Capítulo 03

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ARA

Estilo los brazos por la agonizante tensión que voy cargándome estos días.

Nikolái. Mi bebé. Mi organización y los miles de aliados que esperan mi llamado.

Todos en contra de los muros de Marcos.

En contra de su oscura y perversa dinastía.

Paso saliva mientras me quito la chaqueta de encima.

Giro hacia la puerta sobresaltándome cuando un cuerpo musculoso y bien formado me mira fijamente con expresión tensa.

Nikolái Martinelli me observa como si intentara descifrar un mapa con un gran tesoro dentro.

Han pasado ya tres días desde que está aquí.

Por su bien, los demás lo han mantenido alejado de mí.

Han hecho bien.

No se...que siento cuando lo veo.

¿Ira? ¿Amor? ¿Confusión? ¿Tristeza?

Parece que el tiempo que estuve dormida también afectó mis sentimientos y pensamientos.

Ahora me cuesta identificar que siento por el hombre italiano ojiazul que me mira sin efecto de reconocimiento.

De todas formas, mantenerlo alejado es lo mejor que puedo hacer, teniendo que cuenta que en lo único que debo concentrarme por ahora es encontrar a mi hijo.

Luego tendré tiempo para pensar en lo que sufre mi corazón.

Tenso y alzo la barbilla arqueando la ceja y cruzando los brazos desafiante e intrigada.

- ¿Qué haces aquí Nikolái? ¿Olvidaste que mencioné que no te quiero ver? - pregunto y este bufa resaltando un poco su sonrisa y sus encantadores hoyuelos.

Maldigo.

- No suelo obedecer a rusas descaradas y atrevidas que intentar dominarme como si fuera suyo. Además este es mi cuarto según me dicen, así que tengo todo el derecho de dormir aquí también.

Parpadeo frunciendo el ceño, mientras este se acerca con toda confianza sin dejar de observarme hasta quedar al frente mío.

Me alejo y este da un paso más hacia mí.

- No te quiero aquí, así que te vas ahora o...

- Uy, parece que vuelves a sacar las garras preciosa. Ahora que lo pienso, creo que lo haces cada vez que te sientes vulnerable. - arquea la ceja burlón y yo niego - ¿Conmigo estás vulnerable entonces? - baja la mirada a mis labios con coquetería - ¿Es así?

Aprieto la mandíbula y giro la cabeza haciéndolo reír.

Solo está burlándose. Me repito mientras intento controlar las palpitaciones de mi corazón.

- Quítate o te disparo. - menciono y este pasea su brazo cerca del mío.

- No lo harías. 

Su seguridad hace que reniegue.

Vuelvo la vista a él furiosa.

- Quítate o disparo.

Lo siguiente que responde deja casi trizas lo que queda de su amor.

- Si eso esperaba de todas formas. No se como pude alguna vez enamorarme de ti.

Aprieto los puños mientras lamento como se rompe mi débil corazón y lo observo separarse lentamente como si intentara descubrir si logró lastimarme o no.

MI DIAMANTE DESEADO ♤ LIBRO 3 ♤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora