9. En medio de la tormenta.

380 57 0
                                    

Las chicas ven las noticias como la tormenta se ha vuelto más fuerte y como están cerrando todos los lugares, Rosé agradece tener suficientes provisiones.
Lisa estaba viendo el televisor en la sala y Rosé estaba en la bañera, haciendo lo que cada día después del trabajo hacía, tomar un relajante baño de espuma, comienza a ver cómo llegan notificaciones de twitter e insta, desbloquea su móvil y se encuentra con que Lisa y ella son tendencia, rumores donde las relacionan sentimentalmente, con fotos de ellas, Rosé llegando al concierto de Lisa, en el palco, con sus padres y los padres de la castaña, donde a nadie le intereso que Sorn estuvo ahí e incluso se quedó el concierto completo y ella solo estuvo en tres canciones, ellas juntas ese mismo día en el parque de patinaje, aunque Rosé se indigna, estaban trabajando, y por último ellas en su casa, de esas no tenía excusa, ella misma la llevó a su casa y sonríe, sonríe imaginando a Lisa y ella viviendo juntas, sería tan perfecto, aunque no podía ser así, ambas tenían a sus respectivas parejas.
La rubia deja caer su cabeza en la bañera, trata de dejar de pensar en la hermosa castaña.

-Rosé.- Escucha la voz de Lisa en la puerta de su habitación.

-¿Que?- pregunta seca la rubia sin moverse.

-No me gusta ser una huésped mal agradecida, ni exigente, pero, pero me gustaría bañarme y cambiar mi ropa, estuve esperando pero no has salido y tengo algo de frío.- Explica la castaña, que genuinamente no quería molestar y Rosé se siente mal de no haber atendido a la castaña, ella había sido la que la había invitado.

-Voy Lili, deja me visto.-Dice la rubia saliendo rápido de la bañera y buscando una pijama.
-Disculpa por no atenderte, no estoy acostumbrada a recibir invitados, y luego con lo de la tormenta deje ir a todos a sus casas, no quería que se preocuparan por sus familias.- Dice Rosé.

-¿Enserio? ¿tu?- Pregunta Lisa sorprendida, recargándose en el marco de la puerta mientras ve a Rosé inquisitivamente.
-Eres la adulta más cobarde que he conocido me sorprende que no tengas a todos en la habitación de a lado por si se va la luz por la tormenta.- se burla la castaña.

-Sabes que no le temo a la oscuridad, es a los truenos y a las tormentas a lo que le temo.- Dice Rosé

-Lo se, lo se.- Dice Lisa.
-¿Y donde dormiré?- Pregunta la castaña.
-Si quieres duermo aquí contigo, prometo no te haré nada.- Dice Lisa hablando sincera, ella en realidad quería dormir abrazando a la rubia, quería estar cerca de ella, sabía de su miedo a las tormentas además la habia extrañado esos dos años sin verla.
Y Rosé por su parte siempre se sentía segura al lado de la castaña.

-¿No intentaras nada Manobal?- Pregunta sería Rosé.

-¡Claro que no! No soy una adolescente que no controla sus hormonas.- Dice Lisa casi con indignación, y Rosé la ve con sospecha, pero abre la puerta y hace señas para dejarla pasar.

-Puedes bañarte, y tu lado.- Iba a hablar pero Lisa la interrumpe.

-Lo se del lado derecho, si entra un asesino serial por esa puerta me asesinara a mi primero dándote oportunidad de huir.- Dice Lisa, conocía a la rubia desde la infancia y eso lo aprendió a los 10 años en un programa de discovery channel que hablaba de asesinos seriales y quedó tan impactada que desde esa edad Lisa era obligada a dormir del lado de la puerta, pasó cuando se mudaron cercas de la high school solas y cuando vivían como pareja en Los Ángeles, y Rosé sonríe tímida asintiendo.
-Bien me bañare porque ya no soporto estar mojada me dará hipotermia.- Dice Lisa temblando de frío.
La castaña se apresura a bañarse y busca en su pequeña maleta su pantalón de pijama y una playera negra que queda pegada a su marcado cuerpo, seca su cabello y va a la cama.

-espero no hayas dejado tu ropa sucia por todo el baño.- regaña Rosé.

-Por favor, ni que viviera aquí para dejar mi ropa tirada.- Miente Lisa que disimuladamente vuelve al baño y Rosé pone los ojos en blanco.
Lisa regresa a la habitación y en cuanto lo hace la tormenta comienza a escucharse más fuerte.

-¿Tus ventanales soportarán la tormenta o tenemos que movernos de aqui?- Pregunta Lisa preocupada.

-Espero que soporten, cuando me vendieron la casa me prometieron soportarían un tornado, o tsunami, ni siquiera abren.- Dice Rosé, y Lisa se acomoda en cuanto lo hace se va la luz.

-¿Tienes transformador de emergencia?- Pregunta Lisa.

-Lisa, tú sabes que yo no se nada de eso.- Dice la rubia pegándose a la castaña.

-¿Quieres que revise?- Pregunta la castaña.

-No, no te preocupes, mañana lo buscas además ya es noche, ¿para que quieres luz?- Dice tratando de restarle importancia y Lisa asiente acomodándose, aunque no ve, sabe que debe tener a Rosé frente a ella.
Solo le toma estirarse un poco para alcanzarla y abrazarla.

-¿Estas bien?- Pregunta Lisa abrazando a la rubia, mientras ambas sienten el perfume de la piel de la otra.
-Se que siempre has odiado las tormentas.- Dice Lisa.

-Estoy bien.-responde la rubia ocultándose en el cuerpo de la castaña, que toma eso como el permiso que le otorgaba para ser abrazada.
-Ahora estoy bien.- Dice respirando tranquila, y asi abrazadas en medio de la tormenta, sin luz, se quedan dormidas.

Nunca te olvide.  Chaelisa G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora