Capítulo 11.5: Traidor

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Un cielo despejado que se volvió gris en un parpadeo, parece una locura pero Jiang Li estaba acostumbrada a eso e interceptó una bomba con un hechizo de barrera que protegió a Shinoa y a los soldados cerca.

—¿Estas bien?— Preguntó Jiang Li.

—Sí, gracias— Dijo Shinoa un poco sorprendida por la gran cantidad de magia que uso la Taiwanesa para la barrera y aún así lo hacía ver como si fuera tan simple.

Otra bomba cayó, haciendo temblar el suelo.

—Tsk, ¿Quién estará atacando?— Preguntó Kimizuki.

—No lo sé pero quien quiera que sea sabe muy bien donde lanzar las bombas— Dijo Shinoa cuando se fijó de otra bomba en camino —¡Ahí viene!—

—Se dirige al edificio— Habló Jiang Li.

—Pues no llegará ¡Kiseki-O!—

Kimizuki dejó que su demonio bebiera su sangre y fue lo suficiente rápido como para abrir el ataúd a tiempo y comerse la bomba.

—Shikamadoji— Susurró la pelimorada y uso la hoz para bloquear otra que venía en camino.

Explosión tras explosión en el aire para evitar que la bombas llegaran al edificio pero incluso si no llegaban estaban matando a los soldados.

—Shinoa-san, Kimizuki-kun, me encargaré de los heridos— Se apresuró a decir Jiang Li.

—Esta bien, nosotros nos encargamos— Dijo Shinoa evitando que llegara otra bomba.

—No parecen cesar— Opinó Kimizuki.

Y justo una gran explosión aturdió sus oídos, no solo eso pues las vibraciones de la tierra eran más fuertes que las que provocaban las bombas por lo que mantener el equilibrio les era difícil y las ondas de aire eran tan poderosas y rápidas como una espada de viento que tuvieron que esconderse detrás de un escombro sino querían ser arrastrados.

—Ugh ¿Qué rayos? Eso fue a Kilómetros y aún así parece tener mucho poder— Comentó Kimizuki.

—¿Yuu-san?— Pensó en voz alta Shinoa.

—¿Qué? Pero si se enteran...—

—No hay nadie más con tal poder, además no es el enemigo, la explosión fue muy lejos de su objetivo—

—Hmph tan imprudente como siempre— Opinó Kimizuki cruzándose de brazos.

—Pero incluso si fue imprudente... ¿Los terminó a todos o se detuvieron?-—

—Creo que se detuvieron, la explosión vino del lado de Yuu, a nosotros nos atacaban de este ángulo y probablemente desde otros—

***

Cuando Yuu y Yoichi llegaron corriendo al estacionamiento vieron a todos los soldados correr de un lado a otro, habían heridos y hasta unos que no lograron sobrevivir, agitado el pelinegro se adentro entre la horda de cadáveres, heridos y soldados tratando de salvar a los demás.

—¡Shinoa!— Llamó en medio de los gritos de dolor y desesperación —¡Shinoa!—

—¡Kimizuki-kun!— Era la voz de Yoichi más atrás viendo de un lado a otro.

—Yuu-san— Una voz llamó y el pelinegro se giró casi de ipso facto, vio a Jiang Li con su bata de médico manchada de sangre, guantes de látex y un cubre bocas.

—Jiang Li ¿Dónde están Shinoa y Kimizuki?—

—Ellos están bien, en una base afueras del estacionamiento— Dijo y Yoichi se acercó a ella junto a Yuichiro —Aquí es peligroso, se pueden contaminar así que les sugiero que vayan a allá—

Un grito de dolor agudo los interrumpió, enseguida Jiang Li se acercó, Yuu y Yoichi corrieron hasta las afueras del estacionamiento, el olor a sangre impregnaba el lugar.

—Mierda, hasta me siento que volví a la guerra— Decía Yuu tapándose la nariz, a veces no era bueno tener un olfato muy desarrollado.

—Yoichi— La voz de Kimizuki llamó su atención.

El arquero le bastó unos segundos para verificar que en realidad era su compañero y su rostro preocupado cambio a una más aliviada, fue reemplazada con una sonrisa y corrió hasta el de lentes como si su vida dependiera de Kimizuki, Yuu vio la escena sorprendido, jamás había visto ese brillo en los ojos oliva de Yoichi.

—Yuu-san—

La voz de su pelimorada lo sobresaltó y cuando se giró Shinoa ya lo estaba abrazando, sus brazos rodeaban el cuerpo pequeño de su amada, el sentimiento desesperado se esfumó de su corazón, ¿Yoichi sentiría lo mismo respecto a Kimizuki? Porque lo comprendía perfectamente, tener a Shinoa en sus brazos lo hacía sentir aliviado, feliz y completo, no quería soltar su mano nunca, tenerla cerca era equivalente a saber que siempre estaría con él, que estaba a salvo y que nadie podría arrebatársela.

—¿Yuu?— Llamó Shinoa cuando sintió algo húmedo en su hombro
—¿Por qué... Estás llorando?—

Cuando Shinoa se apartó unos centímetros nada más pudo ver claramente como los ojos esmeraldas estaban cristalizados y unas lágrimas mojaban ambas mejillas del pelinegro, tomó su rostro entre sus manos y con los pulgares limpió las lágrimas percatándose de que la expresión de Yuu dibujaba miedo por toda su cara.

—Estoy bien Yuu, no tengo ninguna herida— Dijo Shinoa ofreciéndole una cálida sonrisa.

Pero Yuu no lloraba por eso, no podía decirle a la pelimorada lo que Tenri haría porque tampoco quería que lastimarán a Kimizuki, Yoichi o Mitsuba. Se limpió los restos de lágrimas con su antebrazo y volvió abrazar a la pelimorada, ambos corazones latiendo al compás.

—Shinoa yo...— Susurró cerca de su oído —Fui quien hizo esa explosión— Confesó en voz baja, asegurándose que solo Shinoa lo escuchara.

—Lo se, tengo un novio muy fuerte— Se carcajeó.

—Ni en momentos como este pierdes tu humor ¿verdad?— Dijo Yuichiro separándose para poder verla.

—Entonces ¿Quieres una novia dramática?— Preguntó con una sonrisa.

—Ugh... Olvidalo, no— Reflexionó y Shinoa soltó una risita.

—Bueno me alegra ver que esto no les baja el ánimo— Llegó Narumi —Esa explosión...— Miró al pelinegro —Vino desde tu posición—

—Shh— Yuichiro llevo uno de sus dedos a su boca para hacerle saber a Narumi que no hablara tan alto —Nadie puede saber esto—

—Entonces ¿Es cierto?— Preguntó y Yuichiro asintió —¿Sabes quién fue? ¿Viste a alguien o solo te lanzaste y acabaste con todos?— Narumi enarcó una ceja cruzándose de brazos.

—B-bueno...—

Shinoa se río.

—Oye no te rías, no había nadie en la línea de ataque, parecía que los cañones se disparaban solos— Yuu habló enseguida.

—¿Un hechizo tal vez?— Se preguntó Narumi.

—Ni idea pero yo opino que alguien nos esta traicionando—

Shinoa y Narumi se asombraron.

—¿Traición?— Preguntó Kimizuki a espaldas de Yuu por lo que este giró su cabeza para ver al de lentes y a su lado Yoichi —¿Tienes pruebas?—

—Mmm, no exactamente, revisé el área más allá de lo que fue la explosión y encontré esto— Yuu saco de su bolsillo un trozo de tela.

Todos casi jadearon de asombro al ver de lo que se trataba. En la mano de Yuu, lo que había recogido se trataba de un trozo de tela del uniforme del JIDA.

Alguien en el Ejército Demonio Imperial Japonés los estaba traicionando pero ¿Quién?.

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Hola mis queridos seraphs :D ¿Que les puedo decir? Creo que estoy avanzando muy lento pero es necesario porque... Pues no puedo hacerles spoiler e.e jiji.

Ya de aquí, imagino que tienen sospechas de quien es el traidor, los leeré en los comentarios :) hasta el próximo capitulo. 

El rey de la salDonde viven las historias. Descúbrelo ahora