Cuando Evan entra al dormitorio, se encuentra a Regulus Black de espaldas. Con la mirada centrada en el libro de su escritorio y el ceño ligeramente fruncido.
-Llegas tarde- Replica, como si no fuera obvio que son las dos de la mañana .
-Ocupado, ya sabes- Evan responde, se reprende así mismo por el tono juguetón que usa.
Regulus lo nota y levanta la mirada con complicidad en su rostro "¿ocuapdo?" cuestiona y examina de piez a cabeza a Evan, con los ojos entrecerrados y una sonrisita que solo le da a él cuando piensa exactamente lo que está a punto de decir.
-¿Estuviste con Barty?- Dice, como si no supiera que el jodido nombre le revuelve las tripas.
- Si- No está dispuesto a morder el anzuelo, a decir más, hoy no te sales con la tuya, Black.
-¿Y luego?- Se cruza de brazos mientras se desparrama en la silla, estirando sus largas piernas, en fin, poniendose comodo para burlarse de el- ¿qué? ¿crees que me he quedado despierto, esperandote para que a tu regreso no sueltes la sopa? ¿qué pasó esta noche y por qué estás tan feliz, llegando misteriosamente de madrugada cuando has estado todo el rato con Bartemius Crouch Jr?
Evan se rie, eso, muerde el cebo, piensa Regulus y se deleita con la carcajada de su amigo. Observa como se deja caer en la cama y esconde su rostro entre sus manos.
-No me digas que se han acostado- Regulus se exalta al recibir por respuesta una risotada completamente fuera del caracter serio de Evan Rosier- ¡Salazar, se han acostado!- usa su mano para tapar su boca en una expresión definitiva de sorpesa y se levanta para acercarse a Evan.
Todavía con las manos en el rostro Evan dice no, no seas imbecil.
Regulus forecejea con él para mirarlo y ve en su amigo, la chispa de la emoción en sus ojos, está tatuado en su piel el brillo de la esperanza, de algo bello que no sabe distinguir y no puede evitar sonreir.
Mientras lo mira regodearse en el misterio de su felicidad, Regulus repara en un pequeño objeto que cuelga del cuello de Evan. Un collar plateado le ha hecho un regalo, que ridiculo ,piensa, pero no es hasta que lo levanta para darse cuenta que, le ha hecho algo más que un regalo.
-¿Pero qué carajos?- dice, sosteniendo la pieza. Un contendedor en forma de gotero, bellamente formado de trenzas de plata, u oro, que envuelven en el centro una gemita azul brillante. Regulus sabe, como sabe lo que es un juramento inquebrantable de lo que se trata. Una promesa de sangre .
-Salazar me de paciencia. Evan, ¿qué demonios acaban de hacer?- Regulus lo mira con violenta preocupación. Evan solo ríe.
-¿Qué quieres que te diga?- se levanta, aun sonriendo- ¿qué me ha besado? ¿que me confesé? No, Reggie, hemos hecho algo mucho mejor, mejor que el sexo, mejor que defensa contra las artes oscuras. Nos hemos jurado lealtad- Los ojos le brillan, sonrie y sosiente el gotero que cuelga del collar- Me ha jurdado lealtad ¡a mi! él, Reggie, yo no se lo pedí y yo le seguí a él. Me ha dicho que me seguirá y que no estaré nunca solo- Evan suspira y se deja caer de nuevo en la cama, haciendose un ovillo para contemplar de cerca la prueba de lo que ha sucedido- No hay nada mejor, te lo aseguro. Ha sido precioso.
Evan mira el juramento y piensa "es precioso" y verdaderamente lo es. Es completamente precioso,porque es completamente ajeno a ese sickle de plata que Barty dejó olvidado en las escaleras y que no recogió por la tarde. No repara en esa fracción de segundo, en la que Barty llegó justo antes de que un pensamiento atravesara su mente y presa del miedo le suplicara que se quedara con él en caso de tener que seguir al hombre de ojos rojos que llegó a su casa a inicios de las vacaciones.
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En el nido de las serpientes
FanfictionPequeñas cosas y pequeñas palabras que cambian el rumbo de la historia. En las mazmorras, dentro de la sala común de Slytherin, se gesta la primera chispa de la guerra y es ahí cuando Barty Crouch Jr revela un secreto que cambiará las vidas de sus a...