Gemelos Kim [Chanmin/Changmin]

XXI

Jungmin aún no se rendía, había hecho demasiadas cosas para que Changbin se enamoré de él, pero no era tan bueno en hacer las cosas.

El día después de que lo cuidó de la tormenta, intento hacer un desayuno decente, pero no hizo más que cocinar arroz, porque lo demás se le termino quemando.

Su plan no estaba yendo por buen camino, porque Changbin seguía actuando como siempre.

Esto era un desastre, el intento de cazar a un pez estaba siendo muy difícil, pero debía hacerlo si quería darle un buen desayuno a Changbin, a pesar de que el agua este muy fría.

"Uno, solo uno "

Apuntó al pez con la lanza, calculo la fuerza y luego, lo atrapó.

La felicidad invadió su corazón, al fin consiguió cazar un pez, en todo este tiempo no logró cazarlos, pero ahora lo hizo. Se sentía muy feliz.

Salió del agua, el sol apenas salía así que tendría a tiempo el desayuno de Changbin.

Corrió hasta la casa, haciendo el menor ruido posible, sacando las ollas y encendiendo el fuego. Lo estaba haciendo bien.

Preparó todo, el arroz y el pescado. El olor llegó a su nariz, sintiendo satisfacción por el olor.

―¿Qué haces? ―tenía la voz ronca, recién se levantaba.

Jungmin se puso tímido, aún no se acostumbraba a esa voz. Sin responder a su pregunta le extendió un plato con comida.

―Hice el desayuno ―le sonrió, quería una mínima reacción de Changbin, solo eso pedía.

Pero Jungmin no sabía que el corazón de Changbin estaba latiendo a lo loco, le era extremadamente tierno el hecho de que Jungmin se haya esforzado por cocinar su desayuno.

Recibió el plato, sonriéndole devuelta,  sabía que esto sería muy difícil para ambos, pero simplemente no estaba en su destino estar juntos y solo quería que Jungmin dejará de amarlo.

―Gracias, pero no era necesario que lo hagas ―comenzó a comer, siendo observado por Jungmin

―Te amo Changbin ―confesó de repente, sorprendiendo a ambos, la intención de Jungmin no era decirlo en voz alta.

―Jungmin...

―¡No debes decirme nada! ¡No quiero escuchar nada! ―se tapó los oídos, no quería escuchar que lo vuelva a rechazar.

Changbin se guardó sus palabras, no tenía planeado rechazarlo de nuevo, porque también le dolía.

Pero ambos no podían estar juntos, el futuro de ambos era diferente, a Jungmin le tocaba el oro y poder, mientras que a él le tocaba robar.

Se acercó a Jungmin, quitando sus manos.

―Lo siento ―lo abrazó fuertemente, antes de que Jungmin lloré o se escape.

Jungmin solo le devolvió el abrazo, tal vez su plan no iba a funcionar, pero seguiría intentándolo, porque lo único que no quería perder...

Era Changbin.

Para Changbin esto tampoco era fácil, podía ver los intentos de Jungmin para llamar su atención, aunque le dolía fingir desinterés.

Porque lo único que quería era abrazarlo y besarlo, quería volver a sentir sus labios sobre los suyos, quería cuidarlo y mimarlo, quería dormir abrazado a él, quería acariciarlo, quería hacer muchas cosas más, pero lo que más quería, era vivir con Jungmin, tener un futuro juntos.

Pero todo esto sería solo en sus sueños, dónde los finales felices si existen, no como en la realidad, dónde nos toca sufrir porque los finales felices no existen.

Un príncipe y un ladrón, en los cuentos tendrían todo su desarrollo y final feliz, quedando todo plasmado en las hojas y las narraciones de los padres y madres, pero esto no era un cuento.

Se alejó de Jungmin, viendo las lágrimas caer de sus ojos, haciendo que su corazón se encoja de dolor, no soportaba verlo de esa manera.

―Jungmin, debemos comer ¿si? ―le sonrió, mientras limpiaba sus lágrimas ―te salió muy delicioso, además debemos ir con los niños.

Jungmin solo asintió, se esforzó mucho por la comida y no debía desperdiciarlo.

Las horas pasaron, la tarde con los niños fue divertida, hicieron demasiadas cosas, Jungmin les contó un cuento y Changbin los hacia jugar.

Hasta que la noche cayó, ahí todos se fueron a sus casas, incluyendo a Changbin y Jungmin.

Ya en la casa no dijeron nada, todo era silencio, hasta que un estornudo por parte de Jungmin rompió el silencio.

―¿Estás bien? ―preguntó para acercarse a Jungmin, tocó su rostro, estaba hirviendo en fiebre ―¿Cómo es que enfermaste?

Se preocupo mucho, Jungmin estaba caliente y débil.

Sin siquiera pensarlo dos veces, cargo a Jungmin, llevándolo a su cama, salió rápido de la casa mientras agarraba un pequeño bowl en dónde traería agua.

Fue hasta el pozo y saco agua lo más rápido posible, no quería dejar a Jungmin solo.

Fue devuelta a la casa, encontrando a Jungmin acurrucado con su manta, soltando ligeros quejidos.

―Jungmin acuéstate boca arriba ―con la poca fuerza que tenía se dió la vuelta.

Desató la ropa de Jungmin, teniendo cuidado de no ir tan lejos, debía tener autocontrol.

Con un pedazo de tela secó el sudor de Jungmin, metiendo su mano por debajo una ropa, no debía ver la desnudez de Jungmin, no ahora que se encuentra débil e indefenso.

Cuando ya lo secó, trajo otro pedazo de tela, lo mojó con el agua para luego exprimirlo, solo debía refrescar la frente de Jungmin.

―Ya pasará, solo es una fiebre pasajera ―lo consoló, mientras acariciaba los cabellos de Jungmin.

Justo debía pasar esto, pero Changbin no sabía la razón por la que Jungmin enferme, a menos que...

―Jungmin, ¿fuiste a pescar antes del amanecer?

―Si... ―respondió de manera débil, la fiebre lo estaba debilitando mucho.

Changbin quiso regañarlo por ir tan temprano al Río, pero de solo pensar en las intenciones con las que fue en primer lugar, se retractó.

Jungmin solo quería tener su atención, y solo por esta noche se la dará por completo.

Disfrutará está noche lo que en un futuro no podrá.

―Quisiera regañarte por ser descuidado, pero también quiero abrazarte.

Así lo hizo, se metió en la cama junto a Jungmin, acercándolo a su cuerpo, rodeó la espalda de Jungmin con sus brazos, mientras soltó un pequeño y casi inaudible.

―También te amo Jungmin.

18/02/24

Tres capítulos
en un mismo día,
nuevo récord.