Capítulo 20: Sensaciones.

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Shinoa respiraba pacíficamente, aún durmiendo en la cama donde hace unas horas estaba gimiendo y lloriqueando de placer, probablemente no se despertaría hasta pasadas las 12:00 horas, aunque dormía tranquilamente de costado tenía su cuerpo lleno de marcas rojizas y Yuu la había arropado hasta su pecho, el sol aún no salía pero la hora se acercaba.

¿Por qué sentía que esos días inusualmente estaban pasando más rápido de lo normal?

Yuichiro hizo una mueca con sus labios, él estaba observando a su pelimorada pero llevó sus manos a su rostro con frustración, no podía creer lo que había hecho.

Después de que prácticamente se abalanzó sobre ella a devorarla y terminaran el acto no soporto retener las lágrimas, incluso Shinoa en medio de recuperar el aliento le preguntó que sucedía pero en vez de responderle con la verdad lo que hizo fue ...

-Quiero volver hacerlo...-

Y ahí fue, aunque Shinoa no lo rechazo ni lo detuvo ahora se sentía como una ser depravado que follo a su novia hasta el amanecer en todas las posiciones posibles y sin control como si fuera una bestia sólo porque quería olvidarse por un momento de la realidad.

Dejó salir un suspiro de frustración y salió de la cama a colocarse una bata de baño e ir la cocina por un vaso de agua.

Yuichiro comenzó a pensar que se dejó llevar por la impotencia, ya no podía pensar bien pero desahogarse con Shinoa de esa manera... Es decir, si recordaba lo de anoche, incluso empezó a usar el lenguaje sucio cuando su pelimorada empezó a suplicar por más.

Llevó una mano a su mentón recordando las expresiones de Shinoa, sus gemidos, sus súplicas, ella estaba tan perdida en un punto tanto como él se perdió a si mismo en la lujuria, escuchando palabras de su boca que nunca había dicho, incluso pareció disfrutar de cuando la jaló del cabello y le susurraba a su oído, eso parecía excitarla más.

Entonces si lo analizaba detenidamente...

-¿Eso nos convierte en masoquistas?-

La cabeza de Yuu era un lío, tanto que el mismo alboroto su cabello con sus manos, fue entonces cuando la casa empezó hacerse más clara que el volvió a la habitación casi corriendo, casi asustado, casi paranoico, casi pálido, al atravesar la puerta fue un alivio verla dormida todavía.

Por un momento pensó que todo había sido un sueño y que Shinoa ya había sido llevada por su padre, su espalda chocó contra la puerta y se dejó deslizar hasta el piso.

¿Qué debería hacer?. Pensó.

Volvió su mirada a la cama, ella dormía tan profundamente y Yuichiro suspiro como si estuviera resignado.

Pero lo hecho, hecho está, sólo queda esperar como funcionará.

Se dijo en su mente mientras se levantó y nuevamente se acostó junto a ella acariciando su mejilla con uno de sus dedos, sonrió al verla tan tranquila, su rostro parecía feliz así que no le iba a dar tantas vueltas al asunto, al fin y al cabo ambos disfrutaron mucho de anoche.

No pasó mucho cuando el se quedó dormido de nuevo mientras la abrazaba por la cintura, Shinoa no empezó abrir los ojos hasta que la claridad fue más intensa, entonces miro a través de la ventana como ya había amanecido y sonrió pero por supuesto los recuerdos de anoche la golpearon como una cubeta fría.

Su rostro enrojeció de repente y se llevó tremendo susto cuando escucho algo como un ronroneo que se removió en su espalda.

Oh Dios mío ¿Qué hago?.

Shinoa parecía haber entrado en un debate, es decir, eso nunca había sucedido, nunca habían tenido una noche tan... Intensa. Es por eso que ella se encontraba tan avergonzada, intento salirse de la cama pero tan pronto como quitó con cuidado el brazo de Yuichiro y colocó un pie en el piso se derrumbó, provocando un ruido que despertó al pelinegro de un segundo.

-¡¿Qué?! ¡¿Quién?! No... Yo no... Les juro que no robe curry de la cafetería... - Balbuceó Yuu somnoliento, dando un gran bostezo antes de darse cuenta que Shinoa se encontraba en el suelo.

-¿Yuu... Yuu-san?-

Ambos se miraron sorprendidos hasta que...

-Wow ¿Cómo llegaste allí?-

Una pregunta estúpida por parte del pelinegro mientras se inclinaba en la orilla de la cama a lo que Shinoa aprovechó esto para jalarlo de la baña de baño y lo hizo caer al suelo también.

-¡Auch! ¿Por qué hiciste eso?- Le pregunto Yuu sobando su cabeza.

-¡Tú! ¡Tú provocaste esto, me tiemblan las piernas como gelatina!- Empezó a quejarse porque no sabía cómo reaccionar.

Hace un momento Yuichiro se sentía mal por haber sido una bestia salvaje con su hermosa y pequeña chica pero no podía evitarlo, era como si ser descarado lo llevara en la sangre, su lado pervertido salía a flote cuando la veía tan avergonzada después de un acto íntimo y de paso... Tenía a su vista el cuerpo blanco desnudo de su amada lleno de todas aquellas marcas rojas.

-No me reproches amor, te gustó tanto anoche que mírate- Yuichiro se acercó a su rostro con una sonrisa ladina y una mirada pícara. -Antes eras un lienzo blanco y ahora eres toda una obra de arte-

Por supuesto el rostro de Shinoa no soportó y enrojeció tanto que pensó que se desmayaría pero Yuu la tomó en sus brazos como princesa y la cargo hasta el baño.

-Puedo bañarme sola- Dijo rápidamente cuando ambos entraron al baño.

Yuichiro la miró confundido dejándola de pie debajo de la regadera y sonrió.

-Soy consciente de lo que hice ¿Qué estabas pensando? ¿Qué iba meterme a bañar contigo y te haría mía otra vez? No soy tan desconsiderado-

La pelimorada quería que se la tragara la tierra, es decir, conocía el apetito sexual de Yuichiro, ya lo habían hecho en el baño unas cuantas veces porque a él le gustan los mañaneros, a ella también pero ahora era diferente, su cuerpo parecía estar al borde del colapso.

Shinoa seguía roja como tomate, no supo que responder.

-Te dejaré sola, mientras te haré un delicioso desayuno ¿Si? Ve a la cocina cuando estés lista-

Dijo Yuu con una sonrisa gentil en su rostro y dejó una suave caricia en la cabeza de Shinoa antes de salir del baño, aquello le había parecido algo tan dulce por parte de él.

Minutos después Yuichiro tenía todo el desayuno en la mesa, se sentía tan feliz de tener a su pelimorada en su casa que abrió todas las ventanas para que entrara claridad y se viera mejor el ambiente, además de que entraba aire fresco de la mañana.

Pronto ambos estaban comiendo un rico desayuno de unos panqueques con arándanos y queso crema, los dos charlaban animosamente sin saber que Aoi nuevamente estaba vigilandolos.

Edificio Hiragi.

-Eso fue lo que me reportó Aoi- Dijo Kureto a su padre.

-Dejalos que disfruten el poco tiempo que les queda, después de todo ya tengo los preparativos listos, no va pasar de ésta noche-

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⏰ Última actualización: May 04 ⏰

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El rey de la salDonde viven las historias. Descúbrelo ahora