Capítulo 16

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Se veía a Azazel observar a Vali durmiendo en la cama con algunos vendajes en varias partes de su cuerpo, para luego observar a la Nekomata sentada junto a la cama donde se encontraba Vali.

Azazel: Te agradezco mucho en cuidar a Vali mientras regresaban a Grigori - miraba a la Nekomata -

Kuroka: No solo fui yo, tuve algo de ayuda del santo de Aries - mirando a Vali durmiendo plácidamente -

Azazel: Lo sé, aunque me pregunto cómo encontraron ese lugar - tocaba su barbilla con su mano derecha -

Kuroka: debió ser mi culpa, posiblemente llegaron las noticias de que yo estaba en ese lugar y fueron a buscarme, por mi culpa Vali esta así - se sentía culpable y frustrada por no hacer más por el -

Azazel: No te preocupes, Vali es demasiado duro para dejarse vencer, cuando menos lo esperes ya estará fuera de la cama listo para entrenar, pero si lo hace te encargo cuidarlo, a veces es muy terco y siempre trata de llevar más lejos su límite físico.

Dicho eso Azazel se retiraba dejando a ambos en la sala de recuperación, al llegar a su oficina podía ver a alguien muy familiar, al entrar solo sonreía para luego darle un saludo.

Seiya: Azazel es bueno verte de nuevo.

Azazel: ¿Qué tal los resultados de tu revisión? - mirándolo con intriga -

Seiya: Ya puedo usar el cosmo para muchas cosas, pero aun no puedo usar la armadura de Pegaso, es como si tratara de evitarme o no aceptara mi llamado.

Azazel: Al parecer su vinculo entre ambos a de estar roto, algo lo obstaculiza o ya no te reconoce como su dueño - miraba a Seiya - ¿Dónde se encuentra la armadura de Sagitario?

Seiya: Después de que fueron destruidos por Thanatos, Kiki paso mucho tiempo aprendiendo sobre las notas de Mu, incluso poniendo en practica sus conocimientos que aprendió, al final pudo lograrlas repararlas, pero necesitaron ser bañadas por la sangre de Athena para revivirlas del todo, después de eso algunas armaduras eligieron a sus sucesores, mientras las que quedaron, se pusieron en un estado de inactividad en el santuario.

Azazel: ya veo, dime ¿Qué tal va el orfanato?

Seiya: Va de maravilla, gracias a tu ayuda, Miho y Seika están tan contentas con su ayuda, aunque al principio ambas no se acostumbraban al tener también huérfanos de otras razas, pero con el paso del tiempo se acostumbraron.

Antes de que siguieran su charla, fueron interrumpidos por Shun, tras eso Seiya se despidió de Azazel. Shun le avisaba que ya había revisado a Vali para darle la noticia que ya dentro de unos días estaría del todo sano, dicho eso acompaño a Seiya con dirección al orfanato.

Al llegar Shun se ofreció a ayudarlos un rato, preparando la comida, como también revisar a cada uno de los niños que tuvieran una gran salud, a los que estaban enfermos los trataba, para luego darles sus respectivos medicamentos. Así estuvieron todo el día hasta caída la noche donde ambos hermanos se quedaron solos para platicar.

Shun: Dime Seiya ¿Qué tal los resultados de tu ultimo chequeo en Grigori? - tras terminar su pregunta decidió tomar una soda empezando a beber de ella -

Seiya: Todo es positivo Shun, gracias a la ayuda de Grigori, la maldición de la espada de Hades se a retirado, incluso puedo usar más mi cosmo - se cruzaba de brazos - se podría decir que, al nivel de un santo de plata, pero a pesar de eso sigo sin poder usar la armadura de Pegaso - miraba la pandora box cubierta por una manta -

Shun: Curioso, te gustaría tratar enfrente de mí, tal vez pueda ayudarte.

Seiya asentía para luego concentrar todo su cosmo que podía y trato de llamar a la armadura de Pegaso, pero sin éxito alguno. Bajo la mirada de Shun notaba como la conexión entre ambos era muy débil, incluso sintió como si la estrella guardiana de Pegaso poco a poco se apagara en Seiya.

Shun: (acaso será) - Shun era sacado de sus pensamientos por Seiya ya que quería escuchar su opinión - tengo algunas hipótesis, tu tiempo como caballero de Pegaso terminaron y poco a poco el cosmo en tu cuerpo se ira desapareciendo o la segunda opción es que la armadura ya no te reconoce como su dueño porque ya no perteneces a la constelación de Pegaso.

Seiya: Se que tarde o temprano dejare de portar la armadura, pero no en estos momentos, necesito por lo menos usar la armadura para proteger este lugar, proteger a los niños, a Miho, a Seika, proteger el sueño y esperanza que representa este lugar - suspiraba pesado - no solo ellos, también proteger a las personas inocentes o al ser sobrenatural y también proteger a Saori - tras decir esto último se sintió algo triste por no estar para ella -

Shun: Siento lo que sientes Seiya, pero hay veces donde las estrellas, el cosmo actúa de manera extraña, cuando menos lo esperes la armadura escuchara tus deseos - tocaba el hombro de su hermano - pero por ahora me alegra que estés mejor.

Seiya: Tienes razón Shun - hacia una pequeña sonrisa - ¿Qué tal va Ikki con el entrenamiento a Vali?

Shun: Ya conoces a Ikki, a llevado al limite muchas veces a Vali, hasta hay veces que parecen como si fueran hermanos, el último entrenamiento que hizo con el antes de que Vali se fuera de misión fue que su cuerpo soportara el poder sacro que emana la armadura de fénix, hasta me sorprende que la misma armadura no lo rechace por su parte demoniaca.

Seiya: Bueno también lo que vivió el, posiblemente la armadura vio lo más profundo de su corazón como lo hizo con Ikki en su momento.

Shun: Ahora que lo mencionas, la armadura de fénix ha hecho muchas cosas por Vali, como si quisiera protegerlo, guiarlo, ya que la primera vez que despertó la armadura divina solo lo uso para defenderse a el y a Asia, pero la segunda vez por como me lo conto Kuroka, algo motivo a Vali, la armadura escucho su voluntad volviendo a su estado divino.

Seiya: Esta nueva generación, cada vez más me sorprenden más.

Shun: Como diría Dohko las nuevas generaciones siempre superaran a las anteriores.

Seiya: Ya hablas como Shiryu - soltaba una pequeña risa -

Ambos se empezaron a reír por lo dicho por Seiya, para luego empezar a ponerse al corriente, teniendo una gran platica muy amena hasta el amanecer donde Shun se despedía de todos en el orfanato para volver al Santuario.

Shun: Recuerda Seiya cuando el momento llegue la cloth te reconocerá - dicho esto desaparece del lugar -

Seiya: Espero tengas razón Shun - mirando la pandora box de la cloth de Pegaso -

El Vaticano Italia

Se encontraban dos exorcistas arrodilladas con unas capas blancas y rayas verdes, enfrente de alguien, explicándoles que se han llevado acabo robos y ataques hacia la Iglesia que eran llevados a cabo por los Santos negros, así que les encomendaban encontrar a Athena para pedir su ayuda.

Xenovia: Entendido, llevaremos a cabo la misión.

Irina: No los defraudaremos.

Dicho eso ambas exorcistas se despidieron para preparar sus cosas para viajar a Grecia con intención de visitar el santuario de Athena.

CONTINUARA

Saint Seiya: El Renacimiento De Los CelestialesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora