CAPITULO 9

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CAPITULO 9

—Tranquila, no te dolerá.

Aún así me dolía.
El corte era pequeño pero dolía demasiado.
Resulta que la señorita Riku me había golpeado con un bote de aluminio donde normalmente ponemos el agua para los pacientes, aún que la distancia fue corta el golpe fue fuerte.

—Te daremos un par de días para que te recuperes —Endymion me acompañó hasta la sala mientras todos me miraban y murmuraban.

Creo que se hablará de este incidente durante toda la semana.

—A la señorita Mina también le ocurrió.

—¿Fue atacada por Riku?

Asintió.

—Pero no de la misma gravedad a la tuya —miró la gasa en mi frente—. Todas las enfermeras rubias y de ojos azules serán apartadas del área de Riku.

—¿Por qué?

Nos detuvimos en la sala.
Sabía que Darien había sido informado sobre mi incidente pero ya había pasado más de una hora, y mi esposo no había llegado.
Seguramente estaba atascado en su trabajo, sobre ese viaje a Seúl. Y pensarlo me causaba un dolor en mi estómago.

—Bueno, con las alucinaciones de que su esposo le está siendo infiel, La señorita Riku cree que una mujer rubia y de ojos azules era la amante de su esposo.

—Pero, yo la había atendido durante varios días ¿Por qué atacó ahora? —pregunté—. E incluso Mina estaba con ella todos los días.

—Bueno, sus alucinaciones van y vienen. Cuando no presenta alucinaciones parece estar normal, pero cuando llegan, bueno, —sonrió de lado mirando mi frente—. Ya sabemos que pasa.

—¡Doctor!

El esposo de la señorita Riku se acercó corriendo, y al mirarme se disculpó.

—Lo siento muchísimo enfermera. Por favor perdóneme.

—Oh no, no. Esta bien, no se preocupe, yo estoy bien.

—No. De verdad lo siento mucho...

—¡Serena!

Todos miramos hacia la entrada, justo en donde Darien entraba agitado seguido de su asistente.

—¿Te encuentras bien? —me inspeccionó de pies a cabeza y se detuvo en mi frente—. Oh mierda, ¿Cómo pasó esto?

Esa pregunta no iba dirigida hacia mi. Mi esposo miraba al doctor Endymion pero quien respondió fue el esposo de la señorita Riku.

—Fue mi esposa. Lo siento mucho, lamento lo que le sucedió a la señorita.

—Pues que esto no vuelva a ocurrir —Espetó Darien con voz firme.

—Tranquilo, no fue para tanto —interviné—. Sólo fue un golpe.

Darien seguía mirando a esos dos hombre pero se detenía muy seguido con Endymion, quien también no le quitaba la mirada de encima.

—De nueva cuenta me disculpo Señorita. Estaré avergonzado por lo que mi esposa le hizo.

—Esta bien. Estate tranquilo. —miré a Endymion—. Y muchas gracias por cuidarme doctor, también por darme unos días de descanso. Estaré tan pronto como se lo imagina.

—No te preocupes, regresa cuando Te sientas mejor. Y... —alzó su mano hacia Darien—. Es un placer conocerlo señor.

Darien lo miró entrecerrando sus ojos.
No se que duelo habrán estado ambos, pues después estrecharon sus manos con un apretón fuerte.

Supongo que lo sabes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora