Capítulo 06

162 13 0
                                    

NIKOLÁI

Una hora después de llegar a la fortaleza de los Alekseeva, Ryls me llevó hacia su habitación donde conseguí algo de ropa y algunos artículos para bañarme.

Fui a tomar una ducha y a los segundos salí rodeado en una toalla para cambiarme.

Mientras lo hacía, Ryls soltó un suspiro acomodándose en la cama junto a un vaso de vino.

Arqueo la ceja antes de preguntar.

- ¿Dormirás aquí verdad?

Niego.

- Voy con Ara.

Respondo y por supuesto este sonríe.

- ¿Acaso noto posibles caricias y besitos de reconciliación? 

Río negando con la cabeza mientras me pongo un buzo y una camiseta del mismo color oscuro.

- Solo quiero que me cuente más sobre nosotros, es todo.

Sonríe pícaro haciéndome sonrojar.

- ¿Podrías quitar esas caras?

- Asegúrate de no usar protección y darme otro sobrino. - recomienda y yo le lanzo la toalla hacia su cara haciéndolo soltar una carcajada.

- Tarado.

Salgo de la habitación de Ryls directo hacia el corredor que me lleve a la habitación de Ara.

Entro con intensión de preguntarle si está disponible para hablar, pero la sorpresa me la llevo yo cuando la encuentro en ropa interior curándose una herida abierta.

Me quedo quieto analizando su precioso y perfecto cuerpo, mientras ella está sentada sobre la cama con una pomada y unas vendas sobre ella.

Carraspea incitándome a que entre y cierre la puerta.

Obedezco intentando controlar mis impulsos que me gritan que la posea, fijando la mirada solamente en el brazo que intentaba curar.

Me acerco soltando un suspiro tomando la crema y arrodillando en frente de ella.

Casi me paralizo con lo que acabo de hacer, pero intento ignorar su mirada penetrante en mi acto y me concentro en abrir la crema y colocársela con suavidad sobre su piel.

Lo hago como si tuviera experiencia en tocarla y en acariciar la zona afectada sabiendo perfectamente que hasta hace unos días, ella para mi era una completa desconocida.

Noto su mirada inquietante en mí, pero sigo con el proceso hasta que cubro la herida por completo y tomo la venda de al lado para terminar con esto.

- Listo, no morirás. - hablo para aligerar la tensión que palpita en mi pecho.

Sin esperarlo siento como sus dedos tocan mi barbilla y me alzan levemente el rostro para cruzarme con sus hermosos ojos claros.

Entre abro los labios casi impresionado con lo que distingo justo ahora.

Calor, calma, paz, cariño, comodidad, confianza, todo.

Aquello en ella comienza a mostrarse de una forma incompresible, pero excesivamente necesario para que yo pueda vivir.

Por poco caigo rendido.

Confundido.

Abrumado e hipnotizado.

Quiero besarla me repito intentando levantar la mano para acercarla a mí.

Ella baja la mirada y se aleja.

Frunzo el ceño pero siento como si me temiera.

O temiera que esto entre nosotros deje de existir.

MI DIAMANTE DESEADO ♤ LIBRO 3 ♤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora