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#14

Una mañana más comenzaba en el hogar de la familia Addams, los rayos del sol ya habían comenzado a ingresar dentro de la habitación de su hijo mayor, Hades Addams.

El hombre peliblanco empezó a abrir sus ojos así acostumbrarse a la luz. Quiso estirar sus manos para ver el celular así comprobar la hora, cuándo lo hizo vio qué no se encontraba sólo en la cama. En su costado derecho estába Emma dormida tranquila a su lado.

— Tú tampoco querías cumplir con aquella orden de mis padres, eres increíble mujer — Susurró para dejarle un beso en la frente.

Con cuidado de no despertarla se bajó de la cama y fue directamente al baño a ducharse, unos 20 minutos después
salió terminando de vestirse, un traje negro era su elección.

Bajó hasta la cocina para encontrarse con sus padres desayunando también.

— Buenos días padres — Saludo mientras se servía una taza de café.

— Buenos días cariño, ¿Cómo dormiste?

— Excelente madre, extrañaba demasiado mí habitación. Padre hoy llegarán aquellas personas qué te mencioné, hablaremos al respecto con los puestos vacantes y voy a necesitar de tu presencia — Comentó a la vez qué tomaba un sorbo de su café.

— De acuerdo, jamás creí qué viviría para ver el momento en qué al fin mi muchacho sea el dueño de mí legado. Estoy demasiado orgulloso.

— No es para tanto, padre. Recuerda qué en realidad aún no soy el jefe, una vez qué te retires ahí lo seré, hasta eso te necesito a mí lado.

— ¿Y Emma no despertó, hijo? — Preguntó Morticia a Hades.

— Debe seguir durmiendo no la hables qué descanse lo suficiente. Tengo planeado ya algo para ella.

— ¿A qué te refieres con éso? Hades sabes qué no me gustan tus ideas improvisadas. La última vez qué se te ocurrió una de tus ideas terminó con la muerte de uno de tus compañeros de clase en primaria.

— No te preocupes, Madre. Será algo qué le gustará y será de ayuda, deja todo en mí manos. Además sólo fue un pequeño accidente aquél día. Me confundí con las mezclas y cree una bomba, no fue tanto. Sobrevivieron al menos más de la mitad del salón.

Unos mensajes llegarón a su celular.

— Padre debemos irnos mís contactos ya se encuentran en la compañía. Son las 7 y mejor vamos así terminemos antes.

Los Addams hombres tomarón sus cosas y se despidieron de Morticia para asi tomar su camino hasta la empresa.

Las horas transcurrierón bastante rápido y había llegado el mediodía. Hades salió de la oficina junto con su padre acompañado de los nuevos empleados.

— Muchas gracias por la oportunidad, Señor Hades — Agradeció uno de los hombres.

— No le fallaremos señor, éso se los prometemos.

— Verá cómo dentro de muy poco la economía y estabilidad de la empresa mejorarán.

— Más le vale sino me encargaré de hacer sus vidas un infierno, odio los fracasos y sí me hacen perder mí dinero... Los mato — Le advirtió fríamente a todos haciéndolos asustar — Pero cuento con qué no lo harán.
Ahora váyanse, mañana a primera hora los quiero en sus oficinas trabajando.

Hades al ver cómo los 3 salierón de ahí al fin pudo respirar un poco para comenzar a caminar hasta su oficina junto con su padre.

— ¿No crees qué te pasaste, Hades? Debes tener una buena actitud con los empleados. De esa forma harán bien su trabajo.