Capítulo 14

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Ya había pasado algunas horas después de aquel incidente donde Vali había rescatado a Kuroka, tras la ensangrentada batalla que tuvo el pelo plateado se llevo en brazos a la Nekomata.

Unas risas despertaban poco a poco a Kuroka, pasado varios segundos ella se recuperaba del sueño, pero se sorprendía por la comodidad de la cama, aun sin dejar de estar sorprendida por ya no sentir el dolor de sus heridas.

Kuroka: ¿Dónde estoy? – la Nekomata no dejaba de sentirse sorprendida, pero no se había dado cuenta que al momento de preguntar las voces se callaron –

Kuroka trato de levantarse, pero al momento de hacer el esfuerzo se caía, pero Vali había actuado rápido al estar cerca atrapándola entre sus brazos amortiguando su caída.

Vali: Deberías de tener mucho cuidado Kuroka, aun no estas recuperada, tuvimos suerte de que Asia curara tus heridas, pero tu cuerpo debe recuperar energía – cargaba a Kuroka para dejarla en la cama con mucho cuidado –

Asia al ver el acto de Vali se sorprendía muchísimo ya que al conocerlo mucho ella sabia que su amigo era cariñoso con pocas personas, al salir de su sorpresa le dejaba un tazón de comida caliente junto a unas tazas de té en la pequeña mesita a su lado.

Asia: procura descansar mucho, comer, hidratarte y tu cuerpo poco a poco recuperara la fuerza – sonriendo feliz –

Kuroka: Muchas gracias a ambos, la verdad me gustaría devolverles el favor, pero no tengo nada que ofrecerles – bajaba su mirada – mucho menos a ti Hakuryuukou.

Vali: si la hay Kuroka, pero antes levanta esa mirada – miraba a Kuroka –

Kuroka: ¿Cuál? – levantando su mirada muy sorprendida –

Vali: Kuroka únete a mi equipo – mirando a la Nekomata –

Kuroka no sabia que responder ya que no se esperaba esa petición, ella no sabia que decirle, al mirar a Vali a los ojos el se dio cuenta que estaba indecisa, así que solo le dio una pequeña sonrisa a la Nekomata para luego darle tiempo para que piense sobre su propuesta.

Tras ayudar a Kuroka a comer, ella se quedaba plácidamente dormida, a lo que Vali se llevo los platos sucios, al llegar a la cocina apilando las cosas en el lavabo, Asia llegaba donde él estaba.

Asia: no se que te paso Vali, pero al parecer cambiaste – mirando a su amigo – se me hace muy raro.

Vali: te seré muy sincero Asia – voltea a ver a su amiga – no quiero ver a nadie morir, no mientras yo esté aquí, ya perdí a mi madre, casi te pierdo a ti junto a Raynare, si tengo la posibilidad de ayudar yo lo hare – apretaba un poco su puño –

Asia: lo se Vali – abrazaba a su antiguo compañero – pero tampoco te culpes, ya que, gracias a ti, tanto yo como Raynare estamos bien, si no también le salvaste la vida a Kuroka.

Vali: Gracias Asia – correspondiendo su abrazo – sabes extraño pasar tiempo contigo, poder escuchar tus consejos.

Asia: perdón Vali, pero sabes que mis nuevas responsabilidades como demonio no me dejan, pero siempre que pueda o necesites mi ayuda, yo acudiré a ayudarte – se separaba de él, pero le daba una sonrisa cálida –

Vali: muchas gracias, Asia, si tu necesitas de mi ayuda yo acudiré a darte una pequeña ayudita – sonríe un poco –

Asia: deberías sonreír más Vali – miraba el reloj en la pared – me tengo que ir Vali, pero siempre procurare volver cuando tenga tiempo, avísame de la mejoría de Kuroka.

Vali: Esta bien Asia, si necesitara algo más yo te aviso – se despedía de su amiga – por cierto, muchas gracias.

Asia solo sonreía para que luego un círculo mágico con el emblema de la familia Gremory se abría debajo de sus pies, así desapareciendo del lugar dejando a Vali en el lugar.

Saint Seiya: El Renacimiento De Los CelestialesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora