ES UNO de esos momentos en que la vida parece detenerse y el universo abre la boca y vomita comprensión sobre ti. No el tipo de conocimientos o hechos fríos que se pueden hablar en una conversación casual, como lo hicimos en la habitación del motel, rodeados de Galen, Rayna y Toraf, las personas a las que ya había aceptado que podía brotarles una cola. Claro que habíamos hablado de que mamá también era una de ellos, pero hasta este momento, intuyo que no lo creí realmente.
Incluso cuando Galen había estado en mi cocina y acusado a mi madre de ser una pez monarca muerta, creí que estaríamos teniendo una conversación incómoda en este momento, tal vez que él intentara explicar alguna broma privada de lo que había querido decir. -Tienes mucho que explicar, Nalia. -Risa, risa.
Hablar, hablar, hablar. Hablar es lo que hicimos antes de que la comprensión llegara. La comprensión de que sí había una broma privada y yo era el blanco de ella. Durante 18 malditos años. Ja ja ja, que gracioso.
Pero esos eran sólo hechos, conocimiento. Así como saber cuántos metros hay en un kilómetro o cuál es la capital de China, datos sin emociones ligadas. Incluso la había escuchado en el teléfono hace rato, pidiendo a su jefe un permiso para ausentarse, pagó por adelantado todos los servicios públicos y soltó una perorata de todas las cosas que no debía olvidar hacer en la casa; fue como si planeara unas vacaciones o algo así.
¿Pero esto? Observar como la larga cola plateada de mamá la impulsa en el agua detrás de nuestra casa, sin nada de la torpeza habitual de Nathalie McIntosh, la madre-esposa-enfermera, y sí con toda la gracia y precisión que podrías esperar de Nalia, la princesa Poseidón largo tiempo perdida... Es una comprensión del tipo bofetada en la cara.Y todo lo que puedo hacer es mirar.
Cuando se estiran y retuercen, mi madre parece aliviada de deshacerse de sus piernas humanas, las comisuras de sus labios se elevan con satisfacción. Al observar su cara es sencillo creer que la transición se siente tan bien como Galen lo describe, su cola revolotea con elegancia controlada, de una manera que hace que Galen y Rayna parezcan inmaduros e inexpertos, pero la grandeza de la escena se abarata por el hecho de que ella aún trae puesta la camiseta de tirantes-la misma que traía puesta en el auto camino a casa, cuando aún sentía, a pesar de todo, que sólo era mi mamá.Ahora nada hacia mí, donde espero con los pues hundidos en la arena de aguas superficiales para evitar flotar. A medida que se acerca, estudio todo en ella-embebiéndome de todo e intentando procesarlo-pero más que nada, es su cara la que me perturba; ni siquiera tiene la decencia de parecer apenada. La culpa sería lo mejor, pero me conformaría con que luciera apenada; porque está a punto de usar esa cola, esa extensión de sí misma, esa cosa que mantuvo oculta de mí por 18 años, para impulsarse hacía el fondo del Atlántico.
Y eso parece estar bien para ella.
-Sorpresa -susurra mamá cuando me alcanza.-¿Tú crees? -La mejor de las maneras anti climáticas para comenzar esta despedida; quiero decir, estamos en el agua detrás de la casa donde nací, donde ella y mi padre me depositaron después de mi nacimiento, donde ella me preparaba huevos de desperdicios3, donde me regañaba por razones válidas e inválidas.
Mira mis piernas. -Entonces no tienes una cola.
Niego con la cabeza, parece confirmarle algo que ella ya sospechaba. Sus ojos ponen esa mirada de "escucha-a-tu-madre".
-Emma. -Toma mis hombros y me atrae hacia ella.
Me aparto de sus brazos. -No abrazo a desconocidos.
Debo sonar como una niña de tres años traumatizada, porque Galen nos lanza dardos con la mirada, mamá agita el agua para apartar un pedazo de alga marina y vuelve a rodearme con los brazos. Galen tiene esa expresión en el rostro, la de que quiere dejar todo y abrazarme, normalmente es mi expresión favorita.
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Of Triton-Anna Banks
Novela JuvenilEmma acaba de enterarse que su madre es una princesa Poseidón largo tiempo perdida, y ahora lucha con una crisis de identidad: como mestiza, es un fenómeno en el mundo humano y una abominación en el reino Syrena. Las leyes Syrena proclaman que todos...