Capítulo trece

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reconciliación.....
..........

Pongámonos manos a la obra, Ezequiel, le dije mirándolo.

Gracias a Dios viví para ver estos días.

"Rompamos el mercado", dijo, levantándose y tomando los papeles en la mano.

Dijo mientras salía de la oficina.

Negué con la cabeza y entró Katya, la señora Astera. Con el debido respeto hacia usted, no trabajaré durante mucho tiempo por culpa de ese idiota.

Simplemente ignóralo, Katya", dijo enojada, colocándose las manos en el pecho.

Le dije mientras hacía clic en la computadora. Esta vez solo para ti...

dijo mientras se iba. Sé que él la desprecia y la provoca, pero no puedo hacerles nada.

Que se quemen juntos...

Mi teléfono se iluminó con un mensaje. Era de Clara.

Por Dios, parece que tu madre se ha vuelto loca... Tocó la pantalla.

¿Qué más pasó...?

Estaba sentada dándole de comer a Asi y hablándole como una madre...

¿Se cayó sobre... su cabeza?...

Colgó el teléfono y empezó a trabajar de nuevo.

Dejé a mi hijo con Clara en el palacio...

Abrí la puerta y encontré a Ezequiel viniendo a sentarse frente a mí.

Lo miré y vi pulseras que brotaban de sus dedos y envolvían su muñeca.

Astera dijo mirándome. Sí, Ezequiel, dije mientras levantaba la vista de la computadora y me alejaba para poner mi espalda detrás del asiento.

¿Nos estás pidiendo café de ese palo?...

Dijo mientras señalaba el escritorio de Katya frente al mío.

"¿Quieres café, Ezequiel?"....

Dije mientras ponía el teléfono en mi oreja.

Sí, pero ¿no te gusta el café excepto en tu oficina?

dije mientras apretaba el botón para llamar a Katya.

Vamos a traerle un café a Ezequiel, dije mientras colocaba el teléfono en su lugar.

"Quería cambiar de lugar", dijo, señalando el escritorio.

"Mi oficina es la oficina de Ezequiel", dije mientras colocaba mi barbilla bajo mi mano.

Mira, mis ojos lo están leyendo.

¿Has completado tu análisis Astera? Él dijo:

Katya entró a buscar café, se lo puso delante y luego se fue, levantando los dedos hacia la taza de café.

Luego devolvió la taza a su lugar junto al escritorio. "El palo no sirve para nada", dijo con el ceño fruncido.

"Entonces, Ezequiel, sal de esa boca", le dije mirándolo nuevamente.

Te lo diré, estoy aquí por dos razones, dijo levantando dos dedos y agitándolos frente a mí.

La primera es que no lo sé, pero la segunda es por Clara...

¿Quieres saber algo?

dijo mirándome.... dije levantando las cejas. Chasqueó los dedos y dijo:

"Sí, esto es lo que quiero lograr"....

Sentimientos retorcidos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora