El rey de la sal

Capítulo 1 : Shinoa y Yuu

-Yuu-san ¿te quedarás viendo el horizonte todo el día? llevas ahí desde la mañana y ya es medio día- Decía la pelimorada que se hacía llamar Shinoa de la molesta familia Hiragi.

-El proceso puede durar tiempo, incluso meses como estuve yo, pero no es justo no saber nada, eso me desespera- Decía Yuu con cara de fastidio.

-¿Sabes? Los chicos, él y yo pasamos por lo mismo, no supimos de ti durante 6 meses incluso cuando la desesperación, la impotencia y la preocupación nos consumía no podíamos hacer nada más que esperar, así que de nada servirá que te quedes ahí parado todo el día no hará que Mika-san regrese más rápido-

No obtuvo respuesta del pelinegro aunque este sabía en el fondo que la chica tenía razón la cual procedió a bromear un poco

-¿O acaso estás espíando alguna chica?- Sonrió como siempre lo hacía.

-Ya estás otra vez con eso- Pronunció Yuu y justamente su estómago gruñó de hambre, por más inhumano que sea ahora sigue siendo un ser vivo después de todo.

Un escalofrío recorrió la espalda del pelinegro y en un intento dudoso volteo sobre su hombro para encontrarse con la sonrisa burlona de Shinoa.

-Ni pienses que te traeré comida, más que eso el comedor servirá curry hoy- Yuu tragó disimuladamente, era evidente que ese era su plato favorito -Pero lo entiendo tu amor por Mika-san es más grande que cualquier otra cosa- Bromeó como de costumbre pero solo logro que el contrario se pusiera serio como diciendo "Qué mal chiste".

Él se acerco a ella y antes de abrirse paso habló -Cállate- Shinoa simplemente le dedicó como siempre una leve sonrisa y le siguió.

Mientras caminaba detrás de él pensaba, Dios Yuu era increíblemente alto, según su historial dice que mide 1.70 comparado con ella 1.50 él era un rasca-cielo y ella una simple casa de barro. Su espalda era amplia y no la dejaba ver nada así que corrió un poco para caminar a su lado, sus ojos verde esmeralda le transmitían un sentimiento de esperanza, encajaba perfecto con su personalidad imprudente y terco tratándose de su familia.

-Shinoa- Pronunció Yuu sin dejar de mirar al frente.

-D-dime- Shinoa se sorprendió un poco por tan repentino llamado.

-Deja de mirarme-

-¿Oh? alguien es sensible a las miradas- Shinoa soltó una pequeña risa desviando su mirada de Yuu con un leve sonrojo.

Llegaron al comedor donde cada uno agarró una bandeja donde las cocineras le sirvieron el curry, a Yuu le brillaban los ojos ya casi podía sentir el delicioso sabor invadir sus papilas gustativas nada más con oler ese aroma que era indistinguible para él.

-Oye tonti Yuu, pensé que te quedarías para siempre en la azotea viendo el horizonte- Exclamó la rubia de nombre Mitsuba de la prestigiosa familia Sangu.

Yuu suspiró cansado pensando en porque tenía que haberle tocado unas compañeras tan fastidiosas, mientras ponía la bandeja con la comida en la mesa le hablo otro de sus compañeros de escuadrón.

-Solo los tontos les gustan los lugares altos- Exclamó su compañero de insultos Kimizuki Shiho.

-¿Ah? ¿Qué dijiste?- Replicó Yuu molesto por el comentario de su compañero.

-Vamos chicos cálmense- Decía el más tranquilo de todos Saotome Yoichi.

-Oigan..-

-Déjalos Mit-chan después de todo nuestros chicos seguirán siendo problemáticos- Decía Shinoa mientras observaba el espectáculo.

Almorzando Shinoa se burlaba de Mitsuba haciéndola molestar mientras que los más temperamentales soltaban todo su diccionario de insultos y Yoichi intentaba calmarlos. Los siguientes días la pasaron como un grupo de amigos normales y de vez en cuando Guren les asignaba vigilancias en las afueras de Shibuya y de ser necesario mataban Jinetes del Apocalipsis.