Capítulo vigésimo

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                             Guapo o hermoso
             
                                                  ....................

Tendrá todos los informes, señor Adlov.....

Jack dijo y yo negué con la cabeza, "Está bien, si envías todas las copias"...

dije mientras agarraba la botella de agua y bebía lentamente.

No se preocupe, señor Adlov, dijo mientras presionaba mi dedo en el botón de colgar...

Miré el reloj y vi que eran las cinco y cuarto, y solo faltaba un cuarto de hora.

Me fui antes de que Astera dejara la compañía y yo la estaba esperando…

Levanté el codo y lo coloqué en el alféizar de una ventana del auto, me limpié el pulgar con el índice, mis ojos mirando la salida…

En el coche aparcado frente a la empresa, la puerta automática de cristal se abre y ella se ajusta bien el cinturón del abrigo a la cintura, como protegiéndose de la ligera lluvia que cae.

El guardia me miró desde el espejo frontal.

Él dijo: ¿Es verde? Lo miré.

Negué con la cabeza y él salió por la puerta, abrió un paraguas y corrió rápidamente hacia ella para protegerla de la lluvia...

Se detuvo frente a ella y ella esperó, observándolo hablar con ella, mirándolo por encima.

su hombro. Y mira el auto.

Luego dio unos pasos mientras ella estaba sentada, colocando sus manos sobre su pecho, mientras el conductor que estaba detrás de ella levantaba el paraguas sobre su cabeza.

La puerta se abrió detrás de mí y entré y me senté, la miré para ver su hermoso rostro que había devuelto el alma al cuerpo.

Su nariz está roja y sus mejillas están salpicadas de un ligero rubor.

Su color de labios es terroso, lo que le sienta muy bien.

¿Seguirá mirándome?, su pregunta es ¿qué me sacó de la prisión de su belleza?

Golpeé la superficie de mi muslo con la palma de la mano y sacudí la cabeza.

Abrió las manos y las colocó en su regazo, luego me miró.

La camisa a rayas te queda bien….

dijo mientras señalaba las rayas en su cuerpo.

¿Estás coqueteando conmigo, Astera…

dije mirándola. Ella chasqueó la lengua en el labio superior.

Estoy coqueteando con mi marido...

Sacudí la cabeza hacia la ventana y sonreí.

“¿Eres tímido?”..... dijo, inclinando la cabeza para mirarme.

La vi un momento a través del cristal, volví la cabeza hacia ella y le dije:

“Hoy eres diferente”...

Sonó su teléfono, que sacó del bolsillo de su abrigo.

Tengo que contestar una llamada importante..... Dijo y yo asentí.

Miré el camino que estaba todo nieve. Parece que se avecina una tormenta de nieve.

¿Qué?

¿Ese pequeño bastardo te dijo que no aceptaría la oferta? Hellbug...

Estaba maldiciendo en francés, con sus rasgos llenos de ira.

Bueno Clara, pues lo conoceré y gracias a Dios encontraré en mi oficina un martillo de hierro para golpearle la cabeza al calvo.....

Sentimientos retorcidos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora