Juliana abrió los ojos y comenzó a pestañear varias veces, ¿habría sido todo un sueño? Pensó, no le dolía el cuerpo, nada, estaba en su habitación, miro a su al rededor ya que a pesar de estar en su habitación la sentía diferente, ella se sentía diferente también, se levantó y encendió la luz y lo primero que ve es su reflejo en el espejo, era uno más joven, una adolescente, vio su cama desordenada, los póster de Michael Jackson, Cindy Lauper, etc. Vio su closet desordenado con la ropa casi colgando, su mueble, estaba bastante asustada, camino hasta donde tenia colgado su calendario.
-Jueves 1 de Octubre de 1992 —leyó en el calendario —. Debo estar en coma o me morí —dijo la morena para si misma, no podía creer aun lo que pasaba.
—¡Cumpleaños feliz... —esa era su madre entrando a su habitación con una pequeña torta en la mano —... Que los cumpla feliz, felicidades mi July, qué los cumplas feliz! Un deseo primero —la morena cerro los ojos aunque no pensó en nada y soplo las velas —. Feliz cumpleaños mi niña bella —abrazo a su hija, la morena aun no entendía nada.
—Gra-gracias, mamá.
—Es la primera vez que te veo en pie tan temprano —le dijo Lupita sorprendida.
—Tuve una pesadilla —le dijo —. Más bien creo que estoy en ella —susurro para si misma.
—Se te pasará con el rico desayuno qué te hice.
—Gracias, mamá —le dijo la morena —. Te ves muy bonita, más joven.
—¿Se nota que voy llegando a los 40? —le pregunto su mamá riendo, claro que se veía muy diferente, de 37 en ese tiempo, a los 70, pero no le iba a decir nada si no pensaría que estaba loca. Bajaron las dos juntas a la cocina. La morena vio su desayuno y sonrio, el huevo y el tocino formaban una carita feliz, se sentó y se sirvió leche —. ¿Tu padre te llamo? —la morena la miro, mastico y trago rápido para responder.
—Aun no, supongo que lo hará más tarde —le contesto la morena, Macario y Lupita tuvieron a Juliana muy jovenes y tuvieron que casarse por ese motivo, los dos se amaban pero casarse siendo tan jóvenes ya era otra cosa, al final se separaron cuando Juliana tenía 9 años, desde entonces la llamaba por teléfono, le enviaba regalos y cuando podía la iba a visitar.
—Eso espero —dijo mientras desayunaba junto a su hija.
—Aun amas a papá, ¿verdad? —la pregunta casi ahoga a Lupita.
—No digas tonterías, por algo nos separamos, ¿no?
—Pero no todo el mundo se separa porque no se quieran, a veces son las circunstancias —le contesto la morena —. A veces pienso que fue por mi culpa.
—No digas esas tonterías, hija, tú no tienes la culpa de nada —le dijo Lupita.
—Si, éramos jóvenes, hicimos cosas de adulto y pues tuvimos que ser responsables por ello. Tus abuelos paternos eran muy estrictos con Macario y no querían que tuviera un hijo fuera del matrimonio, así que decidieron casarnos aunque a ellos nunca les caí bien —la morena oía todo lo que le contaba su madre —. Al final no duró mucho el matrimonio y decidimos terminar, pero él es un buen padre y te a dado todo, eso lo valoro —la morena noto a su madre algo triste, sabía que sus padres aun se querían pero ninguno quería aceptarlo, si la morena era terca, sus padres eran peores.—Pues yo estoy segura que papá te ama aun —le dijo y siguió comiendo, Lupita con las mejillas rojas también siguió comiendo.
....
—Listo, hija, hemos llegado —le dijo Lupita al detenerse frente al colegio.
—¿Podría faltar hoy? —le pregunto la morena.