XXIII

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Seungmin no podía responder, no sabía que tenía que decir, o siquiera si esto no era un sueño, ya no sabía que pasaba.

―Yo... ―sus ojos pesaron y se durmió sin decir nada más.

Chan lo cargo en su cuerpo, el pueblo de Seungmin no quedaba tan lejos de aquí, tendría mucha suerte si consigue un caballo para dejarlo.

□ □ □

Jungmin se recuperó del resfriado, aunque deseaba seguir enfermo, Changbin lo cuidaba tan lindamente que no quiso recuperarse.

―Que esto te sirva de lección ―lo regañó, Jungmin mantenía la mirada baja, pero por dentro solo pensaba los tratos de Changbin a su persona y no los dolores en su cuerpo ―No debes salir de la casa antes del amanecer, no sin mí.

Jungmin sonrió genuinamente, le gustaba que Changbin lo cuide de esa manera.

―No saldré de la casa sin tí ―le sonrió, haciendo que Changbin desvíe la mirada.

Todo volvió a la normalidad, gracias a su resfriado Changbin se acercó mucho más a él. Igual que antes, como aquella vez que hicieron el viaje.

―Me parece bien, así no te enfermas de nuevo ―terminó de arreglar las mantas ―Ya está listo, ahora vamos a pescar.

Jungmin asintió, extrañaba ir al Río.

Con sonrisas en sus rostros llegaron al Río, con lanzas en sus manos, se preparon para pescar.

―Debes esperar que el Sol caliente un poco el agua ―con pasos lentos se adentró al agua ―Está fría, pero no congelada ―estiró su mano libre para que Jungmin la tomara.

Jungmin tomó su mano y poco a poco se entró al agua, Changbin tenía razón, el agua estaba fría, pero no era tanto como para entumecer tus músculos.

―Sí, está fría ―le sonrió a Changbin, el contrario fue contagiado por su sonrisa que se dejó llevar por sus instintos.

Soltó la lanza para posar su mano en la mejilla de Jungmin, sin pensar demasiado las cosas, lo besó.

Un beso tan apasionado que se olvidaron de su alrededor, se olvidaron de los contra, de los imposibles, de lo incorrecto.

Simplemente eran dos personas demostrando su gran amor.

Changbin dejó de pensar en todas sus limitaciones con Jungmin, solo quiere disfrutar del presente y conservarlo como un dulce recuerdo en el futuro.

Lo amaba demasiado que tomó la decisión de tener una relación con Jungmin.

―Changbin... tú-

Un beso lo calló, seguido de otro y otro. A la final sus mejillas estaban tan rojas que ocultó su rostro en el pecho de Changbin.

―Te amo Jungmin.

Jungmin levantó la mirada, esperaba y rogaba que esto no fuera una ilusión.

―Vuelve a decirlo, por favor ―lo miró a los ojos, poco le  importaba que ahora este bastante rojo.

―Te amo Jungmin, ¡Te amo mucho!

La felicidad inundó el corazón de Jungmin, todos su esfuerzos valieron la pena, Changbin lo amaba.

―Te amo mucho Changbin ―lo besó, envolviendo ambas manos en el cuello de Changbin.

Changbin no se quedó atrás y puso sus manos en la cintura de Jungmin, disfrutando con todo su corazón este momento.

―Príncipe ―ambos se separaron cuando escucharon esa voz, voltearon a mirar a la persona ―debemos volver.

Toda la felicidad se esfumó tal como vino.

―Chan ―dijo en voz baja, ¿ya debía volver? ¿en serio debía hacerlo?

Seungmin apareció detrás de Chan, con la mirada baja, seguramente cometió un grave error como para que Chan lo quiera alejar.

―Seungmin ―llamó Changbin, sintiendo una gran tristeza en su interior, sabía que tenía que estar feliz por tener devuelta a su hermanito, pero si regresaba, Jungmin debía irse.

Le dolía saber que no pudo aprovechar mucho tiempo con Jungmin, todo por pensar en el futuro.

Ambos muchachos salieron del agua, no sabían en que momento sus sonrisas desaparecieron, pero de lo único que eran conscientes era que ya no podrían verse.

Y eso les dolía mucho.

―Príncipe, Seungmin, vayan a intercambiar de ropa ―indicó Chan, dándole paso a Jungmin, empujando ligeramente a Seungmin.

Ambos hermanos caminaron hasta la casa de Changbin, no decían ni una palabra, no como la primera vez que se vieron, no dejaban de hablar.

Así en completo silencio se cambiaron de ropa, con las miradas tristes y el corazón en agonía, bueno, Jungmin tenía así el corazón.

La situación de Chan y Changbin no era distinta, estaban en silencio, dirigiéndose a paso lento hasta la casa.

"Esto es lo mejor" pensó Chan, mientras se mordía el labio inferior.

"¿Por qué no pudiste regresar en unas semanas más?" Se lamentó Changbin.

Había decidió ser feliz por el presente, pero ahora le tocará sufrir tanto ahora como en el futuro.

Llegaron a la casa, esperando que ambos chicos salieran.

Cuando salieron de la casa siguieron en silencio, ninguno podía lidiar con sus emociones, si decían una palabra seguramente dirían cosas sin sentido.

Cómo Jungmin, que quería quedarse ahí, olvidarse del palacio, el reino y el Rey. Ya no quería ser un príncipe, no quería dejar a Changbin.

Pero por el lado de Seungmin, él solo quería decir que aún no sabía todo lo que oculta el Rey, que no quería irse sin descubrir más.

―Vamos príncipe, debemos llegar antes del atardecer ―se dirigió al caballo, se subió en el y espero que Jungmin hiciera lo mismo.

―Chan, espérame, solo un momento ―pidió para luego tomar la mano de Changbin y entrar a la casa.

Chan suspiro, por lo que había visto en el Río, sabía que ellos dos se amaban y que seguramente está despedida sería dolorosa.

―Jungmin que-

Jungmin lo besó, quería disfrutar de el posible último beso que le daría a Changbin, una lágrima descendió.

Rompieron el beso, uniendo sus frentes, se dedicaron una última sonrisa.

―Recuerda que siempre te amaré, eres mi primer y último amor.

Se alejó de Changbin, sintiendo que ya no soportaría retener las lágrimas.

―No olvides que te amo mucho.

Fue lo último que escuchó Jungmin, se limpió las lágrimas y se dirigió a Chan.

Con la ayuda de Chan logró subirse al caballo y sin mirar atrás comenzaron a avanzar.

Seungmin vio todo, sin poder soltar una palabra por el inexplicable nudo que se formó en su garganta.

20/02/24

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20/02/24

Gemelos Kim [Chanmin/Changmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora