CAPITULO 2

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CAPITULO 2

Un año después...

Me esforcé tanto.
La cocina estaba hecha un desastre pero la comida se veía apetecible.

—Solo espero y sea comestible —murmuré.

Era muy buena en todo pero cocinar era mi golpe bajo. Juro que lo he intentado pero todo termina siendo quemado, crudo o escaso. Mamá menciona que debería tomar clases de cocina, tres años casada y aún no puedo complir al cien por ciento con mi papel de esposa.
Supongo que mi trabajo en el hospital me estaban cortando el tiempo para aprender a cocinar, pero el día de hoy era necesario.

Hoy era nuestro aniversario, cumpliríamos tres años de casados.
Era importante para nosotros, o bueno, para mí. Yo siempre he sido detallista, me gusta ver que las personas a mi alrededor disfruten de lo que yo hago, así que, en cada evento o aniversario siempre prefería hacer algún detalle. El año pasado fue ir al planetario, recordaba que ese lugar era el favorito de Darien cuando era niño, según me había hablado él y su familia hace un par de años, así que lo quise sorprenderlo.
Fue... Algo agridulce. Pareciera que ya no era el lugar favorito de Darien pues al llevarlo a ese lugar no hizo nada por mostrar alguna emoción, simplemente sonrió de boca cerrada y sin decir alguna palabra aceptó hacer el recorrido conmigo pero solo fueron veinte minutos que pasamos dentro de planetario, porque Darien había recibido una llamada de la empresa y se marchó. Por mi parte aproveché mi aniversario y me quedé disfrutando del recorrido al planetario.

Extrañaba los momentos en donde mi esposo dejaba todo de lado y prefería pasar el tiempo conmigo, hacer las cosas que nos gustaba. Pero al parecer eso a cambiado. Cada uno de nosotros mantiene estable su trabajo.

—Debo limpiar esto antes de que llegue —miré el reloj—. Tengo una hora.

Como un rayo veloz, limpié la cocina, corrí a darme una ducha y a elegir una lencería sexy, para después ponerme el vestido rojo. El favorito de Darien.
Faltando cinco minutos a que Darien llegara, Bajé al comedor, acomodé las flores, las velas y el vino.
Una cena romántica.
Lo esperé emocionada. Todo mi cuerpo vibraba de la emoción.

Pero esto no era lo que yo me imaginaba.
Las velas se habían consumido por completo, la botella de vino estaba medio vacía, tuve que servirme un plato de ensalada pero ni siquiera logré comer algunos trozos. La comida ya estaba fría y... Las dos horas habían pasado. Los tacones había estado debajo de la mesa y... Realmente mi estado de ánimo decayó.

Escuché la puerta abrirse seguido de unos pasos. Cuando Darien apareció me miró con el ceño frunció.

—¿Vinieron a cenar mis padres?

Su pregunta me pilló por sorpresa.
¿Creía que sus padres habían venido? ¿Que no recuerda que día es hoy?
Ni siquiera me miró cuando pasó de mí lado.
Sé llevó la botella de vino y la sirvió en mi copa para después beberla.
Ni una mirada, ni una palabra.

—¿Te encuentras bien? —preguntó.

Las lágrimas me picaban.
Debo ser fuerte.
Debo ser fuerte.

Forcé una sonrisa y asentí.

—Estoy bien.

Asintió acariciando mi mejilla y así irse a nuestra habitación.
No lo recordó.
No recordó nuestro aniversario.
No me dijo lo guapa y sexy que me veía.

Tal vez tuvo trabajo pesado.

Defendió la voz de mi cabeza.

Si tal vez lo haya tenido.

Supongo que lo sabes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora