Kensington

Capítulo 18

Shane volvió a transformarse y se veía más grande de lo que recordaba. Todos estuvimos de acuerdo en que lo mejor era arriesgarnos teniendo la posibilidad de llegar antes al castillo. Así que volvimos a volar por lo que restó de la tarde hasta que el atardecer nos atrapó muy cerca de nuestro destino y ellas comenzaron a discutir sobre si era mejor seguir para llegar al castillo al amanecer, o si debíamos escondernos en algún lugar para pasar la noche. Llegaron a un acuerdo y Chasydi le gritó a Shane cosas que yo no escuché con claridad debido al viento, pero que tampoco me importaban demasiado. Yo no tenía idea de qué era lo mejor. Al anochecer comenzó a llover cuando llegamos a lo que creí era el castillo. Era muy grande, pero lucía abandonado y roto. Sinceramente estaba en mejor estado de lo que yo esperaba, si tomábamos en cuenta la destrucción causada por Thrat.

Bajamos, Shane se transformó de nuevo y todos nos refugiamos en lo que parecía ser un viejo comedor. Entonces me enteré de que ese no era el castillo de los Kensington.

—Le pertenecía a la duquesa Elizabeth Báthory —explicó Chasydi mientras Shawnneta encendía candelabros y Shane inspeccionaba alrededor—. Era la única descendiente directa de Drácula y ella asesinó a muchas jóvenes. Fue sentenciada a morir encerrada en su habitación y este lugar quedó vacío hasta que el Consejo lo utilizó como guarida del Celat.

—Acabas de decir un montón de cosas que no entiendo —confesé. Ella se rió y de pronto sentí que las cosas entre nosotros eran diferentes.

Me explicó que entre los vampiros había un grupo conocido como el Consejo y eran ellos quienes elegían las reglas y mantenían el orden entre su especie. El Celat, una clase de híbrido entre humano y vampiro, era quien se encargaba de castigar a todos aquellos que rompían dichas reglas y hace muchos años había vivido en ese castillo.

—Los miembros del Consejo tenían un acuerdo con Neylianiz —continuó—, los cazadores se mantendrían lejos de sus asuntos y ellos conservarían el orden, pero luego de que los Kensington desaparecieron, los vampiros se salieron de control, destruyeron muchas ciudades, fue una guerra diferente, pero igual de devastadora.

—¿Qué pasó entonces?

—Muchas criaturas y cazadores se unieron al Celat para detener esa guerra, incluso miembros de mi clan participaron. Muchos murieron, pero triunfaron y desde entonces el Celat desapareció o fue relevado, no lo sé.

—No me sorprende que no lo sepas —dijo Shane—, eres una ignorante.

—Oh, cierra la boca, Odjur. Puedo patearte el trasero con las manos atadas.

Comenzaron a discutir sobre quién sería mejor en una lucha cuerpo a cuerpo y a presumir sobre sus victorias. Yo me senté junto a Shawnneta a un lado de la mesa de madera. No sabía cómo comportarme junto a ella, era como si yo no fuera la clase de príncipe que ella esperaba que fuera. Como si yo debiera ser alguien que no era y eso la molestaba. No me miró, ni siquiera se inmutó. No, ella estaba observando a Chasydi y esbozaba una sonrisa suave y secreta.

—¿Son pareja? —pregunté en voz baja con temor de recibir un regaño. Para mi sorpresa, su sonrisa se hizo más evidente antes de responder.

—Entre nosotras no existe esa clase de romance. La amo porque es mi alma gemela y mi vida le pertenece tanto como la suya me pertenece. Nada tiene que ver con ser una pareja. Las almas gemelas se encuentran en cualquier persona sin necesidad de ser alguien con quien quieras acostarte. Se trata de encontrar una parte que no te hace falta, pero que encaja contigo. No te complementa, pero te da un extra que no sabías que existía. Es así de mágico.

Miré a Shane casi sin darme cuenta. Nosotros no teníamos la clase de relación en la que estuviéramos enamorados, pero estar a su lado me hacía sentir diferente. Era como si no pudiera recordar mi vida antes de él. Entendí las palabras de Shawnneta porque tenían sentido para mí. Shane era mi alma gemela y por un momento me pregunté cómo pude ser tan ciego como para no darme cuenta antes.