Capítulo Diez

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.......

Coloqué a mi hijo en el apartamento que antes era

mío y era mi único lugar que nadie, o más bien el mundo, conocía:

extendí la mano y presioné el botón para encender las luces que iluminaban toda la habitación.

Avancé y lo vi como era y sigue siendo.

La mesa que golpeaba cada vez que me enojaba seguía en pie, puse mis dedos en la puerta de la habitación, la empujé y entré.

Así como lo hice, coloqué a Asi en la cama, luego salí y caminé por el largo pasillo hasta la puerta para guardar mis cosas.

Recogí la primera bolsa, la devolví a la superficie de la cama, luego la abrí para sacar ropa para que él se pusiera...

Terminé de cambiarle la ropa y lo puse a dormir, extendí mi mano hacia el teléfono para encontrar una llamada de Laura y Daniel, mi hermano, más de cincuenta llamadas...

Tiré el teléfono sobre la mesa, pero emitió un sonido al golpear la madera.

Luego se acercó a una ventana y se paró frente al cristal que daba al suelo cubierto de nieve.

Me volví como la guinda blanca de un pastel de cumpleaños pintado.

Cerré la cortina, me senté en la cama y miré el techo blanco, que también me miraba.

Luego cierro los ojos lentamente y desaparezco en la oscuridad.

El sonido del teléfono no cesaba anunciando una llamada, extendí la mano y abrí los ojos del sueño. Era Ezequiel.

Me levanté, recosté la espalda contra la cabecera, me sequé la cara con la mano y toqué la llamada con el dedo.

Me llevé el teléfono a la oreja y su voz salió muy animada....
Buenos días mi reina..... dijo.

Sonreí, "Buenos días, Ezequiel".

Él dijo: "¿No vienes?" Ella colgó el teléfono y miró el reloj.

Eran las once de la mañana. ¿Has dormido todo este tiempo?

Devolví el teléfono y lo puse en altavoz, sosteniendo a Asi en mi mano.

No, no iré... Dije mientras me levantaba.

Cuando me preguntó: "Hoy no tengo ningún esfuerzo para trabajar", ​​le dije.

¿Estás enfermo?....

Preguntó: "No.....

Bueno, ¿por qué?"....

No tengo fuerzas Ezequiel, espero que entiendas.... Estaré en palacio. ....

No estoy en el palacio....

dije mientras me alejaba de la habitación hacia la cocina
¿dónde estás? Astera: Envíame la dirección de tu casa....

Bueno, colgué mientras buscaba la comida de mi bebé.

Le cambié de ropa después de que se duchó y lo puse en la cama, me duché, me puse unos pantalones negros y una camisa negra con mangas negras y me senté en el sofá mirando la chimenea.

El fuego ardía y con una taza de café en la mano, sonó el timbre, indicando la llegada de alguien.

Me levanté, puse mi taza de café sobre la mesa de madera, me dirigí hacia la puerta, puse mi mano en el asa y la giré hacia mí.

Desde aquí....

Dijo su voz mientras cubría su rostro con su mano, Ezequiel Zarno.... Dije

y él quitó mi mano de su rostro mientras sonreía, pero su sonrisa se cayó.

Sentimientos retorcidos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora