Cómo todas las mañanas me levanté para irme a mí trabajo, soy mesera en un bar a unas pocas cuadras de mí casa. Debía de trabajar para poder pagar mí apartamento ya qué mis padres pagarón mí escuela.
Mí turno acababa en solo unas pocas horas, no olvidé qué debía ir a la casa de Hades, aún tengo muchos nervios en verlo. Me cuesta demasiado creer qué alguien cómo el sólo quiera ser mí amigo, nadie quiere serlo.
Mientras terminaba de limpiar unas mesas de los últimos clientes qué comieron, una de mis compañeras se acercó a buscar iniciar conversación.
— Hola Enid, ¿Cómo estás?
— Hola Lynn, cansada, sólo quiero terminar mí turno e irme a casa ¿Qué cuentas? — Me caía bien esta chica, era unos 7 años mayor qué yo, era entretenido poder hablar con ella.
— Yo igualmente pero mí turno acaba a las 8. Aquí me tienes, trabajando para poder irme con mí hijo de vacaciones ¿Tú qué tal? ¿Cómo vas con la universidad?
— Sinceramente horrible, pero tengo qué terminar mí carrera y conseguir un trabajo mejor qué esté. Oye puedo contarte algo.
— Por supuesto Enid ¿Qué sucede? — Me respondió dejando de limpiar mirándome fijamente.
— Cómo te comenté tengo problemas con los idiotas arrogantes de alumnos, pasa qué hace una semana un chico nuevo apareció y golpeó a todos ellos solamente por ayudarme.
— Lamentó oír eso, te repetiré lo mismo de la última vez, no debes dejar qué todos los niños mimados te maltraten defiéndete. En cuánto a lo qué dijiste me alegro qué ese chico te haya ayudado y le dio una lección a todos ésos tontos. ¿Exactamente cuál es tu duda al respecto? Se directa.
— Solamente hablamos apenas unos pocos minutos ese día y ayer. Surgió un pequeño malentendido y quiero solucionarlo. Sabes qué me cuesta demasiado tener amigos y el parece querer serlo, pero lo arruine ¿Qué opinas? ¿Debería creerle? Nose qué hacer.
— Enid seré sincera. Lastimosamente en está época ya nadie defiende a nadie. Sin importar qué te estés muriendo, todos van a pasar a tu lado y nadie te ayudará. Esté chico sí golpeó a los idiotas solamente por ayudarte y arriesgarse a tener problemas o qué lo expulsen incluso, sí busca querer ser tu amigo. Deberías hablar con él.
Terminamos de hablar y mí turno acabó, fui a despedirme de Lynn para regresar lo más rápido posible a mí departamento. Tardé media hora debido a las congestionadas calles, saqué mis llaves abriendo sólo para encontrar a mí hermana durmiendo en el sillón. Pesé a no compartir sangre, Yoko es cómo mí hermana... A ellá le hubiera caído muy bien Yoko.
No perdí más tiempo y me fui a ducharme para irme. Unos minutos después salí con una toalla envuelta en mí cuerpo buscando qué ropa ponerme. Opté por usar una camiseta negra corta con una camisa negra un poco más grande con unos pantalones verdes oscuro y mís zapatillas negras. Termine de peinar mí cabello y me puse mis lentes.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.