CAPÍTULO 10

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Como daba buenos resultados para motivarlo le empezaron a ofrecer varias mujeres tantas como el deseará era un desastre cuando terminaban, siempre tenía que ir a recogerlo porque se le olvidaba del trabajo que tenía que hacer al día siguiente. Cuando ellas salían de la habitación decían que era de lo mejor que habían probado, fue entonces que a mí también me empezó a entrar la curiosidad.
Me hartaba tenerlo cerca pero no quería que nadie más lo tuviera era lo único que en verdad me pertenecía, hubo un momento en que me di asco por desear a mi propio hermano así que lo comencé a evitar pensando que se me pasaría el pensamiento pero él se dio cuenta así que también hizo lo mismo que yo, no solo el deseo comenzó a crecer más cuando lo veía de lejos si no que me irritaba que fingiera que no pasaba nada.
Eso provoco que tuviéramos varias discusiones, hubo un tiempo en que ya no fue necesario ir a ayudarlo cuando tenía sexo se las arreglaba solo pero ya habían varios rumores que era más agresivo y practicaba el sadismo.
Pasaron varias semanas que por trabajo casi no nos veíamos y si estaba cerca de él lo ignoraba a toda costa, era tanta la fuerza de lo que estábamos suprimiendo que terminamos siendo arrojados por la borda.
Daewhi estaba haciendo mal su trabajo por eso el jefe le dio algunos días libres pero no salía de la habitación de un motel, entraban y salían mujeres tantas como él quería eso orillo a que lo tuviera que ir a buscar y hacerlo entrar en razón porque se aproximaba un trabajo importante.
Cuando llegué al lugar me dirigí con cautela a donde se encontraban, caminando note todas los ruidos de gemidos al pasar, los números de las puertas a punto de caer, chicas desnudas saliendo y entrando de las habitaciones, los colores verdosos de las paredes, estaba a punto de tocar cuando salió una de ellas pensando que era el servicio, entre al cuarto era peor que las veces anteriores el éxtasis en la mirada de esas mujeres solo me provocaba celos y envidia.
A la que que tenía en sus manos no paraba de gemir, fui a detenerlo mi cuerpo se movió por impulso le grite ¡vístete nos largamos de aquí!, tenía urgencia de alejarlo lo más pronto de ellas aunque fuera desnudo.
Esperé a que se terminara de vestir y lo saque lo más rápido que pude, cuando llegamos a la salida sin soltarle el brazo continuamos caminando en silencio por un parque que estaba en frente, entonces me preguntó ¿hasta cuándo me vas a ignorar?
Por miedo a que no me fuera a controlar me quede callado pero no esperaba ver de nuevo ese lado de él que pensé que había desaparecido, cuando giré para tratar de calmar la situación vi lágrimas en sus ojos alejo mi mano de su brazo y comenzó a gritarme diciendo que si me quería separar de él me prometía no volver aparecer frente a mí, cuando termino de decirlo saco su navaja poniéndola en su cuello.
Corrí a detenerlo bloqueando con mi mano el arma eso provocó que empezara a sangrar y fue donde Daewhi reaccionó, le grite ¡que estupideces estás haciendo! Solo se quedó callado con la mirada hacia abajo lo jale con más fuerza del brazo llevándolo al callejón que teníamos de inmediato, lo arrinconé en una pared mientras mis manos lo sostenían de su playera, el ardor de la sangre que escurría por mi mano, los latidos acelerados de mi corazón, nuestras respiraciones que se mezclaban, el calor que sentía cerca de él hizo a que todos esos deseos reprimidos salieran disparados de golpe.
Como solo en mi mente lo imaginaba tome su cabeza de la parte trasera, me acerque lentamente cerrando mis ojos y pegue mis labios contra los suyos quería que fuera algo pequeño pero no deseaba soltarlo, estaba tan lleno de frustración al no saber hacerlo pero él simplemente no se movió. Cuando abrí los ojos di un paso atrás necesitaba ver la reacción de Daewhi tenía miedo de lo que iba a pasar, mis manos no dejaban de sudar nos quedamos viendo fijamente cuando comenzó a reírse, tenía una sonrisa que hacía un contraste excitante con las luces viejas que parpadeaban y me dijo parece que no soy el único que deseaba esto.     

Límite CorrompidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora