Ghost emergió del plano onírico, su esencia se desplegó en las sombras del Abismo, donde el eco de sus pensamientos resonaba entre las gotas de Vacío suspendidas en el aire. La oscuridad palpable le rodeaba mientras se acercaba al lago del Vacío, sus ojos brillaban con un fulgor sombrío.
Se detuvo junto al lago, cuyas aguas parecían absorber la luz misma. Susurros inaudibles resonaban en la vastedad del Abismo, como ecos lejanos de los confines de su propia mente. Allí, frente a la inmensidad silenciosa, Ghost comenzó a reflexionar sobre el siguiente paso en su plan
Ghost contempló las brumas del Vacío a su alrededor, consciente de la limitación de su propio poder. Si bien su divinidad le otorgaba dominio sobre los sueños y la realidad onírica, reconocía lo limitante y corrosiva que era la energía que componía su poder. La expansión de su influencia sin dañar para siempre el reino requería una extensión tangible, y para ello, buscaba crear lo que llamaba "herramientas".
El Vacío, la fuente de su poder divino, era una energía tan corrosiva y despiadada como era poderosa. Si desencadenara toda su magnitud en el plano físico de Hallownest, no solo sería destructor, sino también letal para cualquier forma de vida. Ghost, con una conciencia astuta y perspicaz, entendía la delicada danza que debía ejecutar para preservar lo que intentaba proteger.
El reino necesitaba su influencia, su guía, pero si utilizaba directamente la esencia del Vacío, la misma que desafiaba los límites de la realidad, condenaría todo a su paso. La vida misma sería aniquilada, transformando todo en un yermo de desolación. La paradoja yace en que, para proteger, debía evitar utilizar su poder en su forma más pura y destructiva.
"Herramientas", así las llamó, no solo por su utilidad práctica, sino también por la percepción que tenía de ellas: instrumentos de su voluntad. En su búsqueda por restaurar y proteger Hallownest, Ghost comprendió que su influencia debía expandirse más allá de las proyecciones oníricas. La creación de una fuerza militar le proporcionaría la capacidad de influir y controlar eventos en el mundo tangible, llevando a cabo sus planes con mayor eficacia.
Las "herramientas" se convirtieron, por tanto, en extensiones intermediarias de su voluntad. Un medio a través del cual podría ejercer control sin dejar que la voracidad del Vacío consumiera la esencia misma de la existencia en Hallownest. Ghost quería preservar la vida, permitir que la rueda del tiempo continuara girando en lugar de dejar un rastro de desolación en su estela.
En este delicado equilibrio, las "herramientas" representaban una necesidad estratégica. Una medida para mantener su influencia sutil, un susurro estratégico en lugar de un rugido apocalíptico.
Allí, en la penumbra que reflejaba su propia naturaleza, comenzó a reflexionar sobre el destino de sus hermanos, las vasijas.
Las imágenes de aquellas formas enmascaradas, su propia familia, danzaban en su mente. Sus hermanos, inicialmente destinados a ser recipientes para contener la Infección, se convirtieron en grotescas manifestaciones de un fracaso inevitable. La conexión que compartían, como eslabones en una cadena, pesaba en la consciencia de Ghost.
—Vasijas...— Susurró, el término resonando con un tono de desprecio. Recordó el momento en que compartieron la misma esencia, cuando la lealtad y la devoción eran expectativas infundidas en su creación. Sin embargo, la decepción se había infiltrado entre ellos, como un veneno que corrompe el núcleo mismo de su existencia.
Cada vasija representaba una oportunidad perdida, una esperanza marchita. En la soledad del Abismo, Ghost reflexionó sobre la inutilidad de tratar de salvar a aquellos que, en última instancia, se habían convertido en marionetas rotas. La similitud física entre ellos solo resaltaba la divergencia en sus destinos.
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Penumbras del Vacío
FanficHallownest Aquel al qué llamaron el reino eterno Aquel que vio nacer y morir seres casi divinos Aquel que fue asolado por una plaga al que llamaron infección  Aquel que vio la desdichada caída del Rey Pálido Aquel que vio el renacimiento acosta de...