El templo de las ninfas seguía inundado en tristeza por la muerte de Cáncer; sin embargo, sus lamentos fueron interrumpidos por un acontecimiento irregular, ese día en particular se percataron que la luz nunca salió a verse, las únicas que se dieron cuenta fueron Sagitario y Acuario que estaban en guardia desde muy temprano.
—¿Por qué Helios no ha iluminado esta mañana? — cuestiono Sagitario
—Helios no es un dios impuntual generalmente
Desde el Olimpo hasta los mares de Poseidón se pudo ver la ausencia de sol de Helios, mientras transcurría la mañana, ni el sonido de sus caballos que tiraban su carroza.
El templo de las ninfas se vio iluminado por centenares de velas por el salón, el cual apenas les permitía poder ver, ya que la obscuridad era plana y nubosa, con la ausencia de la luna brillante de Selene.
—Los asuntos de los dioses no son más de nuestra intromisión, así que lo que le haya pasado a Helios tendrá que ser solucionado por Zeus—dijo Sagitario molesta
—Lo que confiere al asunto de Ares sigue siendo nuestro problema Sagitario, y la probabilidad de que esté relacionado es alta. Toda la información de lo que pasa en el Olimpo y alrededores él la sabe, el sol abarca prácticamente todos los lugares; a Ares no le conviene que Helios hable sobre él con Zeus, entorpecería sus planes
Desde los cielos, Acuario y Sagitario notaron una sombra acercándose rápidamente, lo que las llevó a ponerse en guardia, preparadas para atacar en cualquier momento. La sombra finalmente aterrizó a cierta distancia de ellas, revelando un ser con un par de alas. A medida que se acercaba, pudieron identificarlo como Hermes, el mensajero de los dioses, quien aún parecía cansado por su largo viaje desde el Olimpo.
—Ninfas...— trato de decir Hermes cansado
—¿Hermes? — dijo Sagitario confundida mientras acuario corría a ver si se encontraba bien
—Ya que sus límites y su cascada están cerradas no tuve más remedio que volar hasta aquí... tengo un mensaje de Zeus para ustedes...
—Eso puede esperar, estas a nada de desmayarte del cansancio, ven, hablaremos adentro— dijo Acuario que lo dirigió hasta su sala de juntas, en donde lo sentó y le sirvió agua
—Agradezco su hospitalidad ninfas, pero este mensaje no puede esperar. Ya se han dado cuenta que Helios ha desaparecido
—Sí, desde la primera hora del día
—Zeus requiere la presencia de todas en el Olimpo de inmediato
—Su antiguo mandato nos prohíbe el estar ahí, hemos quedado que cada uno va a liberar aquella batalla por su cuenta
—¡Sagitario!
—De eso quiere hablar con ustedes ninfas, espero y puedan asistir ya que esto se ha vuelto de carácter urgente, las escoltaré hasta donde él
—Bien. Acuario avisa a todas las ninfas que tenemos que ir al Olimpo de inmediato, no creo que sea necesario explicarles algo que es bastante evidente
Sagitario vio la cascada que había dejado de correr después del mandato de Zeus, intrigada le vio buscando respuesta para verle funcionar de nuevo.
—¿Sabes cómo recuperar el agua de la cascada? — pregunto Capricornio que salió detrás de ella
—Esperaba que tú sí...
—El flujo de agua debe de hidratar a las piedras, así podría volver a usarse como antes, o esa es mi teoría
—Ya la hemos desactivado antes, así que el que vuelva a su estado común no debe de ser difícil, y debemos de actuar ya.
—Bien, un golpe bien dado podría reactivar el flujo de agua, ¡choque de Capricornio!
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Guerreras del Olimpo
ФэнтезиHace algunas eras, en el reino celestial del Olimpo, las ninfas, directas descendientes del poderoso Zeus, vivían en constante vigilia junto a Helios, el dios del sol. Como testigos de cada acontecimiento en el Olimpo, observaban las disputas y riva...