Capítulo 23 BLOQUEO - GUERRA

85 8 0
                                    

DARYA

Miedo

El instante perfecto cuando ante la muerte, todos sienten que han perdido el tiempo.

Me paso las manos desesperada y hastiada de tanta guerra cuando el equipo del noroeste comienza a decaer y el mío se alza en llamas directo a sus inservibles almas.

Ataco, deshago, mato.

La risa de la asquerosa rusa pelirroja me pone los nervios cuando solo dispara y patea el cuerpo de los míos.

Maurelio sin obedecer sigue avanzando dejándome atrás, evitando posibles ataques sobre mi persona.

Y justamente por no abstenerse de protegerme, esa bruja apunta directo hacia él.

Lo llamo pero no escucha, aprovecha su distracción mientras él protege a la esposa de Cartel, dejándolo pálido cuando la pelirroja dispara y lo tumba directo al piso.

 Estúpida ya me tiene harta, maldita barata.

Maurelio tose sangre y yo me acerco furiosa sin fijarme en alguien aparte.

Su risa continua y cita en italiano en tono de burla mientras le pisa el abdomen a mi marido.

- Hasta aquí llegaste lindo italiano y guapo.

- Hasta aquí tú zorra delincuente.

Alza la cabeza demasiado tarde.

Mi tiro le vuela el cráneo y Maurelio suspira mirándome con vergüenza.

- Mi vida ese pudo haber sido mi final sin ti, muchas gracias por evitarlo.

Ruedo los ojos llamando a mis hombres para auxiliarlo.

- Tú nunca vas a morir Maurelio Martinelli, vienes conmigo y te vas conmigo. Este anillo condena tu final solo conmigo.

- Si mi reina.

Uno de mis hombres se acerca para examinarlo.

- Trátalo bien, si oigo que se te va de las manos por un segundo te cortaré parte por parte  ¿Comprendiste?

Asiente y lo ayuda sin dudarlo.

La contienda continua donde quedo y yo avanzo cacheteando a todos los que disparo en su parte baja.

Disciplina, fuerza, belleza.

Mi nombre es Darya Alekseeva.

KATLEEN (Secretaria de Nilak)

Despierto.

Agonizando pero despierto.

Palmeo mi cabeza y siento mi mano cubierta de demasiada sangre.

No lo voy a lograr. No lo voy a lograr. No lo voy a lograr.

Incluso cuando noto a Giovanna cubriéndome la espalda, es imposible llegar a ayudarla.

Nuestro equipo está destrozado.

Han muerto la mayoría y nuestro frente es pobre e inútil a excepción de Giovanna.

Ya no queda nadie y me mata la hemorragia.

Noto que ella se mantiene casi ilesa mientras aun dispara.

Sin embargo no dudará mucho, pues llegará otro grupo y se encargaran de eliminarla.

Tomo mi arma y me arrastro ignorando el ardor que me quema la espalda.

Me cortaron el abdomen y tengo dos disparos en la pierna y en el pecho.

No lo lograré, no lo lograré.

MI DIAMANTE DESEADO ♤ LIBRO 3 ♤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora