Su madre está de rodillas frente a él. Limpia las heridas de sus piernas y lanza hechizos para disminuir los moretones de sus muslos. Parece que está ciega y Barty nunca ha querido asustarla.
-Mira, si fueras un niño obediente no te habrías caído de la escoba- lo regaña con una sonrisita llena de complicidad- Además tú papá te ama mucho. Estos castigos son porque quiere lo mejor para ti y tienes que aprender a portarte bien ¿Entiendo?
El asiente. Con lágrimas en los ojos y una sonrisa a medias.
***
"Esperemos que se repita" ¿Que diablos había sido eso? Su corazón estaba por atravesar la barrera del sonido. Sus mejillas estaban ardiendo y estaba seguro de que sería el primer caso de combustión espontánea en un niño de 12 años. Murió de vergüenza en cuanto sus ojos se encontraron con los de este "niño precioso" y ahora, saliendo del salón, Barty quiere quedarse.
Cuando recibe la carta tiene un extraño colapso mental. En ese entonces no tenía idea de lo que estaba sucediendo en su interior.
Siempre supo que estaba enamorado, pero no estaba dispuesto a aceptarlo. Lo único que sabía era que, cada vez que Evan lo miraba con ira, pateaba su espinilla, golpeaba su cabeza o tiraba de su cabello para reprenderlo, estaba perdido.
No solo enamorado.
Perdidamente ido.
Loco.
Demente.
A lo lejos, Evan podría parecer un tipo cualquiera, de familia rica y valores cuestionables. Probablemente lo era, pero era mucho más que eso. En principio, porque tenía este aire altanero y frágil... Tan rudo y delicado. Simplemente contradictorio y jodidamente precioso. ¿Qué podría hacer en contra de un chico que por las mañanas lo llama "gran idiota" y por las noches acaricia su cabello mientras lo baña en una tina con agua de rosas? Simplemente nada. Solo amarlo con intensidad y ya.
***
Pasan las horas y Evan permanece frente a él, leyendo en silencio. Sus mejillas están coloreadas por un bonito tono rosa gracias al calor de las velas en la biblioteca. Sus labios rojos y brillantes por la saliva que los humedece mientras estudia. Barty no aparta la mirada, podría permanecer así toda la vida, solo admirando el aura brillante de este tipo precioso que no tiene ni idea del leal sirviente que tiene delante.
Muerde sus labios, silenciando cualquier sonido que pueda emitir mientras observa. Tampoco se molesta en disimular la forma en la que sus ojos enfocan, pero en un momento la paz se ve interrumpida por un susurro. Unas idiotas que pasan detrás de Barty chismorrean y escucha "marica" y risitas tontas y más chistes.
A él no le molesta, bien puede ser una marica y no tendrá problema nunca con la verdad. Pero los rumores sobre Evan se extienden gracias a su entrada al coro escolar. Es un Slytherin orgulloso y apuesto, entonces todos esperan que se coloque en un club de duelo o en el equipo de Quidditch. Pero no. Así que los rumores se extienden y a Barty le hierve la sangre, porque podrían hablar de su padre corrupto y su magia de dudosa procedencia.
¿Pero Evan?. Con él es diferente. Evan es dulce cuando es necesario. Evan cura las heridas de su cuerpo sin que lo sepa. Cuando se siente sucio y profanado, Evan limpia su interior con agua perfumada y canciones en francés. Evan lo lastima con desdén y sin tapujos, nunca se arrepiente de ser cruel y Barty lo adora por eso.
Regulus preguntará "¿Por qué?" Jordan dirá "se lo merecían." Sus compañeros de casa se alejarán de él.
Pero no importará porque Evan es todo lo que importa en su mundo de violencia y dolor. Levantaría monumentos en su honor, sacrificaría vidas, se entregaría a si mismo. Le daría su vida se se la pide.
Cuando la sesión de estudio termina, Evan pellizca su brazo y le dice "no me jodas más y lárgate" y Barty asiente feliz no sin empujarlo con un codazo para huir, pero está vez es diferente.
No se detiene a ver de qué casa son, pero sabe quiénes eran. Los sigue hasta un pasillo y ataca. Golpea y en cada golpe suelta "¿Quien es el marica ahora?"
Es que no lo soporta. Solo quiere limpiar el nombre de Evan, de la misma forma en la que él limpia su cuerpo cuando está sucio.
***
Tiene una toalla amarrada en la cintura, mira su reflejo en el espejo encontrando sus ojos un poco enrojecidos. El baño está perfumado con la escencia de rosas de Evan y su cabello húmedo cae sobre sus ojos y se pega en su frente. La puerta se abre y Evan entra con una sonrisa frágil en su bonita cara.-Hola niño bonito- Evan se acerca a él. Pone su mano en la base de la nuca de Barty y deja un beso en su hombro desnudo. Barty mira de reojo, y suspira. Está cansado y se deja mimar por este hombre precioso.- ¿Cómo estás?
-Bien. Me siento bastante derrotado- Evan resopla y sacude la cabeza- ¿Tú cómo estás Ev? ¿Quieres una siesta?
Evan deja caer un poco de su peso en el costado de Barty y niega -Tengo algo mejor en mente- Barty sonríe, toma la mejilla de Evan y lo acerca a él
No puede detenerse porque se volvió adicto al sabor. A la sensación preciosa que se almacena en los labios rosados de Evan. Sus alientos se funden y el baño húmedo hace que la frente de Evan se perle de sudor.
Evan se aleja y se pone detrás de él, su pecho golea la espalda de Barty y rodea su cintura, apoyando su mejilla en la espalda caliente de Barty. Besa la piel con ternura, como si fuera algo frágil. Uno de sus dedos traza la piel lacerada, recorre las cicatrices con una especie de afecto que lo llena por completo.
Ya se han visto antes. Cuando eran más jóvenes se dieron cuenta: tienen las mismas cicatrices.
Regulus tiene una especie de cicatrices en sus brazos, son puntos rojos hinchados cuyo hechizo no conocen. Evidentemente es magia oscura pero nadie dice nada. Pero ellos tienen las mismas cicatrices. En su espalda y provocados con objetos.
Barty ama la forma en la que Evan lo mira, no hay compasión. No hay dolor, solo determinación.
Evan se inclina y besa la espalda de nuevo. Muerde y lame en dónde queda la marca morada.
-Lo vamos a matar
-¿Qué?- confundido, busca la mirada de Evan y la encuentra en el reflejo del espejo, apoyando su mentón en su hombro descubierto.
-Pagará por lo que te hizo, mi amor. Lo pagará caro. Con cada gota de su sangre y con el último de sus alientos. Nos iremos juntos. Siempre juntos.
Barty ama a Evan. Lo ama con el corazón, con su cuerpo y con su alma. Todo juventud, todo sueños y esperanzas. Barty ama los moretones que Evan deja en todos lados, deja su cerebro medio adolorido, pero está allí. Todo el amor se revuelve y lo destripa.
-Te amo, Ev.
Los ojos azules de Evan brillan con intensidad. Hay una sonrisa ladina decorando su carita hermosa.
-Tambien te amo Barty.
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En el nido de las serpientes
Fiksi PenggemarPequeñas cosas y pequeñas palabras que cambian el rumbo de la historia. En las mazmorras, dentro de la sala común de Slytherin, se gesta la primera chispa de la guerra y es ahí cuando Barty Crouch Jr revela un secreto que cambiará las vidas de sus a...