropa, -regañé al ver que pensaba cobijarse con la ropa mojada- te vas a resfriar.

- ¡Pero no tengo nada que ponerme! -se quejó con un castañeo de dientes.

- Toma algo de mi mochila, debe haber una camiseta seca, -al tener un fuego estable se puso de pie acompañando a la pequeña- dame tu ropa mojada y la pondré al fuego, secará pronto.

- Está bien... -susurró entrando a un cuarto oscuro pero bastante decente en cuanto a amueblado, una cama pequeña y un sofá en el rincón- ¿Crees que la tormenta no dure mucho?

- No sabría decirlo, -encendí una linterna de gasolina para iluminar el lugar, Ellie temblaba escurriendo su ropa- dámela, nena... la secaré por ti. Ten, una camiseta y una sudadera.

- Gracias... -asentí sin decir más para salir- ¡Espera! Y-yo...

- ¿Querías decirme algo, pequeña? -pregunté cerrando la puerta de nuevo.

- Es solo... que quería darte las gracias por cuidarme, ya sabes... me cuentas historias, me das caramelos y ves que no me lastimen... -comenzó a juguetear con sus dedos- eres una buena persona...

- Oh... no es problema, -susurré acercándome para ajustarle la sudadera- Ellie... yo, debo decirte la verdad, desde el Capitolio... yo tengo esta necesidad de cuidarte como si fueras mi hija, espero no te moleste, pero... cuando lleguemos al final del camino y debas decidir si quedarte con Marlene... yo quisiera que sepas que si me necesitas podrás buscarme.

Sus ojos verdes comenzaron a empañarse y pronto me rodeo con sus brazos, por lo que devolví el abrazo acariciando su cabello, sentí como mi corazón se sentía completo al recibir su cariño, sintiéndome más como familia para ella.

- ¿Eso quiere decir que... si te digo mamá no te enfadarás?

- Nada me haría más feliz, pequeña, -dejé un besito en su frente para luego tomar su ropa mojada- está habitación no se ve nada mal, podrías pasar la noche aquí.

- Sí... se ve bastante bien, -se acercó a una librera para luego tomar uno de los objetos en ella- ¿Qué es esto?

- Una bola 8, -sonreí al verla, hacía años que no veía una- debes hacerle una pregunta y te responderá, mira. -tomé la bola para agitarla y preguntar- ¿Siempre cuidaré de mi pequeña Ellie?

Al observar el resultado ambxs reímos, ya que solo pidió que preguntara de nuevo, la dejé allí jugando con eso para volver a la chimenea. Joel estaba sentado junto al fuego para tomar calor, por lo que luego de extender la ropa de mi pequeña me senté a su lado.

- ¿Todo en orden?

- Todo en orden, -aseguré con una sonrisa, me sentía tan completx- ¿Recuerdas cuando en el Capitolio me dijiste que tenía un instinto protector con Ellie?

The Last of UsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora