Gemelos Kim [Chanmin/Changmin]

IX

Jungmin acababa de despertar, pero aún no se movía de su lugar, el calor corporal de Changbin lo llenaba de calidez.

Estaba tan cómodo que no quería levantarse, tanto que por primera vez en toda su vida no quiso ir al Río o el bosque, y el amaba salir en la mañana.

"Tan suave, más que mi almohada de plumas".

Acarició tiernamente el pectoral izquierdo de Changbin, sintiendo las palpitaciones de su corazón.

―¿Qué haces? ―la voz de Changbin lo hizo detenerse, quiso explicarse, pero su rostro se le adelantó ―¿Y ese sonrojo?

Jungmin escondió su rostro, estaba apenado, aunque eso no le impedía que siga sobre el pecho de Changbin.

―Es suave y cómodo ―dijo con la voz amortiguada por los músculos de Changbin.

Soltó una risita, haciendo que Jungmin sienta las vibraciones.

―Es bueno que te guste, pero debemos desayunar.

Un quejido se escuchó por el contrario, lo que menos quería era levantarse del pecho de Changbin.

―Está bien ―se levantó con el ceño fruncido, tratando de quitar la manta que los cubría.

Una risita lo detuvo, haciendo que volviera a su antigua posición, con la única diferencia de qué Changbin lo abrazaba por completo e hizo que esconda su rostro en su pecho.

―Solo unos momentos más.

Y volvieron a dormir, envueltos en ese ambiente de cariño absoluto.

□ □ □

Algo que Seungmin no lograba entender es el hecho de qué...

¿¡Cómo podía una persona salir todas las mañanas solo para ir al mismo lugar!?

―Chan, ya estoy arto de esto, siempre es el mismo Río o el bosque ―detuvo al caballo, negando a seguir el mismo camino de todas las mañanas.

―Seungmin necesito que hagas esto ―acercó su caballo, no debía ser indiscreto.

―Lo haré, solo si eres quien me sigue ―Chan soltó un suspiro, era imposible persuadir a Seungmin, lo había intentado demasiadas veces que ya perdió la cuenta.

―Está bien ―dijo resignado, dando el paso al caballo de Seungmin.

Solo esperaba que Seungmin no lo llevará más allá del bosque, debían volver antes del mediodía.

―¡No te pierdas!

El gritó de Seungmin lo sacó de su preocupación, a pesar de que Seungmin le pusiera los nervios de punta, siempre lograba divertirse.

―¡Estoy detrás de ti!

Corrió con su caballo, Seungmin era muy bueno para cabalgar, incluso mucho mejor que KyuMin, el mejor soldado.

El lugar donde Seungmin quería ir estaba muy lejos, aunque no se trataba de un viaje. Si no de un paseo.

Seungmin fue por varios desvíos, ese lugar lo había encontrado porque los marinos estaban por atraparlo, aunque fue más rápido y con su conocimiento en el bosque logró llegar a este lugar.

Después de un largo camino llegaron a su destino, era un hermoso lago, llenó de flores de loto.

Era completamente perfecto.