En el oscuro refugio de las mantis renegadas, Cassian se encontraba en medio de una tensa asamblea. El líder del grupo, con una mirada severa y antiguos apéndices vibrando en signo de autoridad, anunció la preocupante noticia.
—Debido a la presencia de mercenarios en nuestras fronteras y la disminución de nuestras presas, nos vemos obligados a tomar medidas drásticas. La comida se racionará a partir de ahora —anunció el líder, enfrentando la mirada de descontento de muchos de los presentes.
La noticia generó un murmullo entre los miembros del grupo. Algunos asentían, resignados a aceptar la nueva realidad, mientras que otros expresaban su desacuerdo con murmuros de descontento. Cassian, entre la multitud, compartía el malestar general, pero también comprendía la gravedad de la situación.
El líder, destacando entre las sombras, continuó con su discurso.
—Nuestra fuerza radica en la unidad. Es un momento difícil, pero debemos adaptarnos y resistir. Los tiempos de bonanza regresarán, pero por ahora, la supervivencia requiere sacrificios.
Cassian, aunque respetaba la autoridad de los líderes, no podía evitar sentir la presión de la incertidumbre. La escasez de recursos aumentaba la tensión entre las mantis renegadas, creando grietas en la frágil armonía que mantenían.
Mientras la asamblea continuaba, Cassian reflexionó sobre la difícil posición en la que se encontraban. La traición del pasado pesaba sobre ellos, y ahora, con la amenaza de mercenarios y la escasez de alimentos, la unidad del grupo se veía amenazada.
En la penumbra del campamento, Cassian se preguntaba si podría encontrar una manera de superar estos desafíos, restaurar la confianza en su comunidad y redimir el estigma que los había marcado como traidores.
La tensión en la asamblea de mantis renegadas crecía a medida que las discusiones sobre la nueva propuesta de racionamiento se intensificaban.
Una mantis, de apariencia imponente y ojos afilados, levantó su voz con descontento. —No todos contribuimos de la misma manera. Algunos cazan más, otros protegen el refugio. ¿Por qué deberíamos recibir la misma cantidad de comida?
Una voz más calmada, pero firme, respondió desde la multitud. —La unidad es nuestra fuerza. Todos enfrentamos el hambre y las amenazas juntos. Debemos compartir equitativamente para mantenernos fuertes en contra de la adversidad.
El intercambio de opiniones comenzó a escalar, con mantis expresando sus puntos de vista con mayor intensidad. Cassian, en medio de la multitud, compartió una mirada de preocupación con su padre Benedict, quien, a pesar de su pierna herida, mantenía una postura firme.
—¿Qué opinas de esta solución, padre? —preguntó Cassian en un tono preocupado.
Benedict, con la experiencia de liderazgo en sus ojos, respondió con pesar. —Esto solo provocará más división entre nosotros. Necesitamos encontrar un camino que nos una, no que nos divida aún más.
Las discusiones persistían, cada palabra resonaba en el oscuro refugio, reflejando la lucha interna de un grupo marcado por la traición y ahora enfrentado a desafíos que amenazaban con desgarrar su frágil unidad.
Cassian, con la mirada perdida en la multitud, se esforzaba por encontrar una solución que pudiera mantener unidos a los suyos. La historia de las mantis renegadas estaba en juego, y en ese momento crucial, la sombra de la división se cernía sobre ellos como una amenaza palpable.
El aviso concluyó, pero las discusiones persistían en el oscuro refugio de las mantis renegadas. Cassian, sintiendo el peso de las tensiones, se retiró de la multitud, dejando atrás las voces discordantes. Su padre Benedict, aunque herido, optó por quedarse y escuchar las preocupaciones de los demás.
ESTÁS LEYENDO
Penumbras del Vacío
FanfictionHallownest Aquel al qué llamaron el reino eterno Aquel que vio nacer y morir seres casi divinos Aquel que fue asolado por una plaga al que llamaron infección  Aquel que vio la desdichada caída del Rey Pálido Aquel que vio el renacimiento acosta de...