Capítulo siete.

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—Tengo algo para ti

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—Tengo algo para ti.

No miro a Abraham mientras estiro el cinturón de seguridad a mi alrededor, pero cuando lo hago lo encuentro extendiéndome una pequeña caja de terciopelo negra.

—¿Qué es eso? —cuestiono frunciendo el ceño.

—Tu anillo, si George pregunta cuál es tu lazo conmigo tienes que explicarlo ¿no?

Cierto, dijo que me conseguiría uno, tomo la caja abriéndola para descubrir la pieza.

Una delgada banda de oro con pequeñas piedras incrustadas en su longitud, coronada por un conjunto de tres diamantes azulados, un poco más intrincados entre pequeñas tiras más claras que podrían ser plata.

Olvídate de que este matrimonio sea falso, ese maldito anillo no dice falso por ningún lado.

—¿No va a quedarme muy grande o pequeño? —Lo saco de la caja para deslizarlo en mi dedo anular, la banda de oro se ajusta perfectamente en su lugar y yo arqueo una de mis cejas mirando a Abraham—. Esto no es suerte.

—Tu hermano me consiguió la talla de uno de tus anillos, no debería sorprenderte.

—Me sorprende, porque hizo todo un teatro cuando supo que nos casaríamos —murmuro rodando mis ojos, Abraham estira su cinturón por sobre su pecho.

—Tiene razones, supongo —puntualiza, aclaro mi garganta.

—¿Cuáles?

—Personalmente no permitiría que mi hermana se meta en un matrimonio falso por ayudar a alguien.

—Bueno, sigo sin ver el problema —Me encojo de hombros—. ¿Estás metido en negocios ilegales o algo parecido? —Él me mira brevemente arqueando una de sus cejas.

—Habría contratado a alguien para deshacerme de George y evitar esto ¿no lo crees?

—Dije negocios ilegales, no mafia o sicariato, Roulsset —Abraham se ríe entre dientes llevando sus dedos al volante para tamborilear lentamente.

—Mi padre estaba obsesionado con los juegos de casino y puede que lo hayan perseguido por eso ¿cuenta como ilegal?

—¿Estás hablando en serio? —Se encoge de hombros sin mirarme, mis labios se fruncen—. Bueno, mientras no vengan a cazarte a ti, supongo que está todo bien —simplifico removiéndome en mi lugar —. ¿Tu hermana no visita a Lindsay? —cuestiono luego de unos segundos, no recuerdo el nombre de la chica, pero sé que es una adolescente ahora.

—La llevé a verla dos veces cuando la madre de Lindsay estaba viva, pero no ha vuelto, si mamá se entera tendremos un problema.

—Sé que es un poco entrometido, pero ¿por qué suena cómo que tu familia es tan lejana? Quiero decir, sé que mencionaste lo de la traición de tu padre y entiendo que tu madre esté guardando rencor a eso, pero no puede solo odiar a sus hijos por juntarse con ella.

El favor más dulceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora