Capítulo 13

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Se encontraba a Vali surcando los cielos en busca del primer miembro de su equipo, gracias a los datos que le había proporcionado Azazel, pero se notaba que tenia problemas en rastrearla, pero cuando pensaba en retirarse para buscarla otro día, escucho un estruendo.

Vali se detuvo en seco por las explosiones, así que decidió ir a ver el causante de esas explosiones, mientras más se acercaba más explosiones surgían, al estar muy cerca, entonces veía a una chica pelinegra con un kimono negro, orejas de gato y cola de color negro, al darse cuenta de que ella era quien buscaba decidió ayudarla.

Demonio 1: al fin te encontramos, nos causaste muchos problemas al escapar de nosotros, pero ahora estas sola y nadie te ayudara.

Demonio 2: cállate de una vez y matémosla, quiero reclamar la recompensa de esta maldita perra.

Demonio 3: a ustedes les falta visión, primero deberíamos aprovechar que no tiene fuerzas para defenderse y divertirnos un rato con ella antes de matarla – se lamia los labios con lujuria –

Kuroka: ustedes creen que dejare de pelear – dando todas sus fuerzas para mantenerse de pie – yo podre contra ustedes tres (Estoy en mi limite, no puedo más, perdóname Shirone no pude protegerte más).

Los demonios cargaban sus ataques lanzándoselos a la Nekomata, Kuroka solo cerro los ojos, pero paso unos segundos y no sintió el impacto del ataque, así que al abrirlos no veía que su cuerpo tuviera rastros de heridas, mientras sus atacantes se quedaron sorprendidos porque sus ataques habían desaparecido, pero cuando pensaban cuestionarse una voz en el cielo los interrumpió.

Vali: Perdón por la intromisión, pero no me parece justo que unos demonios abusen de alguien que no puede defenderse y menos si es de una chica.

Los demonios no pudieron hablar ya que se sorprendieron de quien se trataba, a lo que único solo pudieron decir "Es el Hakuryuukou", empezaban a tambalear por el miedo, pero se armaron de valor, empezando a atacar a Vali, pero este solo los esquivaba o detenia sus ataques con la palma de su mano.

Vali: a eso llaman ataques, son tan patéticos – se reía de los demonios por sus patéticos ataques en contra suya – yo les enseñare que es un ataque de verdad.

Sin perder el tiempo, se dirigió al suelo empezando su ataque contra los demonios, mientras Vali peleaba con los demonios Kuroka veía maravillada a su salvador.

Vali al ver que había alargado la pelea decidió acabar rápido, al ver como uno de los demonios lanzaba uno de sus poderosos ataques, en un rápido movimiento uso a uno de ellos como un escudo, provocando que el demonio muriera por el ataque de su compañero, sin perder tiempo les lanzaba el cuerpo del demonio ya muerto distrayendo a los otros dos, dándole el tiempo suficiente para quitarle sus energías a los dos restantes.

Vali: ahora sentirán lo que se siente que uno los ataque sin que ustedes puedan defenderse, pero ya va siendo hora de que mueran, vuelo del ave fénix.

El ambiente poco a poco se sentía más tenso, pero los demonios sentían como el poder de Vali aumentaba de golpe, al mirar bien al Hakuryuukou veían como una colosal figura de la mítica Ave extendía sus alas, para luego empezar a aletearlas, al hacer eso los demonios sentían una gran brisa que aumentaba la temperatura, sin darse cuenta sus vidas eran arrancadas del mundo terrenal, sus cuerpos eran reducidos a cenizas.

Vali al acabar con los demonios hacia desaparecer su casco dejando mostrar su cara a la Nekomata que se sonrojaba muchísimo al ver la cara de su salvador, pero su alegra duro poco ya que sus últimas fuerzas la abandonaban, provocando que ella callera al suelo, pero su caída fue amortiguada por los brazos de su salvador, sintiendo como la colocaba en el suelo con delicadeza.

Vali: ¿Te encuentras bien? – veía a la Nekomata con algo de preocupación –

Kuroka: solamente estoy agotada, ya que llevo días sin poder comer y descansar, pero una vez que me recupere seguiré mi camino – sonreía con algo de dificultad –

Vali: tu descansa yo me encargare de cuidarte, por cierto, mi nombre es Vali, el actual portador del dragón emperador blanco.

Kuroka: El Hakuryuukou – sorprendida – mi nombre es Kuroka Tojo una Nekomata.

Vali: encantado Kuroka – le daba una pequeña sonrisa, para luego aparecer un pequeño circulo de comunicación en su lado izquierdo – Rias Gremory, podrías poderme prestar a Asia por unos días por favor que es algo urgente.

Kuroka veía divertido como Vali se peleaba con la otra persona que se comunicaba, pero veía como su pelea terminaba para solo escuchar cómo decía que después cobrara su favor cuando lo necesitara, después de colgar envió unas coordenadas a Asia para que los viera en ese lugar.

Vali: bueno Kuroka es hora de irnos, una amiga vendrá para curarte y traerá comida – pero antes de seguir sentía múltiples auras de demonios acercándose, al ver como Kuroka ponía una cara de horror porque ella no podría ayudar en la pelea – no te preocupes yo me encargare de ellos – se volvía a poner su casco tapando su rostro –

Al darse la vuelta veía una horda de demonios rodeándolos a ambos, pero estos al ver de quien se trataba Vali podría ver su cara de terror, solo extendió su brazo creando un domo de protección a Kuroka, algo que tomo por sorpresa a la Nekomata, pero por dentro algo le decía que no se contendría para nada.

Su suposición estaba en lo correcto, ya que vio como Vali había iniciado el ataque, Kuroka no podía ver a la pelea ni los demonios ya que la velocidad del peliblanco era muy superior, lo único que se podía ver eran cuerpo mutilados, hasta se escuchaban los gritos de dolor de los demonios al ser masacrados, no paso mucho cuando el último demonio había caído, en el cielo solo se veía como una armadura blanca se teñía de rojo por la sangre manchada en batalla.

Vali desaparece el domo que cubría a Kuroka, para luego cargar a la Nekomata en sus brazos, Kuroka se sentía tan cómoda en los brazos de él, así que se quedó dormida sabiendo que ella estaba segura con él, Vali al ver esto solo sonreía para emprenden el vuelo a la cabaña, pensando que posiblemente Asia ya había llegado.

Kuroka inconscientemente solo pudo decir "Gracias" a su salvador, por primera después de aquel día sentía que al fin podía descansar ya que se sentía a salvo en los brazos de Vali.

Vali al escucharla solo soltaba una pequeña sonrisa al escuchar las palabras de la Nekomata, con un leve movimiento ponía a Kuroka más cómoda en sus brazos durante el trayecto, Kuroka al sentir lo que hacia su salvador se aferraba más a él.

CONTINUARA 

Saint Seiya: El Renacimiento De Los CelestialesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora