Capítulo 13

53 8 1
                                    

Jaimie era Gael y yo no entendía cómo pude ser tan ingenuo. La forma en que apareció en mi vida y de pronto estaba dispuesto a ayudarme, los ataques que recibimos en el camino que de pronto pararon cuando estábamos en la ruta hacia la reliquia, el por qué me insistía que no confiara en Shane. Fui un ingenuo, un idiota y nadie podría decir lo contrario porque no solo confié en el que sería mi peor enemigo, no solo me enamoré de él, sino que también lo había guiado a la única reliquia que podía detenerlo. No era un Kensington, ningún miembro de la realeza podría ser tan estúpido.

Y ellos, oh cielos, ellos lucharon por mí, tan dispuestos a terminar con sus propias vidas por un ingenuo que no servía para nada. En cuanto se acercaron, Jaimie me sujetó frente a él y colocó su navaja en mi cuello, sentí el ardor de la cortada en mi piel y como mi sangre comenzó a escurrir. Eso los hizo detenerse.

—Será mejor que se queden ahí o no habrán más reyes para el trono.

Se quedaron quietos y yo quería echarme a llorar, pero eso habría sido mucho más patético. Era evidente que después de todo lo sucedido con Jaimie no me quedaba más dignidad, pero quizá podría salvar un poco de mi orgullo.

En un movimiento rápido la navaja pasó de mi cuello a la palma de mi mano izquierda. El corte fue rápido y profundo y la sangre me empapó la manga de inmediato. Jaimie colocó mi mano en la caja y eso provocó que el ardor subiera por mi brazo. Chasydi atacó entonces junto con Shawnneta y Jaimie me arrojó contra Shane como si pesara nada y, aunque él estaba listo para el impacto, el golpe nos envió contra la pared. El cuerpo de Shane recibió el golpe mientras me sujetaba contra su pecho.

Ellas lucharon con todo lo que tenían y entendí por qué Chasydi era una leyenda. Se movía con mucha velocidad esquivando golpes y ataques, pero no logró concretar ninguno porque Jaimie era mucho más rápido y letal. Sus golpes conectaban los puntos exactos, parecía que ni siquiera le costaba algún esfuerzo. Las arrojó al pozo donde habíamos caído antes y en segundos el agua se congeló con ellas atrapadas debajo de la superficie. Shane se puso delante de mí y parecía debatirse entre ir a luchar y protegerme porque yo no servía de mucho y la herida en mi mano seguía sangrando aunque tomé un pedazo de mi suéter para cubrirla.

—Te tengo un regalo, Dean —dijo Jaimie con una sonrisa diabólica que me causó escalofríos. Shane se puso en posición de combate esperando a que nos atacara, pero no lo hizo.

No, él hizo algo mucho peor. Colocó la mano en el suelo, murmuró unas palabras y antes de darme cuenta de lo que pasaba, la bruja salió de la pared detrás de mí y se me subió encima. Sus ojos seguían siendo igual a como los recordaba y estaban a escasos centímetros de mi rostro mientras sus manos sujetaban mis brazos. Era tan fuerte y pesada, no comprendía cómo era posible. Giré el rostro a mi derecha y vi que Shane estaba luchando contra Jaimie en una batalla nada pareja. Jaimie parecía predecir sus movimientos y estaba ahí para recibirlo con un golpe. Shane no parecía dispuesto a rendirse, pero pronto su ropa y rostro comenzaron a mancharse de sangre.

No pude ver mucho más porque la bruja comenzó a enterrar sus uñas rotas en mis brazos arañándome sin parar. Me cubrí el rostro y eso la animó a hacerlo con más fuerza. Sus uñas abrían heridas en mi abdomen, piernas, cuello y antebrazos.

De pronto el hielo se rompió y un enorme lobo negro emergió de él saltando directo hacia Jaimie. Escuché un disparo y la bruja se detuvo de pronto cuando la bala le impactó la sien. No creí que la hubiera matado pues probablemente ya estaba muerta, pero su cabeza se movía de forma extraña. Ese instante me permitió empujarla con toda la fuerza que tuve hacia la pared donde su cuerpo chocó y sus huesos crujieron. Chasydi sostenía el arma, lucía herida y cansada, pero no dudó en atacar a Jaimie también. No duró demasiado porque él arrojó a Shawnneta contra Chasydi y, tan pronto sus cuerpos chocaron en una roca, Jaimie derribó el techo sobre ellas.

KensingtonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora