XI

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Desde que Seungmin se enteró de aquel cuaderno no dejó de pensar en él. Hasta el momento no pudo robarlo, parece que ese cuaderno es demasiado preciado para el Rey, en ningún momento soltó el cuaderno.

Cada tarde que lograban coordinar siempre sostenía aquel cuaderno.

―Chaaaaaaan... ―agarró la mano de Chan para llamar su atención, estaban haciendo una réplica del cuaderno, bueno, la portada del cuaderno, todo por la iniciativa de Chan ―no creo que el Rey se dé cuenta del cuaderno, solo serán unos momentos.

Hace horas que el Rey salió de viaje, dijo que volvería el día siguiente, era hora de robar el cuaderno, pero Chan era un poquito miedoso que lo obligó a esperar que haga una réplica del cuaderno.

Seungmin dudó mucho de que el Rey volviera pronto, así que le es una perdida de tiempo hacer esto.

―Conozco suficiente al Rey, como para saber que él volverá.

Seungmin bufó, no habría manera de apresurar las cosas.

―Miedoso ―se burló de Chan, sacándole la lengua.

Chan sonrió por el acto infantil, para luego responder.

―Se llama ser precavido.

Así estuvieron por un tiempo más, hasta que Seungmin ya no soportó la espera y se fue corriendo al almacén.

―¡Príncipe! ―gritó Chan a la lejanía, Seungmin corrió aún más rápido por el grito.

Seungmin llegó al lugar, revisando el alrededor para que nadie lo viera entrar al almacén.

Chan terminó de hacer las letras y decidido corrió al almacén, conociendo a Seungmin estaría revisando todo lo que hay ahí dentro.

Llegó al almacén, viendo a todos los lados para que nadie lo vea, pero para su mala suerte el Rey estaba cerca.

Chan ya lo sabía pero Seungmin nunca le creyó.

Tocó la puerta dos veces, abriendo una pequeña rendija par botar el cuaderno.

Chan se alejó lo más rápido que pudo de ahí, viendo como el Rey se acercaba al almacén.

"Por favor, que no atrapen a Seungmin"

El Rey entró al almacén, revisando lo más valioso de ahí, el cuaderno.

―Me alegra que nadie pueda leer chino ―tocó el lomo del cuaderno, viendo su perfecta caligrafía, dando un último vistazo a su cuaderno salió del almacén, par ahora sí dar en marcha su viaje.

Seungmin vió desde arriba, le fue difícil trepar al techo después de cambiar los cuadernos.

Ahora si nada lo detendría a leer el cuaderno.

Bajó del soporte para el techo con cautela, un simple sonido alarmaría a todos.

Chan entró al almacén, mirando a Seungmin bajar por la pared.

―¿Qué fue lo que te dije antes?

Seungmin desvío la mirada, odiaba cuando Chan tenía la razón.

―Que el Rey podría volver ―dijo de mala manera.

Chan sonrió por eso, Seungmin odiaba cuando tenía la razón, y a él le gustaba molestarlo con eso.

―Dí que soy un sabio y debes hacerme caso ―Seungmin entrecerró los ojos y se fue corriendo, de nuevo escapó de Chan.

"Conseguiré que des tu brazo a torcer"

Chan corrió detrás de Seungmin, debían leer ese cuaderno antes de qué vuelva el Rey y descubra toda su mentira.

Cuando llegaron a la habitación del príncipe dejaron de correr, tomándose unos minutos para recuperar el aliento.

―Algún día no podré seguirte el paso, debes dejar de correr ―reclamó Chan, tocando su pecho para sentir sus latidos.

―Corres como un niño, incluso Daekyum te ganaría, y eso que el tiene dos años y a penas puede caminar ―le saco la lengua, otra vez ese lado infantil de Seungmin.

―De acuerdo, cuando vaya a tu pueblo haré una carrera con Daekyum ―puso sus manos en su cintura ―y si ganó me deberás de cumplir un deseo.

Seungmin se cruzó de brazos, maltratando un poco el cuaderno, alterando demasiado a Chan.

―¡Cuida el cuaderno! ―se acercó a Seungmin tratando de quitarle el cuaderno, pero Seungmin era experto en escapar.

―Si quieres el cuaderno dime príncipe Seungmin ―dijo burlón, sabía que Chan no lo haría.

Pero la desesperación estaba llenando el corazón de Chan.

Logró tomar la mano de Seungmin, haciendo que se dé la vuelta, cuando consiguió que Seungmin lo mirara, se arrodilló frente a él agachando la cabeza.

―Por favor, príncipe Seungmin ―levantó la cabeza, haciendo contacto visual ―¿Puede otorgarme el cuaderno?

Seungmin se quedó sin habla, jamás creyó que un noble se arrodille frente a él, ni mucho menos le hablaron con tanto respeto.

Estaba tan inmerso en la sorpresa que no se dió cuenta que la mano de Chan seguía entrelazada con la suya. Cuando sus ojos fueron a sus manos fue cuando se sonrojo.

¡Seungmin se sonrojo!

―¿Y eso? ―pregunto entre confundido y asombrado.

Seungmin le dió el cuaderno de manera brusca, quería taparse su rostro, nunca en toda su vida sintió sus mejillas tan calientes solo por un toque de manos.

Incluso algunos chicos de su pueblo le causaron algo así, ni siquiera cuando besó a una mujer se sonrojo de esa manera.

Separando sus dedos medio y anular comenzó a caminar, quería taparse con algo más grande, su rostro se sentía caliente, incluso sus orejas.

―Comenzaré a leerlo ―ignoró la vergüenza de Seungmin, no quería recibir un almohadazo, no dos veces el mismo día.

"En un día lluvioso nació la heredera de la corona, una mujer, la única descendiente del linaje Kim. Lastimosamente los reyes murieron cuando la heredera tenía cinco años, durante toda su vida creció con los sirvientes, así llegó hasta los dieciocho años. Debía llevar acabo una boda, el primer príncipe que vaya al reino y la reclamé como suya será el próximo Rey de Hanyang.

El primer príncipe que fue al reino era un extranjero, el príncipe Shin YuanJen, un chino.

A pesar de no saber el idioma proclamó a la princesa Kim, así ellos se casaron.

La vida de la Reyna Kim jamás fue fácil, pero lo único que la salvó de escapar de su reino fue su hijo. El pequeño bebé que tenía en su vientre.

Durante muchos meses el embarazo se puso difícil, haciendo que la salud de la Reyna cayera. El día del parto fue cuando la Reyna murió. Ese trágico día fue cuando se perdió una vida pero nacieron dos. Dos hermosos gemelos.

Los gemelos Kim"

Los gemelos Kim"

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28/01/24

Gemelos Kim [Chanmin/Changmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora