Guerreras del Olimpo

Capítulo 14

Capricornio se hallaba ocupada recogiendo plantas en el jardín cuando notó que tres mujeres ingresaron por el portal. El templo solo permitía la entrada a dioses y ninfas, por lo que esto despertó su curiosidad. Se acercó cautelosamente, percibiendo que las visitantes parecían estar buscando algo. Sin previo aviso, una de las mujeres la agarró del cuello, comenzando a asfixiarla con una sola mano. La charola que Capricornio llevaba consigo se precipitó al suelo, mientras que la tercera mujer penetró en el templo. Esta última se encaminó hacia donde Acuario estaba cuidando a Leo.

-No pensé que pudieras hacer esa poción tan rápido- dijo Acuario, que al voltear se dio cuenta que no era ella

La joven agarró a Acuario firmemente del brazo y la arrojó con violencia hacia el armario que ocupaba la habitación. Mientras Acuario luchaba por ponerse en pie, la misteriosa chica la sujetó de las piernas, levantándola y estrellándola contra el suelo una y otra vez. Desesperada, Acuario intentaba desenfundar sus espadas sin éxito. Sin previo aviso, la extraña visitante se desvaneció en un torbellino de cenizas justo ante sus ojos. Al mirar a su alrededor, Acuario se dio cuenta de que Leo había atravesado a la chica con su lanza, poniendo fin al enfrentamiento de manera inesperada.

-¿Qué está pasando? -preguntó Leo confundida

-Erinias, personificaciones femeninas de la venganza, si ella pudo entrar posiblemente haya dos más- dijo Acuario parándose rápidamente y corriendo a la entrada del templo junto con Leo

Capricornio continuaba siendo asfixiada por la implacable joven hasta que logró materializar una de sus Tessen y la arrojó hacia su lado derecho. La letal arma giró en el aire, trazando un arco en el templo antes de impactar en la espalda de la agresora. Esto provocó que Capricornio cayera al suelo, donde comenzó a jadear desesperadamente en busca de aire. En ese momento, Acuario y Leo, que se aproximaban a la entrada del templo, avistaron a Capricornio y se apresuraron a socorrerla.

-Erinias- dijo Capricornio sin aire aún

-Sí, vimos a una, entro al cuarto de Leo que por cierto ya despertó- dijo Acuario mientras se hincaba para ayudar a Capricornio

-Qué bueno que está bien- dijo Capricornio levantándose con ayuda de Acuario

-Debemos de avisarle a las demás lo que ha sucedido, las Erinias persiguen criminales, no a ninfas-dijo Leo

Las ninfas se adentraron en la sala de entrenamiento donde Sagitario se hallaba inmerso en su práctica. El enojo se reflejaba en su rostro y en sus movimientos; disparaba sus flechas con furia hacia diversas dianas fijas, recorriendo incansablemente la sala de derecha a izquierda en un ciclo interminable.

-Sagitario, Erinias han estado aquí- dijo Capricornio

Sagitario se volvió hacia las ninfas y disparó una flecha que aterrizó justo entre Leo y Capricornio. Leo mantuvo una mirada firme en Sagitario, mientras que Cáncer dio un pequeño sobresalto debido al susto que les causó este inesperado gesto.

-Es imposible, las Erinias solo van tras criminales y nosotras no lo somos- respondió Sagitario

-No todas nosotras, pero posiblemente hayan salido del inframundo a buscar a Escorpio, Virgo y Géminis- replicó Leo

-Las Erinias son producto de Urano, todos los titanes se encuentran en el tártaro, igual que las Erinias, no creo que solo por algunas ninfas hayan salido de ese horrendo lugar- comentó Capricornio

-Ya no hay unión entre las ninfas, no hay razón para que nos estén cazando a todas- respondió Sagitario pensante-hablare con Zeus de esto, es extraño que este sucediéndonos a nosotras.

-¿Mientras que haremos? - pregunto Cáncer

-Cierren el portal de la cascada para que ya no entre nadie, y así evitar que las Erinias regresen al templo, nadie entra ni sale- dijo Sagitario