Capítulo 15: El plan.

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—El trozo de tela llegó a mis manos junto a el informe de Narumi— Comentó el Coronel.

Shinoa estaba junto a Yuichiro ya en un momento más serio, ambos miraban al mayor esperando que prosiguiera pero se mantuvieron en silencio incluso cuando Guren tomó un folder amarillo y de ésta saco una hoja de papel.

—Mande hacerle un examen al laboratorio para saber si podíamos dar con la persona del uniforme—

Los soldados abrieron más sus ojos expectantes a las palabras del contrario pero Yuichiro fue el primero en hablar.

—¿Y lograron saber quién era el traidor?—

Guren pasó la hoja del resultado del examen para que estos mismos lo vieran con sus propios ojos, cuando Yuu tuvo la hoja en sus manos la líder de escuadrón se acercó para echar un vistazo también, lo que leyeron a continuación fue una mezcla de alivio y sorpresa.

Primero, la tela no coincidía con ningún ADN de los soldados de la Compañía Demonio Lunar, lo que significa que ninguno es el traidor.

Segundo, coincidía con el uniforme de un soldado del Ejército que había muerto hace unos años atrás, su nombre era Yamada Rei.

—¡Maldición!—

Yuichiro explotó en rabia tirando el papel al suelo, la pelimorada podía entender el enojo mientras que el Coronel solo tomó la hoja de papel para volverla a poner dentro del folder, cuando lo vió por primera vez también sintió frustración pero más que todo decepción, la persona que portaba el uniforme el día de los bombardeos a los edificios solo usó el uniforme de un difunto soldado para camuflajearse.

—Pero aún así, ahora sabemos que no es uno de los nuestros y que pertenece a uno de los soldados fuera de nuestra facción—

Ambos hombres dirigieron su vista a la más pequeña, sus miradas de intriga ni siquiera necesitaban palabras para formular una pregunta.

—Lo que intento decir es que... Creo que podría ser un soldado bajo el mando de mi hermano Kureto—

En la cabeza del Teniente Coronel ya había deducido esa posibilidad mientras que en la de Yuichiro le parecía lo más lógico, él podía esperar cualquier cosa de Kureto y Tenri, después de todo también querían hacerle la vida cuadritos a él.

De pronto el de ojos esmeraldas se dió cuenta de algo.

—¿Qué sucede?— Preguntó Shinoa al ver la repentina expresión del pelinegro.

—No, no es nada, creo que tiene sentido—

Los tres estuvieron un buen rato conversando acerca del tema pero Yuu quería salir de la oficina lo más pronto posible, porque se sentía sofocado por una idea loca de su cabeza, no quería creerlo, realmente quería negarlo rotundamente.

—Lo siento pero no puedo meterme con los Hiragis, es algo que ellos mismos deben darse cuenta, si el resultado hubiera sido positivo para la Compañía Demonio Lunar sometería a todos a un interrogatorio pero no puedo hacer nada cuando se trata de algo que no es mío—

—¿Qué? ¿Tienes miedo?— Yuu encarco una ceja con los brazos cruzados y Shinoa le dió un codazo en la costilla.

—Supongo que todavía no sabes lo que son capaces los Hiragis, son un Ejército más grande que mi Compañía y perdimos muchos de los nuestros porque nos usaron como carnada en múltiples ocasiones ¿Quieres que lleve a cabo una declaración de guerra civil con las bajas que incluso acabamos de tener y presenciaste?—

Yuichiro no dijo nada, claramente tenía razón pero no dejaba de sentirse impotente por lo que le fue inevitable no apretar sus puños, además debía estar realmente mal de la cabeza para preguntarle si tenía miedo, cuando todo esté tiempo él también estaba asustado y lo seguía estando, de inmediato la loca idea de antes saltó de nuevo a su cabeza.

—Yuu-san, el Teniente Coronel tiene razón, además debemos asumir que los cañones y todo lo que usaron para el ataque eran artillerías de los Hiragis—

Sí, es verdad. Pensó Yuichiro.

Cuando la conversación se dió por terminada, ambos jóvenes salieron de la oficina completamente abatidos, especialmente el serafín que pronto notó la calidez de la mano de su pequeña enamorada.

—¿Estás bien?—

—Sí, me gustaría pasar tiempo contigo pero necesito estar solo ahora—

Shinoa asintió con la cabeza, se detuvieron un momento para despedirse con un beso, a la más pequeña no le agradaba la idea de dejarlo solo pero había sonado tan sincero que quería respetar su espacio así que decidió dejarle en paz tomando camino a su casa, ella también quería procesar un poco lo que estaba sucediendo.

Yuichiro no quiso regresar a casa, necesitaba aspirar el frío invierno, ese aire gélido que parecía congelar sus pulmones, a penas se dió cuenta de que el cielo había oscurecido y caminaba por una acera donde las orillas estaban cubiertas de nieve y paró en una esquina mirando hacia arriba para encontrarse con la luna.

Los ojos de Yuichiro eran tristes pero el reflejo de la luna los hacía ver brillantes, en su corazón sentía que le estaban arrancando algo muy importante y sus pensamientos no podía dejar de sobrepensar una loca idea.

Tenri sabía que iría a Shinjuku para la vigilancia de los edificios donde se llevaba a cabo los experimentos de los vampiros que querían recuperar su humanidad.
Tenri dijo que haría lo que fuera necesario para apartar a Shinoa de mí.
¿Y si el ataque no fue para los edificios? Tal vez su objetivo era verlo de esa manera pero quizás solo intentaban eliminarme a mí.

La cabeza de Yuu parecía querer explotar pero sabía muy bien que eso también tenía sentido a pesar de que inmediatamente se dijo que solo estaba siendo paranoico pero ¿Por qué otra razón sería? ¿Qué le beneficia a él traicionarlos y empezar una guerra? Cuando él mismo dijo que todo volvía a la normalidad poco a poco y por eso quería a Shinoa de vuelta.

Y lo que más lo inquietaba ¿Tenri sabría ya que habían vuelto? Esperaba que no. Yuichiro suspiro un aliento visible gracias a el frío y decidió que ya era hora de irse a casa.

En la oscuridad de la noche, en un balcón de algún edificio cercano se encontraba Aoi, la hermana de Mitsuba con su típica expresión inmutable, en cuanto miró como el pelinegro se marchaba ella también lo hizo, se tomó todo el tiempo necesario para ir al edificio de los Hiragis dónde llevaban a cabo las entrevistas y cuando finalmente dió con la oficina de Kureto confirmó que Yuichiro estaba de vuelta junto a su equipo.

—¿Es así? ¿Notaste algo extraño?—

—Ellos tuvieron una reunión con el Teniente Coronel Guren en su oficina, no se lo que hablaron pero se veían bastantes preocupados—

—¿Descubriste algo acerca del nuevo reemplazo de tu hermana?—

—Su nombre es Jiang Li, de origen Taiwanesa, parece que Guren la conoce bien, no pude descubrir más pero puedo seguir investigando—

—Entiendo, buen trabajo, puedes irte—

Aoi parecía una robot en automático, solo iba y venía si Kureto daba la orden, no importa lo que le pidiera siempre llevaba a cabo sus órdenes sin chistar, supongo que era la única manera de estar cerca de él, el chico que le gusta.

—Asi que regresaron...— Kureto sonrió levemente —A padre le gustará saberlo de inmediato—

Oh claro que sí, causar problemas era lo que se les daba bien a esos dos, por supuesto no dejarían pasar la oportunidad, pronto el experimento de Shinjuku culminaría y para cuando eso sucediera Yuichiro y Shinoa ya no estarían juntos, ese era el plan.

Era ahora o nunca.

El rey de la salDonde viven las historias. Descúbrelo ahora