Capítulo 24 FUEGO - GUERRA

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ARA ALEKSEEVA

Sonrío mientras las lagrimas comienzan a descender sin limitaciones.

Nikolái Martinelli, mi enemigo, el chico de ojos azules que conquistó mi corazón, mi prometido, el hermano de mi primer objetivo, mi esposo, el impertinente y descarado que me codicio y deseo todo mi amor.

Aquel que cumplió promesas, hizo poemas y escribió miles de letras buscando que no olvidará que un día me amó.

"No importa como Ara Alekseeva, te amaré aunque muera y haya mil y un barreras"

Me cubro la cara con el brazo al verlo correr desesperado hacia mí.

Con ese amor que tanto confesó y luchó poe mí.

Las emociones colapsan y no me dan cabida a respiro. Me quiebro después de recordarlo amarme así. Y la ausencia que creó después de olvidarse de mí.

Lo que se destruye delante de mí ya no importa. Los dos seguimos con vida. Quizás en diferentes sintonías pero seguimos sintiendo, colapsando por dentro.

Su amor se desborda y defiende a capa y espada lo nuestro.

Me pesa el dolor en el pecho y más aun cuando lo siento envolverme con su cuerpo.

Volviendo su alma y corazón a mí.

- Dios mío Diamante, perdóname por lo que más quieras en el cielo. Perdóname...

Cierro los ojos llorando y negándome a creerlo. 

- Lo lamento...por favor...no me dejes después de esto...te lo suplico amor mío, vamos a tener otro hijo...joder.

Sigo llorando mientras lo recuerdo odiándome y buscando matarme. 

- Si quieres hacer daño, puedes hacerlo, quiébrame, rómpeme, golpéame como yo a ti, pero déjame a tu lado el tiempo que sea necesario por favor, no me puedo ir de este mundo después de ti. No puedo.

Jadeo entre sus brazos y el busca mi cara con cuidado haciéndome notar el iris azul en frente de mí.

Los latidos en mi pecho sin imparables.

- Sabes cuanto me odio en este momento...me tardaré siglos en perdonarme y otros siglos en lamentarme. Pero buscaré tu amor desde ahora, no pienso dejarte de nuevo sola Ara Alekseeva. 

- Yo...

- Olvídalo. Te voy a sanar, así me tarde toda nuestra vida.

Me besa como si estuviera desesperado por acercarse.

Araño su ropa y el aprieta mi cintura suspirando sobre mis labios.

- Nikolái...

- Diamante.

- Estás herido...

- Estoy como nuevo, lo juro.

Vuelve a besarme agarrandome de la nuca sin soltarme.

Me separo suave.

- Nilak está cerca.

- Que se vaya a la mierda.

- ¡Nikolái!

Se ríe y siento como la vida vuelve a tener sentido para mí.

- Aun tenemos una guerra que terminar.

Suspira tomando mi cabello con sus manos muy despacio.

- Vamos a tener otro hijo...me esperaste...que feliz soy maldición.

Frunzo el ceño intentando llevarlo de nuevo a la actualidad.

- Eso será después, primero tenemos algo que hacer.

- Lo sé, te pedí matrimonio de nuevo, ahora tengo que llevarte a una hermosa isla en el Caribe lejos de tu ex y de mis hermanos.

- Por Dios Nikolái.

- No se me olvida nada Diamante, los dos desgraciados te besaron.

- Fue un accidente.

- Luego verán las consecuencias de ese accidente no te preocupes.

- Basta Nikolái, reacciona, tenemos que buscar a Nilak y alejarnos de Yakovlev. 

- No nos vamos a alejar, lo vamos a matar.

Lo miro intentando entender si esta bromeando o no.

- Nunca estarás tranquila si lo dejamos con vida, quiero tu paz, tu tranquilidad, y la seguridad para nuestros hijos. Tu madre merece su venganza, por la que tango peleaste, voy a hacer que pague todas las que te hizo, lo juro.

Hago una mueca y el aprieta y besa mis manos.

- Entiende...No quiero que no vuelvas...

- No iré solo, iremos de la mano aunque me muera de miedo de que algo te pase.

Asiento y el baja su mano hacia mi abdomen.

Suspira apretando los labios.

- Eduardo o Aelin. Si me das a elegir, quiero que se llamen así.

Sonrío sintiendo sus palabras en mis futuros hijos.

- Volveremos con nuestros hijos Ara. Volveremos para casarnos. Para criarlos juntos y darles la familia que tanto añoramos por años.

- La espera valdrá la pena.

- Te lo juro mi reina.

Toma mi mano y escuchamos al ultimo ejercito de Marcos acercarse.

- Cuando te diga, disparas.

Estoy por responder cuando alguien lo hace primero.

- Los cubriremos.

Alzamos la vista hacia a quienes se mantienen firmes con heridas pronunciadas y sus armas levantadas.

Nikolái y yo soltamos un jadeo. Estamos cansados y sentimos demasiado miedo.

- Esta guerra inicia y terminará con ustedes teniendo la familia que tanto merecen.

- Pero ustedes...

- Esta bien. Ustedes tienen que sobrevivir. Los apoyaremos como nuestros herederos del linaje.

Aprieto los labios notando quienes ya no están aquí.

Los Alekseeva y los Martinelli se alzan en banderas y armas.

- Por nuestra familia.

- Hasta el puto infierno si es necesario.

- Vamos a mostrarles nuestro imperio de fuego.

- Y lo que es el verdadero miedo.

- Ara, Nikolái, estamos orgullosos.

Asentimos mientras las bandas del ejercito contrario se alzan.

- A ellos.






Nota de la autora: "Imposible, inolvidable y aceptable", siempre nuestro linaje - Familia Alekseeva Martinelli.

MI DIAMANTE DESEADO ♤ LIBRO 3 ♤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora