Capítulo 26

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Apolo se encontraba en su templo haciendo una lectura en el gran prado donde se encontraba la cúpula de su madre, una sensación extraña le hizo abandonar el libro entre sus manos, observó por todas partes, sabía que no estaba solo. Al levantar la mirada observó el prado, las flores se movían por el aire pero habia una silueta parada a lo lejos, en el centro de su mirada, sin hacer ningún movimiento brusco, solo le observaba. Molesto se paró y salió de la cúpula, dándose cuenta qué aquella silueta no era más que la de Ares.

-Si no eres bienvenido en el Olimpo menos eres bienvenido en mi templo, largo de aquí- dijo Apolo molesto

-Siempre te he ofrecido mi ayuda y esta no será de las excepciones Apolo- dijo tranquilamente

-No necesito ayuda, y menos del que se hace llamar dios, con las manos llenas de sangre y venganza- respondió molesto

-Lo tengo todo para deshacerme de cada uno de los pilares del Olimpo, claro que necesitas ayuda

-Puedes hacer lo que quieras en cualquier momento Ares, estamos esperándolo con entusiasmo- dijo Apolo mientras se le acercaba- no quieras venir a chantajearme con tus amenazas

-¿Entonces no quieres salvar a la ninfa de Sagitario?- dijo Ares mientras le veía sonriente- el dios que no tenía debilidades, al que todo el mundo le teme, ahora cayó por una ninfa, se habla de eso por todo el Olimpo. No me gusta venir a amenazarte hermano mío, pero lo tengo que hacer para poder gozar de tu ayuda

-¿Qué quieres Ares?- dijo mientras mordía sus labios de enojo

-Sabía que eras así de sensato, se que sabes sobre cómo acontecerán las cosas, y realmente te veo muy calmado como para todo vaya a mi favor, quiero que me digas que ves, ¿Qué necesito para llegar a la gloria?- preguntó con una gran sonrisa

-Cerebro tal vez- respondió Apolo con indiferencia

-Te conviene responder mis preguntas Apolo, ya me he desecho de una ninfa, no tendré problema en deshacerme de tu favorita

-Ya lo creo Ares, pero siempre tienes una desventaja... olvidas que terrenos estás pisando- dijo tranquilamente mientras daba un paso atrás

La tierra donde estaba ares parado empezó a vibrar, dejando aparecer una enredadera que ató los pies de Ares, haciéndolo caer frente Apolo.

-Un truco muy viejo ¿ahora vas a entregarme a tu papi?- mencionó mientras reía

-A diferencia de muchos dioses a mí me gusta divertirme, a decir verdad no tengo la necesidad de deshacerme de ti rápido; sin embargo se quien sí y es un trabajo que a mi ya no me corresponde- dijo Apolo mientras movía la mano para que las enredaderas se quitaran de sobre Ares

-Sabía que venía al lugar correcto- mencionó ares mientras se paraba- te necesito hermano- dijo con una sonrisa

-Todos me necesitan, pero depende para que, es verdad que tienes todas las de perder Ares, al igual que mis ganas de destituirte en este momento rebasan los límites esperados, pero... debo dejar que todo tome el curso que debe de tomar

-Te vas a arrepentir de no haberme matado cuando pudiste Apolo

-Lo haré, yo se que sí- respondió con una sonrisa sarcástica

-Sin decirme nada me diste lo que necesitaba saber, aunque me gustaría quedarme más tiempo tengo cosas que arreglar para deshacerme del gran dios Zeus

-Él no es el único estorbo que tendrás, todavía tienes a las ninfas Ares, y no te tengo un buen pronóstico

-Ese será tu trabajo, todo debe... tomar su curso- dijo Ares con una gran sonrisa antes de desaparecer

Guerreras del Olimpo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora