CAPÍTULO 25

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Llegó la noche en la que teníamos que actuar la fiesta ya estaba empezando, le hice señas a Daewhi para poder hablar a solas mientras el buscaba un espacio para alejarse de la atención de Hyun, seguimos en nuestro papel sirviendo como normalmente lo hacíamos.
Me escape y ahí estaba esperándome en los vestidores del personal, lo primero que hizo cuando me vio fue abrazarme como si el tiempo no hubiera transcurrido. Le dije: ya tengo todo preparado, hoy nos largamos de aquí.
No esperaba para nada la reacción que tuvo, me empujó y dijo: me niego a irme sé que nos perseguirán y nos mataran si escapamos no pienso volverte a poner en riesgo vete tú, yo te protegeré esta vez. La ansiedad otra vez me consumía y los pensamientos inútiles no dejaban de aparecer, “le gusto este lugar”, “quiere estar con él”, lo que me dijo era mentira”, “ya no siente lo mismo por mí”, “ya no me necesita”, “no me ha dicho otra vez que me ama”, sentía como poco a poco me asfixiaba pero me prometí que jamás volvería a dudar de lo que realmente sentía, así que lo empuje y le grite ¡nunca más voy a volverte a dejar ir!
Parecía que no me escucho por que seguía insistiendo en quedarse supuestamente por mi bien no podía más con su terquedad, saque de mi bolsillo una droga que había preparado como un salvavidas por si algo salía mal y se la clave en el cuello. Se fue desvaneciendo en mis brazos, llame a los chicos que nos estaban esperando afuera con el contenedor, pero antes deje una nota que había hecho con mucho cariño a Hyun donde escribí: “Desde el principio no fue tuyo, si codicias lo de alguien más tendrás muchos problemas en el futuro, gracias por haberlo regresado a su verdadero dueño. Por tu bien espero que no nos volvamos a ver”, sabía que con el plan de su tío en marcha estaría ocupado por un buen tiempo.
Salimos por la puerta indicada ya estaba la camioneta encendida, pero unos hombres del club nos estaban esperando pidiendo ver lo que había en el contendor porque ya se había reportado la desaparición de Daewhi no había tiempo que perder, comenzamos a pelear pero era mucho más lento que antes me lograron golpear algunas veces más de las que hubiera querido pero mi mano en el estado que estaba no me ayudaba, llegaron más refuerzos a apoyarnos y terminamos venciéndolos más rápido de lo que alardeaban. Nos subimos en la parte de atrás recargue su cabeza en mi hombro para no perturbar su sueño por fin la pesadilla estaba a punto de terminar.
Mientras íbamos de camino al depósito recibí la llamada de Jaeil, lo primero que hice fue agradecerle por su ayuda a mi manera, pero solamente se carcajeo y dijo: Te estoy dando la segunda oportunidad que me habías mencionado, esta vez no la desaproveches también voy a tomar tu consejo que me diste esa vez, así que estamos a mano. Adiós.
Con sus palabras sentía como todo lo que una vez se salió de control regresaba lentamente a su lugar, la última instrucción era que antes de irnos quemáramos la camioneta para no dejar rastro, mi buen amigo Shota ya estaba listo en el siguiente auto para nuestra última parada en Corea.
Amanecimos en una casa rural alejados de la ciudad a las afueras de Gunsan nos preparábamos para partir a Taiwán y comenzar una nueva vida. Me recargué con un café en el borde de la ventana que daba hacia esa hermosa vista, el viento que rozaba en mi cara era tan refrescante que no podía parar de suspirar después de mucho tiempo, estaba esperando a que Daewhi despertara por la droga para poder continuar nuestra vida juntos pero tuve que tomar ciertas medidas drásticas encadenándolo de las manos a la cama mientras conversamos tranquilamente los malentendidos que pudieron surgir.

Límite CorrompidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora