YUUMTSIL

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No puedes cuestionar la voluntad de los Dioses, es trabajo en vano el cual no trae más que crueles castigos por la vil arrogancia. Piensa dos veces antes de atentar contra sus decisiones.

El hombre cree que la muerte es un castigo, nada más equivocado. El verdadero castigo otorgado por los Dioses es la inmortalidad.

Somos experiencia que con el tiempo se convierte en enseñanza, somos almas que se transforman en humanos y que constantemente cambian. Pero todo debe de tener su fin, el alma se cansa, al igual que el espíritu y la fuerza del cuerpo. Es por eso que no somos inmortales, los Dioses sabían exactamente lo que hacían cuando nos crearon, somos sus hijos y como tal nos conocen a la perfección.

La muerte en ocasiones es la cura, el final de todo. Aunque nuestro cuerpo perezca, nuestra esencia se queda con aquellos que nos amaron, nuestro conocimiento pasará a las mentes jóvenes en las cuales tuvimos influencia, las historias que se contarán serán buenas o malas, pero ahí estaremos, en el pensar humano. No morimos totalmente, morimos cuando ya no nos recuerdan.

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Cuando mi cuerpo haga unión nuevamente con la tierra, pido misericordia a los Dioses.

Cuando mi espíritu salga de mi cáscara, abre tus manos y trágame para ser uno contigo nuevamente.

Guiarme deben Dioses míos, no se olviden de mí. En ustedes pongo todo lo que seré, lo que soy y lo que fuí

Mi cuerpo descompuesto será alimento para la tierra fértil de la cual crecerá vegetación y frutos, de ellos se alimentará más vida. Esa será la inmortalidad con la cual quiero ser bendecido.

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Su piel careciente de vida se paseaba en su corcel entre las calles vacías. Parecía que aquel viento violentamente frío lo acompañaba para hacer juego con su intimidante y oscura apariencia.

Las pesuñas de su oscuro animal de compañía creaban ese macabro sonido que era inevitable escuchar a kilómetros. Su galopar, un sonido tan profundo como una herida, su relinchar lleno de furia, el nahual perfecto.

Su trabajo otorgado por el Dios de la noche era simple, dar todo lo suficiente a la ambición humana a cambio de su alma. ¿Justo? No sé sabe, la naturaleza pura del hombre es corrompida por el deseo vacío de obtener riquezas. Dinero, piedras preciosas, mujeres o cosas que simplemente no nacimos para obtener. ¿Entonces es justo y necesario perder aquel regalo divino que nos define?

La gente no comprendía a un ser oscuro como él, lo juzgaban por algo que no es su culpa. El sólo era la soga, el hombre era el que decidía si ahorcarse con ella.

Caminaba entre las frías y vacías calles de un pequeño pueblo. Utilizando ese don que se le dió para escuchar el llamado de alguna alma desesperada, que sonaba igual como un cascabel de serpiente.

Pero nadie llamó en esa noche. No quedaba más, devuelta a la hacienda, así con un fuerte silbido abrió el portal al inframundo y tomó pasó. Pero una extraña corriente que recorrió su cuerpo lo detuvo por un segundo. No sabía con exactitud que era, pero resultaba familiar.

Atravesó su portal hacia aquella hacienda, casi tan enorme como el mar en palabras más exageradas. Llena de aquel agave que se usaba para el delicioso vicio, tequila.

Al bajar de su corcel, sonaron sus espuelas y su pesada figura al tocar el suelo. Mandó a su compañero al lugar de descanso y se dispuso a caminar para entrar al enorme hogar.

Su caminar hacía un escandaloso eco en la sala principal, en donde se destilaban las almas que eran guardadas en aquellas botellas de tequila.

No había nada que procesar ni registrar, podía irse a la cama más temprano esa noche. Caminó por el largo pasillo para dirigirse a sus aposentos, pero aquel cuadro llamó su atención.

Su mirada se concentró por unos minutos en aquella pintura sin terminar. La analizaba de arriba hacía abajo, pensando en como luciría su sucesor... Sucesores, pues la imagen mostraba a dos figuras oscuras montadas en Tunich, su caballo.

Una más grande que la otra, la figura más robusta sostenía las riendas del animal mientras la segunda se encontraba entre sus piernas.

- ¿Irán a ser hermanos o novios? - dijo en voz baja.

No hubo más, continúo su camino hacia su cómoda y lujosa habitación. Aunque era un demonio el cual no necesariamente tenía que dormir lo hacía para olvidar su sufrir.

Se dispondría a dormir, pero primero tocaría sus canciones en su amada guitarra para liberar su estrés.

Era curioso, pero sus notas eran suaves y románticas. Su voz grave pero se prestaba para cantar canciones, románticas canciones.

Así estuvo un par de horas, cantando aquellas letras que él mismo había escrito para un amor que nunca pudo ser, que se le arrebató.
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¡Hola!
Nuevamente he traído otra historia, pensé mucho si escribirla o no. Pero al final sí lo hice, porque me surgió una inspiración muy grande que yo espero continúe.

Después de eso, quiero decir que este primer capítulo está dedicado a mi profesor de literatura que falleció. Es por eso el poema que yo mismo escribí, lo titule "vida eterna". Fue un profesor que admiraba mucho y que siempre me guío para escribir, me corregía amablemente y siempre fue dedicado a su trabajo. Estoy muy feliz por haberlo conocido y agradecido con los Dioses. Ahora espero tenga el descanso eterno.
Descanse en paz profesor Eder 🕯️
No es un adiós, es un hasta pronto.

𝐄𝐋 𝐂𝐀𝐒𝐓𝐈𝐆𝐎 𝐃𝐈𝐕𝐈𝐍𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora