. Hanahaki .

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[Contenido narrado normal]

[Ignis aún no descubre el género verdadero de Selena, esta aún es escolta]

—¿Qué cosa?

—Usted padece de la enfermedad del Hanahaki su alteza...

El príncipe del Imperio, Ignis Von Patus, estaba recostado en su gran cama con la visita del médico Imperial Arash. El albino había llamado al elfo desesperadamente, pues sentía un fuerte dolor en el pecho qué lo torturaba bastante. Este dolor le había imposibilitado el levantarse o el moverse con normalidad.
Aparte de todo eso, sentía unas ganas horribles de vomitar, siendo que ni siquiera podía comer por tener falta de apetito.

—Llama a Sir. Evan. —Había ordenado el albino mientras trataba de descansar entre los cogines de almohadas qué tenía consigo. Arash suspiró, aunque el príncipe del Imperio estuviera agonizando con esta clase de enfermedad, él solo pensaba en su escolta favorito.

—Su alteza... No debe de pensar ahora en Sir. Evan... Lo que esta padeciendo es algo serio, que si no es tratado podría morir... —El tono de voz de aquel elfo había cambiado a uno de preocupación y sinceridad, sin embargo el príncipe no tenía intenciones de ceder a tal enfermedad.

—Solo llamalo, Arash. Si tengo a Celestine a mi lado seguro me pondré mejor. —La sonrisa que tenía Ignis en su rostro preocupo por completo al peliverde, pues las curvaturas de sus labios estaban temblando demostrando así su intento de reprimir su propia tos.
Esto no había durado mucho, en un instante aquel albino empezó a toser en un descontrol total echando de su boca varios pétalos rosados. El ojirubi al ver esto se asustó, no comprendía el porque había salido esto de su interior, sin embargo sentía la garganta adolorida. —Arash... ¿Qué me sucede?...

—Esto es la enfermedad del Hanahaki su alteza... —El elfo empezó a palmear a Ignis quien se encontraba sentado en su cama, aún tenía más ganas de expulsar aquellos pétalos de su boca. —Esto es algo sumamente serio su alteza... Podría morir a causa de esto.

—¿Morir...? ¿Yo...? —Su respiración estaba agitada, sentía un mareo intenso en su cabeza, más aún con la palpitación que sentía en su frente. Estaba exhausto, más aún al saber que por una simple enfermedad podría morir.
Claro que no, el es el príncipe del Imperio, aquel que todos temen, aquel que baña su cuerpo con la sangre de sus enemigos, no podría morir por unos simples pétalos qué salían de su boca. —Tráeme a Sir... Te lo suplico Arash...

Había dicho con sus últimos alientos Ignis antes de caer dormido por la anestesia mágica qué había puesto el elfo sobre él.
Arash simplemente suspiro, si su teoría era cierta, la causa del Hanahaki en el príncipe, era su amor no correspondido, ese amor no correspondido era a un hombre el cual ya conocía pues con sus últimos alientos, el príncipe ya había dicho el nombre de aquel amor.
El elfo dio marcha delante para ir a la puerta dejando al pobre Ignis bajo su magia curativa para disminuir el dolor por aquella enfermedad. Tenía tan solo dos opciones para curar aquella enfermedad, la primera era someterlo a una cirugía y extraer las ramas del Hanahaki antes que se apoderen de su cuerpo, la otra opción, no le tenía esperanzas.

La persona que sufría del Hanahaki debía de tener sentimientos correspondidos por la otra persona, así podrá revertir la enfermedad sin tener efectos secundarios o consecuencias.

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❚𝘋𝘰𝘴 𝘊𝘰𝘱𝘢𝘴 𝘠 𝘔𝘢́𝘴❚ [Recopilación de One-shots] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora