Agua de rosas

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Advertencia. Contenido sensible, mención de abuso de menores, violencia y sangre. Este escrito no pretende bajo ninguna circunstancia normalizar o romantizar los traumas infantiles y los actos de odio violentos.

Evan Rosier besa como el cielo.

Nunca ha besado el cielo, pero cree que se sentiría exactamente así. Fresco, cálido , húmedo, suave. Perfecto. 

Realmente nunca había pensado en Evan de esa forma, solo sabía que lo amaba y eso era mucho decir, porque muy pocas personas son amadas por Barty Crouch Jr.

-¿Qué pasa? ¿Estás bien?- Evan lo mira con ese semblante ligero que le dice "mi atención es solo tuya" y eso le encanta.

-Ujum- Sonríe y toma su mentón para levantar su rostro y besarlo. Como le gusta besarlo.

¿Alguna vez te has sentido invencible?

Barty se siente invencible cuando Evan está sentado en su regazo y siente como sus respiraciones se hacen una, se siente invencible cuando Evan lo mira con esos ojos azules enormes y esas pestañas blancas preciosas que parecen escarchadas por la nieve.

Podría dedicarle canciones y libros, poemas y escritos. Juntaría a todos los amantes del mundo para escribir la histoaria de amor más hermosa del mundo pero no alcanzaría para hacerle entender lo mucho que lo ama. Así que se conforma con adorarle, con besos y caricias y suspiros. Deja que ponga sus manos en su pecho para que sienta lo rápido que late su corazón cuando lo saluda con su monótono y sencillo "¿qué hay Bart?" 

Sabe que está loco. Sabe que habrá muchas cosas por explicar, pero no le importa. Corta el beso y abre los ojos, no recordaba haberlos cerrado. Besa su mejilla y acaricia con su pulgar su labio roto. Se ve rudo y fuerte, tan gamberro que lo pone caliente como el chocolate en invierno.

También lo pone furioso. Porque ese labio roto es el resultado de un cabezazo, de un golpe que no debió recibir, porque nadie y que lo tegan bien en la caebza NADIE toca a Evan Rosier. 

-Me tengo que ir Ev- Suspira y se pone de pie, si no se va ahora, no lo hará nunca.

-No te vayas, tengo frío- Evan tira de su pantalón y hace un puchero hermoso que derrite su corazón.

-Tengo unas cosas que hacer en la sala común, van a repartir los roles del aseo.

Evan tuerce su boquita y sonríe- Está bien, pero tendrás que compensarlo- Luego suelta su pantalón y lo deja ir.

-¡Barty! - Lo llama y el se gira, porque su voz es hermosa y no sabe de donde saca toda la miel que se derrama de su boca cuando está con él 

-¿SI?

-Nada- Sonríe de lado y Barty asiente. Se gira y avanza un poco, luego se detiene. Evan está dando la vuelta y lo admira solo por un instante.

-¿Evan?- Evan se gira y sus miradas se encuentran. No dicen nada y sonrien ¿por qué es tan jodidamente hermoso? 

-¿Qué pasa?- Barty pasa sus ojos desde su cabello rubio brillante hasta la forma en la que sus tenis sostienen el resto de su cuerpo, luego sonríe más, con un poco de malicia diciendo todo lo que ninguno ha dicho aún. Niega un poco con la cabeza.

-Nada- Le lanza un beso y se va. Con el te amo atorado en la garganta. 

Ha citado a James en la torre de astronomía, porque todavía es su sirviente y porque Regulus siente algo por él y no se atrevería a robarle nada si eso significa morir a manos de un iracundo y avergonzado Regulus Black. James ya lo está esprenado, sostiene un libro de artimancia mientrtas ilumnina su lectura con la varita.

En el nido de las serpientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora