Capítulo 16

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ALEKEI ALEKSEEVA

Frunzo el ceño mientras la camioneta avanza y yo lidio con el silencio que abunda cerca de la montaña.

Cartel, Ryls y Nilak a mi lado contemplan con la misma quietud las zonas aledañas a la ubicación donde buscamos la cabaña.

Darya y Mariano están adelante mientras ella conduce y tolera las miradas de odio de Mariano.

Maurelio viaja atrás en otro auto junto con Alec y Hades de copiloto.

Estamos cerca, pero la tensión no disminuye mientras la niebla cubre casi toda nuestra vista y solo deja rastros de arboles caídos y una muerta prácticamente inevitable.

Si ellos se salvaron...

Aprieto la mandíbula mientras el pensamiento me recorre toda la espina dorsal.

No soy el único, pero estoy seguro de que muchos están muertos luego de la avalancha que se produjo hace dos horas sobre esta fría montaña.

Cuando supimos la noticia salimos de inmediato de la mansión. Pero era tarde.

El ocaso ya se había dado. 

La avalancha había arrasado con todo a su paso. 

Solo nos quedaban rogar.

Hemos pasado media hora rastreando la famosa cabaña que Cartel encontró.

Y ahora por fin hemos llegado.

Se nos detiene el puto corazón cuando llegamos a ella.

Escucho el jadeo de Ryls antes de contemplar y resignarme a la historia que se describe sobre esta helada montaña.

La cabaña.

Destruida.

Un incendio.

Trozos de nada.

Todo hecho trizas por las llamas.

¿Quién mierda hizo esto?

¿¡Por qué!?

Todos bajamos de los autos y en silencio contemplamos que no queda nada.

El hermano perdido observa con la barbilla apretada su anterior casa.

Mis ojos están sobre él.

A mi nadie me canta mentiras y descansa plácidamente sobre mi palacio.

El desastre termina con nosotros.

Con mi paciencia.

Aprieto los puños mientras me voy contra Alec Martinelli y empleo mi fuerza.

Porque a Alekei Alessandro Alekseeva nadie le quita ni le mata nada.

Menos a mi hijo.

KARLEEN

Fuerza, Letalidad y Riqueza.

Las frases de un Alekseeva.

La tiranía de un asesino y la elegancia por tener algunos dominios.

Aquellos malditos y su poderío los cuales debieron derrocarse hacia muchísimo.

Quito el cuchillo del cuello de mi hombre y este termina por desvanecerse sobre el sucio piso.

El carraspeo de Ilías llama mi atención.

Sonrío.

- ¿Qué pasa Ilías, acaso tienes algún problema conmigo? - pregunto mientras escaneo su cuerpo molido en golpes y cortadas desde su hombro hasta sus manos.

MI DIAMANTE DESEADO ♤ LIBRO 3 ♤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora