Chasing Cars 2

Enséñame a vivir sin ti

[Aida]

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Una calle, un café, salgo a caminar como cada tarde: A ningún lugar, solo acompañada de tus recuerdos.

_ ¡Joder tía, tened más cuidado!.- Me gritó una chica que, sin darme cuenta, golpee con mi hombro mientras caminaba frente a la plazoleta.

_ Ya. - Sin más le respondí.

...Y me quema este frío de la ciudad. Duele hasta reír, cuesta respirar, solo oigo tu voz en medio del silencio.

"Aida Redru, mi amor".

Sigues tan presente, aunque no estés aquí. Tú tienes la magia que me hace feliz Lu. El poder para aliviar mi sufrimiento.

_ ¡Aida...Eh Aida...!.

El sol en tu ausencia se vuelve hielo mi amor, regresa a mí....

_ ¡Eh Aida...!.

Mi corazón en tu ausencia es un mundo que no tiene cielo...

_ ¡¡AIDA, AIDA CUIDADO!!.

"Lu".

_ ¡¡AIDA!!.

_ ¡¡¡PIIIIIIII....!!!.

¿Que coño?.

De un momento a otro, me veo comiéndome el suelo.

_ ¡Pero que cojones tonta cría, mirad la calle antes de cruzar!.- Me gritó un hombre desde un coche rojo.

_ Y...Yo...

_ ¡¿Estás bien Aida?!.

Miré en dirección hacia aquella voz tan conocida. — Clau. - Mi amiga revisaba mi rostro y parte de mi cuerpo, rápidamente.

_ ¡¿Qué haces? ¿Te quieres morir? Casi te estampa ese auto tia ¿Estás loca?!.

Comencé a llorar sin más, como si mi corazón hablara a través de mis ojos, como si mi lamento quisiera cobrar voz propia, como...como...

...Como si mis venas pidiera a gritos el nombre de Lucia correr por ellas, nuevamente.

_ No se como vivir sin ella.- Dije.

Mi amiga me abrazó, fuertemente, mientras aun permanecíamos sentadas en el "asfalto" de la plazoleta más concurrida de Madrid.

Escuché su suspiro, no era de cabreo, más bien de...impotencia.

Ya lo podía reconocer claramente.

Claudia junto con Jesus, estuvieron todas estas semanas a mi lado, temían dejarme sola porque podía hacer una gilipollez.
Aquello no me impidió beber cada día hasta perder la noción del tiempo, puesto que este mismo me había quitado al amor de mi vida.

Ella...ella...¡Mierda!. Lucia simplemente desapareció ¿Si? como si nunca hubiera existido, como si todo hubiera sido parte de mi imaginación. Intenté dar con ella, localizarla, pero todos me cerraban la puta puerta en mis narices. Todos me dieron la espalda.

Eh reflexionado, duele hacerlo, pero...eh tenido que hacerlo como meró masoquismo y, mi conclusión fehaciente es: "LA EH CAGAO". Sí, con letras mayúsculas.

Ya es tarde, lo se. Debí haberla apoyado, lo se. Debí haberle dado el espacio que necesitaba para sanar, lo se. Debí haber sido sincera con ella con respecto a como me sentía, lo se. Lo se. Lo se. Lo se. Pero ¿De qué me sirve saberlo si...si la eh perdido?.

Hoy me duele saber que esto sigue igual. Y no entiendo cómo hacer para olvidar, que éramos felices, todo era perfecto.

Sigue tan presente aunque no esté aquí. Lucia tiene la magia que me hace feliz, el poder para aliviar mi sufrimiento.