Capítulo 5: Confirmación.

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Las entrevistas se hicieron más recurrentes pero esta vez eran para Yuu, eso significaba que cada vez que iba era como entrar en un campo de batalla y lidiar con algo peor que vampiros, ahora entendía las palabras de Ferid, Crowley y Krul, hasta del mismo Asuramaru.

"Los humanos pueden ser peores que los vampiros y demonios"

Cada vez que Yuu pisaba dentro del edificio, tenía que prepararse mentalmente de que Tenri seguiría interrogándolo, el pelinegro sabía lo que quería el padre de Shinoa, las preguntas indirectas solo las respondía con más indirectas, primero haría sufrir a ese viejo amargado.

—¿Qué viste en mi hija?— Preguntó Tenri, sentado en una silla que parecía más bien un trono con los ojos entrecerrados, mirando fijamente a Yuu.

—Lo primero que vi fue su pelo lila— Respondió Yuu para fastidiarlo un poco.

—¡Insolente!— Grito Tenri frunciendo el entre cejo, dando un golpe a los porta brazos de la silla majestuosa, molesto, comenzaba a desesperarse y solo llevaba 8 entrevistas en dos semanas, sin respuesta del serafín.

—No me duele, lo siento, me han dicho cosas peores— Dijo dando media vuelta para irse, como siempre lo hacía, ir a esas entrevistas, responder preguntas de lo que se le había asignado esa semana, sus próximas vigilancias y cuando ya debía de darse por terminado, Tenri empezaba con su inquietud.

—¡No me des la espalda insolente perro!— Grito Tenri levantándose repentinamente de la silla.

—Oh vamos ¿Por qué no solo me dice de que va todas esas indirectas?— Dijo Yuu volteándose nuevamente con cara de fastidio, en realidad si estaba fastidiado de todo aquello y por supuesto sabía lo que quería escuchar el Comandante de todo el ejercito.

—Muy bien— Dijo Tenri bajo unos escalones y se fue acercando a Yuu mirando como este ni se inmutaba, quedo a 10 pasos de Yuu y soltó finalmente —¿Estás enamorado de mi hija?—

Aquella pregunta floto en el aire para Yuu, en vez de enfocarse en el objetivo de la pregunta noto que últimamente el Comandante llamaba a Shinoa "Mi hija" como queriendo resaltar cada vez que iba a una entrevista que "Su hija" no le pertenecería a un insolente perro como él.

—Enamorado ¿Eh?— Dijo más para el mismo que para Tenri, soltó un suspiro como queriendo que todo el miedo se fuera en eso, levantó la mirada y lo miró con sus ojos grandes y verdes —Sí, estoy enamorado de Shinoa, la amo— Respondió sin el menor titubeo.

¡Paff!

Se escuchó un sonido ensordecedor en la gran sala, la cara de Yuu a un lado con la mejilla roja por la cachetada que le había dado el Comandante, Yuu se mantenía sin expresión sin importarle lo más mínimo, le dolía pero su anormalidad amortiguaba el dolor haciéndolo soportable, volvió su rostro para mirar al hombre impotente delante de el, sus ojos inyectados de un fuego miraban al pelinegro con una furia letal, quizás tan letal que no encontraba que decir, se miraron como por un minuto y Yuu sonrió de lado.

—¿Qué pasa? ¿tan feliz se siente de que seamos yerno y suegro?— Habló sarcásticamente, realmente le gustaba joder al hombre que según siempre mantenía la compostura ante todo.

Esta vez no fue una cachetada, fue el propio puño estampándose en la mejilla izquierda de Yuu, la misma mejilla a la que antes le había pinchado, la cual pronto se le notaría un moretón horrible a Yuu, sin embargo este por su ventaja aquello no era nada, lo que parecía algo doloroso para el era como si le golpearan con una almohada, Yuu volvió a mirarlo como anteriormente, dándole a entender al Comandante que incluso si ejercía más fuerza no funcionaría, que solo lograría romperse los nudillos y aún así sería inútil.

El rey de la salDonde viven las historias. Descúbrelo ahora