Nuestro plan marchaba bien mientras afinábamos los detalles con la organización rival esperábamos a que nos terminaran de dar la supuesta bienvenida, no fue fácil convencerlos porque siempre seriamos catalogados como ratas que traicionaron a su gente aunque la información que teníamos y el poder que obtendrían de esto era mucho mayor que su supuesta lealtad.
De repente mi atención se la llevo un trabajador que lo trataban peor que al resto ya era algo mayor calculando de lejos me llegaba a la cintura, era demasiado torpe tanto que no veía que se le caían las cosas lo estaban insultando y golpeando mientras el solo lloraba.
Sentí pena por aquel hombre era inevitable verlo y no verme reflejado en el así que por un ridículo sentido de justicia intervine golpeando a los bastardos como lo golpeaban a él, le di mi mano para ayudarlo a levantarse pero tenía miedo pensando que igual le haría daño, le pregunte ¿deseas tú también la libertad? levanto su mirada y con su cuerpo temblando asintió con la cabeza, me acerqué a su odio y con una voz baja le dije que si quería huir me tendría que esperar en el muelle esa sería su única oportunidad.
Llego el momento de despedirnos de Japón un país donde fueron contados nuestros buenos recuerdos lo demás lo enterraríamos en lo más profundo de nuestra memoria para seguir adelante.
No nos podíamos quedar a ver como se destruía lo que toda nuestra vida nos obligaron a proteger, en una traición es como una cloaca cuando se destapa todos los secretos que quedaban ocultos salen a la luz y el tiempo se limita para huir.
Escapábamos de esos grilletes que nos ataron toda nuestra vida, con la ambición clara en nuestra mente de ya no ser los perros si no los amos de nuestro propio mundo.
Cuando llegamos al muelle nos estaba esperando aquel hombrecillo con un bulto envuelto en un trapo, le indique que su pase de salida era el barco la decisión era de él pero no lo pensó dos veces. Nos subimos para llegar lo más pronto a nuestro nuevo destino, a mitad del camino le pregunte su nombre contesto Shota con una voz temblorosa Daewhi solo lo observaba en silencio pero sabía que no era de su agrado.
Pasaron algunos días y fue así como nos daba la bienvenida Corea del Sur nos llegaba una brisa nueva con el aire, me voltee para despedirme de Shota pero solamente me miro con tristeza como un cachorro que no sabe a dónde ir después de perder a su dueño, pensando en el negocio que íbamos a comenzar necesitábamos algunas manos extras entonces decidí agregarlo en nuestro futuro.
El inició se complicó más de lo que hubiera pensado mi objetivo principal era llegar al centro de Seúl, por el momento el dinero no era el problema pero quería establecernos rápido.
Pusimos una oficina como prestamistas era algo que sabíamos hacer más que bien y poco a poco nos fuimos dando a conocer, con el tiempo el lugar creció llegando a recuperar lo que habíamos dejado atrás pero con la diferencia que ahora eramos los dueños. Cuando huimos de Japón traje información de los negocios que hicimos con ciertos políticos de este país, eso nos ayudó a ponernos a su servicio para cualquier trabajo y con el paso de los días nos dio poder para entrar a un circulo más exclusivo de lo que estábamos acostumbrados.
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Límite Corrompido
FanfictionAlgunos crecen sin oportunidades, otros nacen teniéndolo todo. Esta historia te llevara a un lado opuesto de lo que se conoce, dando una razón sin justificar a una locura que nace de la necesidad y la supervivencia de cada día. Si solamente te qued...